La reunión de Putin y Kim Jong-Un es, sin duda, una de las más esperadas del año. El encuentro representa algunos de los elementos más temidos por las sociedades occidentales: represión política, falta de libertades, amenaza a otros países, sociedades en depauperación. Dos líderes que comparten su visión ultranacionalista y que se han aproximado para establecer una simbiosis en materia de defensa. Pero tienen otro punto en común: en los últimos años, apenas salen de sus países y apuestan por un tren blindado para hacerlo.

El secretismo sobre ambos ferrocarriles es notable, pero en 2018 la televisión estatal de Corea del Norte dio algunos detalles del transporte cuando Kim viajó a China para reunirse con Xi Jinping.

Entonces, los medios oficiales señalaban que el espectacular tren cuenta con hasta 90 vagones pintados de verde, con un chasis blindado y ventanas tintadas para evitar que se pueda ver a sus ocupantes desde el exterior. En su viaje a Pekín movilizó tan solo 21 vagones.

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El tren, que es una renovación sobre el vehículo que ya usaba su padre, Kim Jong-Il, cuenta con varias salas de reuniones equipadas con mesas de despacho y sofás. La sala que la televisión mostró en 2018 estaba decorada con tonos rosas.

La alta seguridad y comodidad del ferrocarril de Kim Jong-Un tiene una contraindicación nada desdeñable: alcanza una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora, dado el gran tonelaje.

Kim Jong-Un y Putin, en una reunión celebrada en Rusia en 2019 Europa Press

Además, acostumbra a viajar escoltado por otros dos trenes: uno que le precede para evitar posibles amenazas de seguridad y otro que le sigue y que, además de custodiar al principal, transporta los suministros necesarios.

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Se estima que en el convoy viaja al menos un centenar de miembros de seguridad que comprueban las posibles amenazas en la vía y las estaciones, al tiempo que el tren suele estar protegido desde el aire con helicópteros militares o aviones.



Putin también tiene su tren blindado

El líder ruso comparte gustos de seguridad ferroviaria con su homólogo norcoreano. Cuenta con un tren acorazado que está dotado de las mayores medidas de seguridad tanto en dotación de personal como a nivel de telecomunicaciones.

Según las imágenes que se filtraron este mismo año, desde el exterior parece un tren normal, no como en el caso del de Kim. Pero su interior esconde todo tipo de lujos, como una sauna, un gimnasio o una consulta médica.

En lo que sí coincide es en la escasa velocidad del transporte, de nuevo por su elevado peso. Si Putin tuviera que llegar al punto de encuentro con Kim por las vías férreas tardaría más de una semana.

Una cumbre histórica

La agencia estatal de noticias norcoreana confirmaba este lunes algo ya avanzado la semana pasada por la inteligencia estadounidense: que Putin y Kim celebrarían una cumbre en Rusia con motivo del Foro Económico Oriental.

El foro tiene lugar entre los días 10 y 13 de septiembre en Vladivostok, a unos 700 kilómetros de Pyonyang y a unos 9.000 kilómetros de Moscú.

Además, el líder de Corea del Norte visitará el Muelle 33, donde atraca la flota rusa destinada en el Pacífico.

El encuentro tendrá un fuerte componente militar. El presidente ruso quiere pedirle que le dote de proyectiles de artillería y misiles antitanque. Corea del Norte, una nación fuertemente militarizada, puede proveérselos. A cambio, Kim reclamará lo que más le falta a su ejército -tecnología avanzada para satélites y submarinos de propulsión nuclear- y a su pueblo -alimentos-.