Los dos apellidos están vinculados a un árbol genealógico que nos identifica como personas. Hoy, los recién nacidos en España siguen recibiendo los dos apellidos de sus progenitores, el del padre y el de la madre.
Una tradición cultural que diferencia al país de otros países en los que solo se recibe uno, generalmente el del padre. De esta manera, el apellido de la madre tiende a desaparecer. Se trata de una costumbre histórica que marca a generaciones.
Seguro que alguna vez te has preguntado por qué los ingleses o los alemanes solo tienen un apellido. A continuación, te explicamos el motivo por el que España no ha seguido la historia de otros países vecinos para apellidarse.
¿Desde cuándo se emplean los dos apellidos?
Los españoles empezaron a recibir dos apellidos a finales del siglo IX en las clases nobles de Castilla. Sin embargo, la población recibía un nombre de pila y un genitivo, como un apodo, que identificaba a su familia en el siglo XVI.
Este hecho hacía que varias personas se pudiesen apellidar igual aunque pertenecieran a una familia diferente. Una costumbre que se fue desarrollando en diferentes puntos del país durante años.
¿Por qué se emplean los dos apellidos en el Registro?
El cardenal Cisneros decidió evitar confusiones entre personas y estableció que cada recién nacido recibiría el apellido de su progenitor en 1501. Un hecho que permitió compartir los mismos apellidos con los padres y los hermanos.
En 1830, en España ya era habitual identificarse con los dos apellidos, aunque todavía no era de forma oficial. Hubo que esperar hasta 1871 para que se incluyese por primera vez en el Registro Civil. Aunque no fue hasta 1889 cuando se estableció el uso oficial del apellido materno y paterno en el Código Civil. El artículo 114 reconoce este derecho de los hijos a tener el apellido del padre y de la madre.
¿Cómo se pueden poner los apellidos hoy en día?
La natalidad sigue siendo un gran problema en España. Durante el primer semestre de 2023, apenas nacieron 103.443 bebés, según los datos de nacimientos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Desde 2007, en España el apellido paterno dejó de tener preferencia sobre el materno a la hora de inscribir a un recién nacido. Aunque, tan solo el 0,5% de los bebés se registran con el primer apellido de la madre. Los progenitores pueden elegir el orden del apellido sin tener que presentar ningún documento para cambiar esta tradición histórica en la que el hombre tenía preferencia sobre la mujer en la sociedad.
La tradición de los apellidos en otros países
La costumbre del doble apellido también se fue imponiendo en América Latina, donde también lo usan además de dos nombres. Tradicionalmente, llevamos dos apellidos, aunque en otros países solo utilizan uno.
En Bélgica, solo se utiliza un apellido y sigue siendo el paterno. Así lo estableció el Código Napoleónico y, aunque se planteó añadir los dos apellidos a los bebés en el año 2005, la propuesta no prosperó.
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El Código Civil portugués permite usar a los hijos los dos apellidos de sus dos progenitores o solo uno, aunque será elegido por un juez. En Portugal, suele emplearse primero el apellido de la madre y después el del padre.
En Francia, los progenitores pueden seleccionar dos apellidos en el orden que quieran o solo uno desde 2005. Aunque, en la mayoría de las ocasiones se suele llevar el paterno. Mientras tanto, en Italia también solía emplearse el paterno, pero desde 2016 se permite tener los dos.
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En Alemania, Reino Unido y Turquía, se suele emplear el apellido del hombre, tanto para los hijos como para la mujer en el matrimonio. La misma costumbre han seguido países como Japón o China, aunque aquí las mujeres no pierden su apellido de soltera.
Del mismo modo, en Rusia y Bulgaria, el apellido se compone incluyendo un sufijo al nombre del padre, en función del sexo del bebé. Sin embargo, Suecia tiene los dos apellidos y los padres pueden elegir el orden que quieran, aunque si no se llega a un consenso, se establece el de la madre en el registro.