España está viviendo un verano absolutamente fatal de ahogamientos. Los últimos datos oficiales que se han ofrecido evidencian la existencia de un problema grave en nuestro país. Las muertes desde principios de año se acercan peligrosamente a las 250, lo que hace ver que el curso terminará superando con creces los datos de años anteriores.
La situación es tan adversa en España que incluso se han vivido días de récord con hasta ocho fallecimientos en una sola jornada. De todos estos casos, más de la mitad se han producido en nuestras playas, lo que convierten el verano y los viajes hacia la costa en una auténtica prueba de riesgo. Sobre todo si no se toman las precauciones necesarias.
Si las playas de España se están convirtiendo en un lugar peligroso, la zona que ha pasado a convertirse en una auténtica trampa mortal es el mar Mediterráneo. Unas aguas, tradicionalmente consideradas como tranquilas, que terminan jugando malas pasadas a quienes se confían. Ahora descubrimos por qué se ha producido esta circunstancia.
¿Cómo afectan las temperaturas del Mediterráneo al número de muertes?
España tiene un serio problema con el número de ahogamientos que se están produciendo en las costas. Pero especialmente regiones como Comunidad Valencia, Cataluña, Murcia o Baleares. Todas ellas tienen en común que están bañadas por las aguas del Mediterráneo, las cuales se han convertido en el espacio más negro del verano.
El último caso se ha producido en Tarragona, donde un hombre de 40 años murió este martes cuando intentaba salvar la vida de dos jóvenes. La Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo sitúa en la zona del Mediterráneo el punto más crítico de geografía española. Así lo explica Salvador Perelló, responsable de formación de la Federación: "Escalada de ahogamientos con respecto al año pasado".
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En declaraciones recogidas por 20minutos, Salvador asegura que el incremento de los ahogamientos también se debe a un componente físico y meteorológico: "Comentándolo con distintos compañeros, hemos visto que tenemos más banderas rojas de lo habitual".
El mar Mediterráneo siempre ha sido una zona tranquila cuyo índice de peligrosidad parece ahora haberse disparado: "Esto se debe a las elevadas temperaturas del agua, que cambian los patrones de vientos". Esto genera la siguiente ecuación: cuanta más temperatura, más irregularidad del viento. Si hay más viento, también más peligrosidad en las corrientes superficiales y por tanto se producen mayor número de ahogamientos.
¿Cómo afecta el factor humano?
Las altas temperaturas, no solo en el agua, también provocan una reacción en cadena que trae consigo más muertes. Si hace más calor, más gente necesita irse a la playa a refrescarse. A mayor número de personas, mayor probabilidad de accidentes. Por ello, Salvador recuerda el 2020, debido a los efectos de la pandemia y del confinamiento, el número de ahogamientos se redujo drásticamente.
Sin embargo, el responsable de formación de la Federación de Salvamento y Socorrismo de la Comunidad Valenciana explica que, tristemente, detrás de los casos de ahogamientos está muchas veces la irresponsabilidad del ser humano. Muchas personas le pierden el respeto al mar y otros directamente se bañan en zonas que están prohibidas o no vigiladas.
Respecto al factor humano, el hecho del repunte de fallecimientos en el Mediterráneo también está muy relacionado con el perfil de los bañistas. La mayoría de las personas que se acercan hasta estas playas tienen más de 50 años y, en algunas ocasiones, patologías previas a las que no dan la importancia necesaria.
¿Los bañistas se toman en serio el mar Mediterráneo?
Una de las claves que han convertido al mar Mediterráneo en el punto negro de nuestra geografía es que le hemos perdido el respeto a este mar. Así lo explica también Emilio García Ladona, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. "Lo de que el Mediterráneo es una balsa es una percepción que no se ajusta a la realidad".
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"En el Mediterráneo la marea es muy pequeña. Pero también hay sistemas de corrientes, puede haber más oleaje, mar de fondo, con tormentas al fondo del mar que son imperceptibles desde la orilla. Los expertos aseguran que el Mediterráneo no se ha vuelto más peligroso, pero que sí es cierto que ha aumentado la sensación de falsa seguridad incluso en gente que no sabe nadar.
"En el mar hay corrientes que te pueden cansar, el mar trae una serie de problemas". En general, este cúmulo de circunstancias provoca mayores imprudencias y, por lo tanto, mayor número de incidentes y que estos también sean más graves. Salvador Perelló también añade que un problema grave es que no ha habido cambios de políticas para mejorar la calidad de los servicios y playas.
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"Si no hay políticas nuevas, no hay resultados". Por ello, el responsable de la Comunidad Valenciana de la FSSCV asegura que hay falta de prevención y formación: "Falta de socorristas, falta de materiales...". "No se han desarrollado órdenes que digan a los ayuntamientos cómo tienen que trabajar o en qué horarios". Así se producen circunstancias como la de algunas playas del Mediterráneo que ni siquiera tienen socorristas.