No hay ningún sector hoy en día que escape a la palabra sostenibilidad. Que la actividad de las compañías de todo el mundo sea cada vez más respetuosa con el medioambiente es un necesidad para asegurar su futuro y, como gran empresa, Microsoft también ha adoptado una serie de políticas y medidas para hacer frente a estos retos. Antonio Budia, director de Partners de Microsoft en España, hace un repaso de las metas que la compañía se ha planteado en cuanto a la sostenibilidad.
Hablar de sostenibilidad parece estar a la orden del día. ¿Es una moda?
Se ha convertido en una prioridad estratégica para las empresas y es que la digitalización sostenible es la forma de impulsar la economía y aumentar nuestra competitividad.
Creemos que la industria tecnológica tiene la oportunidad y la responsabilidad, de trabajar conjuntamente para garantizar la sostenibilidad. Esto se materializa en algoritmos verdes, Inteligencia Artificial para evaluar las emisiones asociadas a la actividad empresarial y extraer conclusiones valiosas, una nube que minimiza las emisiones de carbono frente a soluciones tradicionales, y muchas otras innovaciones para definir nuestro presente y futuro.
La integración de los criterios ESG -Enviromental, Social y Governance- en la estrategia corporativa es una necesidad y la tecnología ayuda a superar los retos que plantean. Hacer un buen uso de la tecnología favorece la construcción de un mundo más sostenible, diverso, inclusivo, responsable y ético.
En Microsoft, trabajamos por la capacitación digital inclusiva y diversa; en el desarrollo de tecnología para acción humanitaria y productos accesibles para personas discapacitadas. Además, tenemos una politica de sostenibilidad muy activa y que ya no es solo algo que hacemos desde un punto de vista de operaciones, sino que está en el corazón de nuestra estrategia y en la que están implicados todos nuestros empleados.
¿Están notando el interés real de las empresas por la sostenibilidad?
Desde luego. Los líderes empresariales tienen la presión de hacer que sus organizaciones intensifiquen sus esfuerzos en sostenibilidad y ayuden a proteger el planeta, pero a la vez, son cada vez más conscientes de que este objetivo se entrelaza con la rentabilidad.
Los consumidores prefieren aquellas marcas que demuestran un compromiso social y medioambiental. De igual modo, las empresas están dando prioridad a las normas ESG en toda su cadena de valor y, por supuesto, en la relación con sus proveedores.
En Microsoft trabajamos para ser el socio de confianza en el desarrollo de la estrategia de sostenibilidad de las organizaciones de todas las industrias. Entre otras cosas, contamos con un Fondo para la Innovación Climática de 1.000 millones de dólares que invertimos en el desarrollo de tecnologías que permitan capturar, reducir y eliminar las emisiones contaminantes. Nuestra plataforma cloud, Azure, es hasta un 98 por ciento más eficiente en carbono que las soluciones on-premises, y permite un ahorro energético que puede llegar al 94%.
Además, hemos puesto en marcha una iniciativa, “Partner Pledge”, para acelerar la innovación y el impacto conjunto en nuestros clientes con nuestro ecosistema de socios, ayudando a promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a la que ya se han unido más de 100 partners españoles.
Por otro lado, el año pasado lanzamos Microsoft Cloud for Sustainability, una solución de nube específica para facilitar a las organizaciones una gestión de la sostenibilidad completa, integrada y automatizada, sin importar en qué etapa se encuentren en sus planes en este sentido.
En España, estamos llevando a cabo proyectos muy interesantes de digitalización sostenible. Por ejemplo, la implantación de nuestra tecnología de trabajo remoto para los más de 27.000 funcionarios del Ayuntamiento de Madrid ha permitido una reducción de emisiones de 7.092 toneladas de CO2 al año, equivalente a la que supondría un bosque de una extensión de 435 veces el Real Jardín Botánico de la capital.
Otro ejemplo es la ciudad de Gandía que, gracias a un sistema de iluminación inteligente bajo nuestra plataforma Azure, redujo el consumo energético anual en un 66 por ciento y las emisiones de carbono en 2.723 toneladas.
Como empresa que puede servir de ejemplo a otras organizaciones, ¿qué objetivos se ha marcado Microsoft para sí misma?
Hoy somos neutros en carbono y el compromiso para 2030 es ser negativos en términos de emisión de carbono y positivos en agua, reabasteciendo más de la que consumamos. Para 2025, esperamos conseguir que el 100% del suministro energético que llegue a todas nuestras operaciones provenga de energías renovables.
Por ejemplo, nuestro campus de Silicon Valley cuenta con un sistema de recolección de agua de lluvia y una planta de tratamiento de desechos para garantizar que el 100% de agua no potable provenga de fuentes recicladas. Un sistema integrado de gestión hídrica administra y reutiliza el agua de lluvia y las aguas residuales. Al reciclar, el campus ahorra aproximadamente 16,2 millones de litros de agua potable cada año.
Esto es algo de suma importancia, si tenemos en cuenta se prevé que para el año 2050, 1 de cada 4 personas podría estar viviendo en países afectados por una escasez crónica de agua y, en algunas regiones tendría un impacto directo sobre el PIB, que podría disminuir hasta un 6%.
Otros de nuestros objetivos es que para 2030 generemos cero residuos en las operaciones directas, productos y embalajes, y para 2050 hayamos eliminado de la atmósfera todo el carbono emitido por la compañía desde su fundación en 1975.
¿Cree que van a lograr los objetivos que se han marcado?
Son ambiciosos, pero vamos por buen camino. Acabamos de presentar nuestro último informe anual de sostenibilidad, en el que mostramos nuestros avances durante el año pasado.
A través de la compra de energía renovable hemos reducido nuestras emisiones de Alcance 1 y hemos hecho menguar las de Alcance 2 en un 17%. Además, estamos añadiendo nuevas medidas para reducir las de Alcance 3, que se han visto incrementadas un 23% con respecto al año anterior.
Estos resultados se produjeron en un contexto de importante crecimiento empresarial para Microsoft, dado que ampliamos significativamente nuestros centros de datos –y, por tanto, la huella global- para responder a la mayor demanda de nuestros servicios cloud, y experimentamos un crecimiento en las ventas de dispositivos, especialmente de Xbox y su uso asociado, en parte por la pandemia.
Los residuos tecnológicos son un problema cada vez mayor. ¿Qué medidas está tomando Microsoft en ese aspecto ?
Es algo que preocupa mucho a la industria tecnológica. Cada año se producen más de 11.000 millones de toneladas de desechos en todo el mundo, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Nosotros evaluamos de forma continua cada producto, componente y proceso de fabricación desde el ángulo de la sostenibilidad. Aplicamos principios circulares, facilitando aspectos como la reparación, reacondicionamiento, reutilización y reciclaje de cada elemento. Por ejemplo, hemos lanzado un ratón, el Ocean Plastic Mouse, que está fabricado con un 20% de plástico reciclado de los océanos. También, nuestros dispositivos Surface están libre de plásticos de un solo uso y pronto serán 100% circulares.
Y, por supuesto, participamos en asociaciones como AMETIC, para compartir nuestra experiencia y ofrecer nuestra visión de cara a la necesaria legislación en esta materia, que debe ir en consonancia con las directivas de las UE.
También nos hemos unido como socio promotor a Forética, la organización empresarial referente en sostenibilidad y responsabilidad social en España. Esta alianza representa un paso más dentro de nuestro compromiso por hacer que el buen uso de la tecnología ayude a construir un mundo más sostenible, diverso, inclusivo, responsable y ético.
Hablemos de los centros de datos; ¿cómo trabaja Microsoft para reducir su impacto medioambiental?
Casi cualquier cosa que hacemos hoy en día tiene un componente tecnológico que lo hace posible: una cita online, una transacción con el banco... Nada de eso sería posible sin los centros de datos que, efectivamente, necesitan energía para funcionar.
En Microsoft invertimos en que nuestros centros de datos sean cada vez más sostenibles, emplazando Centros Circulares en cada uno de ellos. A medida que la nube continúe creciendo, estos centros se convertirán en una pieza clave para cumplir con nuestro objetivo de reducir para 2030 un 55% de las emisiones de Alcance 3 y la eliminación completa de nuestra huella de carbono para 2050.
Estos centros de datos operarán 100% con energía verde. Nuestra estrategia ha estado, desde el principio, orientada a añadir energía renovable a nuestra red de centros de datos. Por supuesto, así será en España, donde hemos anunciado la creación de una Región de Centros de Datos -que pondrá en práctica todos los aprendizajes de otros muy vanguardistas que tenemos en Europa-.
¿Cuál es la importancia de las alianzas público-privadas para incentivar la innovación sostenible?
Estamos ante lo que probablemente es el mayor reto de la humanidad en años, la colaboración público-privada es simplemente necesaria. Más allá del entorno regulador y de gobierno, la aportación del sector privado desde la perspectiva de tecnología y talento es necesaria. La digitalización, tanto de las compañías del sector privado, como de los organismos del sector público, será determinante en el ciclo de recuperación de la economía española.
Las Administraciones tienen una enorme oportunidad para transformar su relación con los ciudadanos y modernizar sus servicios públicos a través de una digitalización sostenible, basada en tecnologías en la nube y de IA.
Es momento de trabajar juntos, construir alianzas público-privadas y garantizar inversiones que impulsen la digitalización sostenible de España.