Luchando contra el estigma: así se logra la inserción laboral de personas con problemas de salud mental

El 9% de la población española tiene algún tipo de problema de salud mental, según los datos proporcionados por la Confederación Salud Mental España. De los cuales, 8 de cada 10 personas que sufren algún tipo de trastorno mental no tienen empleo. Tampoco es una situación que haya mejorado recientemente, como se podría esperar por la mayor concienciación acerca de esta problemática. De hecho, la tasa de empleabilidad de las personas con problemas de salud mental apenas ha aumentado en la última década: en 2020 se situaba en el 17%, solo un punto por encima de la cifra de 2010.

Las estadísticas de la OMS estiman que una de cada cuatro personas tiene o experimentará un problema de salud mental a lo largo de su vida y, tal como se puede extraer de las cifras ofrecidas por los grandes organismos, esto supone una importante barrera para ejercer un derecho básico como es el trabajo.

Los problemas de salud mental se manifiestan de formas tan diferentes como lo son las personas que las padecen. La mayor parte, además, no son incapacitantes para el empleo y está demostrado que, para las personas con trastornos mentales, una rutina laboral facilita su recuperación y les ayuda a estructurar un proyecto de vida al proporcionarles un rol activo en la sociedad.

El empleo permite a las personas llevar una vida independiente, contribuye a la satisfacción personal y el reconocimiento social, hecho que afecta directamente al bienestar y la salud de las personas. Aun así, existen aún hoy en día muchos prejuicios asociados a la salud mental en el ámbito laboral. No solamente por parte de las empresas que buscan trabajadores, sino que son los propios individuos quienes tienen que superar algunas trabas personales.

Patricia llevaba tiempo buscando un empleo, que finalmente le llegó a través de la asociación Salud Mental FEAFES Galicia y la línea de Salud Mental del programa Incorpora de Fundación “la Caixa”. “Gracias a este proceso pude eliminar de mi vida muchas barreras que me autoimponía, como no verme capaz de trabajar de algo que no fuese relacionado con mi experiencia anterior. He logrado verme capaz de hacer más cosas de las que creía y ahora sé manejar el miedo ante situaciones como una entrevista de trabajo”, asegura.

FEAES Galicia es una de las entidades que participan en la línea de Salud Mental del programa Incorpora de la Fundación “la Caixa”, una iniciativa que nació en 2008 para mejorar la integración laboral de personas con trastornos mentales. Desde que comenzó su actividad más de 17.000 personas se han beneficiado del programa.

Patricia recurrió a Incorpora aconsejada por FEAES Galicia, y recibió un itinerario sociolaboral personalizado según sus aptitudes, necesidades y experiencia para encontrar un empleo en su ciudad, Lugo. Cuenta cómo le avisaron de que “había disponible un puesto de lavandería en un sanatorio y que se trataba de una buena oportunidad para enviar mi currículum. Al principio no me veía preparada, pero, tras hablar con las técnicas y resolver algunas dudas, decidí dar el paso”. Ahora, se enorgullece de haber tomado esta decisión porque “me encanta mi trabajo”, manifiesta.

En el curso de los procesos para ayudar a personas con problemas de salud mental a encontrar empleo resulta especialmente importante el trabajo que realizan los técnicos y profesionales de inserción, pues son ellos los que tejen las redes que permiten culminar con éxito programas como Incorpora.

“Lo más difícil es luchar contra el estigma que todavía hay en el ámbito laboral con respecto a las personas con problemas de salud mental. Por eso, hay que tratar de que las empresas vean las capacidades y no las limitaciones de las personas”, declara Cristina Rivas, que trabaja como técnica de inserción laboral y prospección empresarial en Salud Mental FEAFES Galicia desde 2010, momento en el que esta asociación comenzó a formar parte del programa de Fundación “la Caixa”.

En el programa Incorpora participan en la actualidad más de 411 entidades, gracias a las cuales se lograron el año pasado 2.766 inserciones laborales, como la de Patricia. O la de Juan Ignacio, un cacereño que ha encontrado, en apenas cuatro meses desde que contactó con Incorpora, un empleo como teleoperador. Destaca, del proceso, la cercanía de los profesionales y técnicos de inserción: “Había confianza, siempre que he tenido un problema o alguna duda me la han resuelto”.

Para lograr una inserción laboral todas las piezas deben estar correctamente coordinadas: entidades sociales, empresas y, por supuesto, las personas que sufren la problemática del desempleo a causa de un problema de salud mental, cuya motivación resulta imprescindible. Gracias a este trabajo en red, afirma Rivas, “las inserciones laborales que conseguimos son motivo de gran satisfacción porque son fruto del esfuerzo conjunto de técnicos, empresas y usuarios”.