El desarrollo es esencial para las compañías, pues es gracias al progreso cuando pueden sacar su mejor versión, tanto interna como externamente. Para DKV, entidad dedicada a los seguros, el florecimiento empresarial se ejemplifica de forma perfecta en el éxito de su Fundación Integralia: un proyecto que cumple dos décadas y que está basado en la integración laboral de las personas discapacitadas.
Hace 21 años, cuando Integralia nació entre salas y reuniones, lo que ahora llamamos Responsabilidad Social Corporativa (RSC) era un término del futuro. A pesar de tener todo en contra, DKV apostó con decisión y claridad por un ente que permitiera a las personas con discapacidad contar con la integración laboral que merecen, y que muchas veces se les niega. En la actualidad, Integralia es ya el pilar base de RSC, pero en sus inicios fue creada para dar respuesta a una necesidad particular en la atención al cliente.
Josep Santacreu, presidente de la Fundación Integralia, agradeció, en la celebración de estos 21 años, todo el apoyo que ha hecho posible este proyecto y reafirmó la buena decisión de haber iniciado esta aventura: “En aquel momento, tomamos la decisión de hacerlo de una manera diferente, apostando por dar una oportunidad de acceder al mundo laboral a personas con discapacidad. Ahora estamos seguros de que acertamos con la apuesta”, afirmaba.
Hoy, a través de la formación, del empleo y de itinerarios personalizados, Integralia suma más de dos décadas de éxito en la inserción laboral de personas discapacitadas. Su labor continuada permite que más de 300 personas puedan disfrutar de un trabajo y de continuidad laboral en otras organizaciones.
La importancia de la inserción
Hoy, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, conviene recordar que según el Barómetro de Deloitte elaborado en 2019, en España solo un 25% de empresas cumplen con la Ley General de Discapacidad, que les obliga a contratar un 2% de personas con discapacidad en plantillas superiores a 50 empleados.
Este preocupante dato adquiere una connotación primordial si se tiene en cuenta que las encuestas también reflejan que la mayor parte de las personas con discapacidad prefieren trabajar si su salud se lo permite.
La Fundación Integralia DKV se convierte, así, en una entidad pionera del tercer sector social cuya misión es que las personas que allí trabajen entiendan el paso por sus centros como un tránsito hacia la esfera profesional.
La Escuela Integralia marca el camino
Cuando Integralia decidió echar a volar, ni los sistemas, ni el equipamiento, ni la tecnología contaban con los avances actuales. La formación se convertía en el pilar más importante para mejorar la inclusión laboral de las personas con discapacidad.
Además de haber conseguido avanzar hasta convertirse en un proyecto sostenible, uno de los grandes logros de la Fundación ha sido la creación de la Escuela Integralia: un órgano central creado en 2013 cuyo objetivo ha sido dotar a sus integrantes de las competencias necesarias para su adaptación e incorporación al mercado de trabajo.
En la actualidad, la Fundación cuenta con siete centros de formación (el primero ellos inaugurado en 2006 en Madrid, pero con presencia en Zaragoza, Badajoz, Jerez, Denia, Terrassa y Sant Just Desvern), 521 personas trabajando en sus oficinas para dotar a los clientes de un servicio impecable (un 99% de dichos empleados son personas con discapacidad, incluyendo figuras del Consejo de Administración de Integralia), 65 clientes, más de 4.400 beneficiarios y varios programas de cooperación al desarrollo. Uno de ellos es Julius Pallo Kano.
Kano nació en un pequeño pueblo de Sierra Leona en 1988, pero la guerra estalló y asesinó a sus familiares, dejándole, además, sin brazo izquierdo. Gracias a Integralia, Kano ha podido reconducir su vida. Llegó a España como refugiado de guerra para participar en un torneo de fútbol comandado por víctimas bélicas, y fue entonces cuando decidió quedarse en nuestro país para apostar por un futuro más próspero.
Asentado en Barcelona, pudo pedir asilo como refugiado de guerra, y aunque tardó varios años en conocer la Fundación Integralia, finalmente fue recibido con brazos abiertos. “Estoy feliz. Ya no dependo de nadie y puedo hacer mi vida como cualquier otra persona”, declara Kano. Josep Santacreu, presidente de la Fundación Integralia,
Cooperación internacional
Los servicios de Integralia han cruzado el charco y han llevado en su maleta todo lo aprendido en los centros nacionales para promover la cooperación internacional.
La Fundación cuenta con sedes de formación en países como India, Colombia y Perú: naciones que, hoy en día, cuentan con más de 1.200 personas con un empleo estable gracias a las competencias que Integralia ha transferido desde España.