La soledad no deseada es un problema que, aunque pueda pasar desapercibido, afecta a muchas personas, sobre todo a partir de los 65 años. A esta circunstancia se añaden otro tipo de realidades que también suelen ser habituales a esa edad, como la necesidad de atención sanitaria específica o situaciones de dependencia que exigen cuidados determinados y que se agravan al no poder contar con nadie cerca.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de hogares en los que vive una persona mayor de 65 años sola supera los dos millones, y este número va en aumento. No en todos los casos se trata de una situación sobrevenida, y tampoco implica la ausencia de contacto con familiares, pero a la postre son personas que se ven en su hogar sin compañía y esto puede afectar a su salud física y mental.
Existen una serie de dolencias que se agravan ante una situación de soledad no deseada: problemas cardiovasculares, pérdida progresiva de la movilidad, depresión o deterioro cognitivo, entre otras.
El papel clave del Servicio de Ayuda a Domicilio
Frente a esta situación, el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), que proporciona asistencia a personas mayores y dependientes en sus hogares, es clave a la hora de detectar estas circunstancias. En el caso de Clece, la gestión de este servicio comprende varios municipios de España, alcanzando alrededor de 140.000 usuarios, y en algunas provincias disponen de planes concretos para paliar estos sentimientos de soledad.
En este sentido, la propuesta de Clece contempla un acompañamiento personalizado para cada usuario, basado en el modelo de Atención Integral Centrada en la Persona (AICP), poniendo a su disposición las herramientas necesarias para paliar los posibles problemas asociados a la soledad no deseada.
Con ello se busca, no solo satisfacer las necesidades básicas de la persona en cuanto a salud, aseo, etc., sino también proporcionar un servicio de acompañamiento para que pueda salir de casa a dar un paseo o incluso prestar apoyo si requiere asistencia para realizar determinadas gestiones que no sepa cómo hacer o en las que nadie le pueda ayudar.
Socialización para un envejecimiento saludable
Dado que la socialización es una de las formas que ayudan a paliar los efectos de la soledad no deseada, Clece también impulsa la organización de actividades socioculturales fuera de los hogares para los usuarios de una misma zona. Estas propuestas promueven el envejecimiento activo y saludable a través de encuentros intergeneracionales, visitas a museos, participación en talleres o asistencia a actividades deportivas, entre otras.
En todo este esquema, el papel de las auxiliares del Servicio de Ayuda a Domicilio, que están más en contacto con los usuarios, es fundamental para ofrecer esta atención individualizada que tiene en cuenta sus necesidades, así como para procurar que se sientan acompañados.