El tiempo en este mes de junio está siendo, tal y como define la AEMET, bastante anómalo. Muchos esperaban a estas alturas del año estar ya pensando en las vacaciones de verano o, en su defecto, en tener algún fin de semana libre para capturar los primeros rayos de sol y probar las primeras gotas del agua del mar y la arena de la playa.
Sin embargo, el clima no está contribuyendo a poder hacer planes de este tipo. Las altas temperaturas y el calor siguen escondidos y, por lo que parece, tardarán bastante en llegar. Cuando ya se ha consumido la primera decena de días del mes de junio, los españoles han mirado al cielo en demasiadas ocasiones para comprobar si llueve.
Eso cuando no quedaba evidentemente claro por las impresionantes tormentas que han caído desde finales del mes de mayo. El tradicional mes de las flores ha quedado eclipsado por el aire, el agua, las lluvias y el mal tiempo. Ni rastro del sol, ni de las playas, ni de las tradicionales fuentes y praderas que sirven para mitigar las altas temperaturas que acostumbran sufrirse entre mayo y junio.
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Por ello, este atípico momento que atraviesa el clima en nuestro país ha provocado que algunos de los dichos populares más utilizados del refranero español se conviertan en temas de actualidad. Hace unas semanas se hacía perfectamente patente el famoso 'cuando marzo mayea, mayo marcea'. Y ahora, el dicho que gana total repercusión es el también famoso 'hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo'. En vísperas de que se consuma ese cuarenta de mayo descubrimos ahora el origen real de este refrán.
¿Quién fue la primera persona que utilizó el refrán 'hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo'?
El castellano está considerado como uno de los idiomas más ricos del mundo. Su gran variedad le convierte en el mayor tesoro de nuestra cultura y en un quebradero de cabeza para las personas extranjeras que intentan aprenderlo. Uno de sus recovecos más complicados es conocer y comprender todos sus dichos populares y refranes que tiene.
[¿De dónde viene el refrán español 'A ojo de buen cubero'?]
Uno de los más famosos y que se utiliza precisamente en estos días extraños de junio es el 'hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo'. En la mayoría de los casos, como sucede por ejemplo con este refrán, es muy complicado situar el origen de estos refranes. No obstante, la primera persona de la que constan documentos oficiales con esta frase es el folclorista sevillano Francisco Rodríguez Marín.
¿Cuál es el origen del refrán 'hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo'?
El origen de esta frase se remonta al libro Los refranes del almanaque, escrito por el propio Francisco Rodríguez Marín en el año 1968. En dicha obra, en la página 108, se recoge una estrofa que sigue siendo recordada por muchos amantes de la literatura antigua española. Esta dice así: "Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo; Y si vuelve a llover, vuélvetelo a poner".
[¿De dónde viene el refrán español 'La curiosidad mató al gato'?]
Sin embargo, aunque en esta estrofa ya se recoja esta conocida frase popular, no se establece este texto como el origen de la misma, ya que se considera que es muy anterior. La sabiduría popular indica que el nacimiento de esta frase tan sabia se remontaría a tiempos muy pretérito.
Según varios documentos y estudios importantes, la icónica frase que advierte sobre una posible entrada de un frente de mal tiempo en el mes de junio se utiliza desde hace varios siglos antes del citado epígrafe. Sin embargo, no es posible datar con exactitud la fecha exacta o el momento concreto en el que se empezó a utilizar esta icónica sentencia.
No solo no ha sido posible descifrar la fecha o el momento en el que se empezó a utilizar este refrán, ya que tampoco se ha podido conocer de manera exacta la zona geográfica donde antes de empezó a popularizarse. Desde un punto de vista más especulativo, esta frase se ha atribuido siempre al lenguaje coloquial utilizado por el pueblo llano.
Esta teoría surge a raíz del propio significado de la frase: una advertencia sobre el tiempo cambiante de las últimas semanas de la primavera, el cual puede variar entre el calor o climas más frescos. Una época en la que fácilmente pueden aparecer chubascos, tormentas o condiciones como las que se han podido vivir en las últimas semanas.