Una pareja de inquilinos de Vigo que se despidió de su casero por WhatsApp en enero del 2022 para anunciarle que abandonaban su vivienda en Teis y ahora la Audiencia en Vigo les obliga a abonarle 2.500 euros más por impago de cinco meses de la renta. La casa quedó vacía, pero el contrato no había finalizado formalmente.
La sala recordó a la pareja que la mensajería online no es admitida como un conducto válido para poner fin a un contrato de arrendamiento, que finalizó oficialmente cinco meses después de intercambiar los citados WhatsApps.
Así lo ha determinado la sexta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en precisamente en la ciudad de Vigo. Ahora los inquilinos deberán abonar 2.231 euros más gastos (una vez descontada la fianza) como pago de cinco mensualidades que quedaron pendientes de pago (de enero a mayo del 2022).
A pesar de que se habían marchado de la propiedad a principios de año y habían hecho entrega de las llaves en las oficinas de la inmobiliaria, esto no fue suficiente. Fue entonces cuando el casero promovió un juicio por desahucio contra la pareja, alegando que los inquilinos llevaban cinco meses sin pagar la renta y el contrato seguía teniendo vigencia.
La Audiencia revocó una sentencia anterior que daba la razón a los inquilinos y avalaba la reclamación del casero. La sala ha explicado que la finalización de un contrato de arrendamiento no puede ser adoptado de forma unilateral sin contar con el acuerdo y la firma del casero.
Además, los inquilinos no entregaron las llaves al casero, sino a la agencia, que hacía de intermediaria, lo que tampoco tiene validez, y, además, le comunicaron la marcha por WhatsApp al dueño, lo que no es una notificación permitida.
La primera sentencia se dictó en el 2022 por el Juzgado de Primera Instancia número 13 de Vigo en un procedimiento verbal de desahucio por falta de pago de cinco mensualidades de 500 euros cada una.
En ella, la magistrada desestimó tal pretensión y dio la razón a los inquilinos, porque habían entregado las llaves el 11 de enero a la inmobiliaria. Les eximió de pagar esos días de alquiler y 397 euros de gastos de luz y agua porque quedaba compensada por la fianza de 500 euros.
Fue entonces cuando el casero apeló a la Audiencia, al considerar que nunca le entregaron las llaves en persona ni se firmó el fin del contrato, por lo que le seguían debiendo las mensualidades hasta marzo y los gastos, y pidió el desalojo de la vivienda, aunque no se hizo necesario llamar al cerrajero porque la vivienda estaba vacía desde el mes de enero.
La Audiencia revocó entonces la absolución de los inquilinos porque no vio probado que el casero supiese que ya se habían ido o que le hubiesen comunicado la finalización unilateral del contrato.
A pesar de que los inquilinos presentaron un documento donde ambas partes acordaban finalizar el contrato con entrega de llaves al arrendador, la sala subrayó que en el papel no aparece la firma del casero, por lo que no tiene validez.