Cuando conectar nos hace sentir

Desde los gruñidos hasta Internet. Los sistemas de comunicación de los que se ha servido el ser humano han evolucionado mucho a lo largo de los años, de los siglos. Comunicarnos con otros siempre ha sido fundamental, y una vez conseguido no cejamos en el empeño de hacerlo mejor, de encontrar nuevos medios de acercarnos a los demás. Seguramente la razón sea cómo nos hace sentir.

El abrazo de una madre, las primeras miradas adolescentes con la persona que nos gusta, las charlas de bar con los amigos, las conversaciones cotidianas, de todo y de nada, con nuestra pareja… Todo comunica, nos hace sentir millones de cosas, y queremos más, y mejor, y siempre. Aquí la tecnología presta su ayuda.

Para aquellos que están lejos, o cerca pero nunca tienen tiempo, para estar en contacto más a menudo con la familia, para reírse de tonterías con los amigos, para comentar el día con quien nos apetezca. La tecnología hace que tengamos a todos los que queremos junto a nosotros, al instante. Para compartir un chascarrillo o la llegada de un nuevo miembro a la familia, no importa, lo importante es cómo nos hace sentir, esa sensación de estar conectados con quien queremos.

Estar en contacto es una necesidad que todos tenemos. Lo sabemos por instinto, pero también tenemos pruebas de ello. Telefónica ha elaborado un estudio sobre la importancia de las conexiones humanas. En él se arrojan datos como que para un 81% de los encuestados las relaciones personales son fundamentales en su vida, o que la familia y la pareja son las relaciones más importantes con diferencia, muy por encima de amigos íntimos y el resto de la familia.

Una familia que, en estas fechas navideñas, tenemos necesidad de sentir cerca, de estar conectados. Porque, como afirman desde Telefónica, “conectar es más que datos, que gigas”. Lo importante de las conexiones es cómo nos hace sentir.