Si ha habido algo que durante décadas ha apasionado a muchos viajeros ha sido tratar de conseguir el máximo número de sellos posibles en sus pasaportes. Los hay más originales, más comunes o incluso más raros o difíciles de conseguir. Pero la realidad es que tener un gran número de sellos en el pasaporte ha convertido históricamente a los ciudadanos en auténticos viajeros. Ahora, este tradicional método de control fronterizo de entrada a los países podría desaparecer. Y el motivo no es otro que la llegada de una nueva fórmula que la Unión Europea ya prepara para implantar en noviembre.
Los sellos de los pasaportes son impresiones que se marcan en las páginas de los pasaportes para corroborar que esa persona ha entrado o ha salido de un país. Existen multitud de sellos y estos contienen información muy variada. De hecho, pueden incluir datos importantes como la fecha de entrada y salida o el nombre del país. Hay algunos, incluso, que incluyen también el nombre del lugar por donde se ha accedido al país, como puede ser por ejemplo un aeropuerto o un puerto marítimo.
Históricamente, los sellos han servido como registro oficial de los viajeros internacionales y se han utilizado para corroborar el cumplimiento de las leyes de inmigración. Pero la realidad es que, durante años, estas impresiones han servido a los ciudadanos a modo de recuerdo de los viajes que han realizado. Normalmente, son los funcionarios de control de fronteras o aduanas los que colocan los sellos en los pasaportes. Y aunque pueda parecer una técnica original buena, lo cierto es que algunos expertos llevan años desaconsejando su uso.
Es el caso de Sally French, una experta en viajes que ha explicado en varias ocasiones que los sellos, en ocasiones, pueden suponer problemas a los viajeros a la hora de entrar a un país. "Si están mal impresos, puede ser difícil acceder a ellos más adelante. A menudo, se colocan al azar en las libretas de pasaportes, lo que puede dificultar su búsqueda y también se pueden falsificar fácilmente", ha explicado la propia Sally.
Y es que, aunque parezca mentira, es algo que sucede en ocasiones. Aunque según datos exclusivos de la International Air Transport Association (IATA), el pasaporte español es uno de los más poderosos, en algunos lugares han llegado a causar "conflictos políticos".
Es el caso de lo que le ocurrió a un ciudadano español al que retuvieron en la frontera por un sello que España no reconocía. En este caso, se trataba de Kosovo, un Estado con reconocimiento limitado y sobre el que España considera que su declaración de independencia fue contraria al derecho internacional y a la Carta de las Naciones Unidas.
En ocasiones, el control fronterizo que realiza el personal de seguridad en aeropuertos a través de los sellos de los pasaportes puede llevar mucho tiempo. Y no solo eso, sino que, además, se ha comprobado que los sellos en ocasiones no son del todo fiables. Por ello, ahora, la Unión Europea prepara un nuevo método de entrada y salida de pasajeros basado en alta tecnología y que dejará atrás a los famosos sellos.
El nuevo sistema que prepara la UE tiene previsto implantarse el próximo mes de noviembre y estará dividido en dos. Las personas que necesiten un visado de entrada tendrán que pasar un escáner de reconocimiento facial. Por el contrario, los pasajeros que no necesiten visado tendrán que registrar cuatro huellas dactilares, además de pasar también por el escáner de reconocimiento facial.
Pero hay que tener en cuenta que este nuevo sistema no se aplicará a todos los ciudadanos. Únicamente será aplicable a todos aquellos ciudadanos de países que no pertenezcan a la Unión Europea, que viajen con una estancia de hasta 90 días en un período de 180 días. Además, este método se implantará solo en 29 países, entre los que sí se encuentra España.
"Era el único recuerdo que solía tener de mis viajes"
Algunos usuarios que han viajado recientemente ya han podido comprobar que este tipo de métodos están comenzando a implantarse en los aeropuertos de algunos países. Tal y como detalló Sandra Weinacht, de Inside Europe, en algunos como el de Núremberg lleva "meses funcionando".
Sin embargo, a pesar de que muchos consideran que el método mejorará la seguridad y garantizará una mejor calidad en el control de fronteras, lo cierto es que los más "tradicionales" añoran con nostalgia los tradicionales sellos. Es el caso de Lee Abbamonte, un joven que ha visitado todos los países del mundo y que ha conseguido poner sellos a más de 25 pasaportes.
"Los sellos de pasaporte eran el único recuerdo que solía tener de mis viajes que me llevaban a todos los países. Me encantaban y de hecho señalaba al funcionario de migración dónde debía estampar para evitar estampar encima de otro u ocupar espacio innecesario y así poder conseguir más sellos en mi pasaporte", aseguró a CQ. Entre sus favoritos, se encuentran algunos como los del Polo Sur, las islas Pitcairn, Tokelau, Ogasawara, Ascensión o Santa Elena.