La inteligencia artificial se presenta, también, como la revolución de la educación

 IA educación

La IA está empezando a desempeñar un papel cada vez más importante en el día a día de las aulas. Pero, ¿cuáles son los retos y desafíos que plantea su uso? ¿Qué ventajas y oportunidades ofrece?

Hoy que la inteligencia artificial lo está revolucionado todo, es momento de reflexionar sobre cómo esta tecnología va a influir -si no lo está haciendo ya- en el sistema educativo actual. La IA ha sido llamada a reformular tanto la forma en que los profesores enseñan como en la que los estudiantes aprenden y promete una transformación tecnológica que planteará interesantes retos y oportunidades.

En la era digital, la IA abre un abanico de posibilidades para profesores y estudiantes que vale la pena explorar, aunque también se acusa a la rápida implantación de esta tecnología de impedir que el sistema educativo se adapte lo suficiente. Es por ello que, tratando de adelantarse a problemas derivados de la irrupción de la IA, a finales de 2022 la Comisión Europea lanzó una guía, Directrices éticas sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) y los datos en la educación y formación para los educadores, elaborada por expertos en IA y dirigida a los docentes. Este manual busca aclarar conceptos en torno a la tecnología y ofrecer una serie de directrices sobre cómo integrarla en las aulas, proporcionando ejemplos prácticos sobre su uso. Y es que la apresurada incorporación de la inteligencia artificial en el día a día requiere que tanto profesores como alumnos comprendan sus bases si se quiere aprovechar todo su potencial.

Desde la adaptación de contenidos hasta la automatización de tareas administrativas, la IA ofrece herramientas para crear entornos educativos más eficientes y centrados en el estudiante. Sin embargo, este potencial debe ser cuidadosamente gestionado y considerar aspectos éticos como la equidad en el acceso y la privacidad de los datos para asegurar que el uso de la IA sea realmente beneficioso para los estudiantes.

¿Qué es la inteligencia artificial?

La inteligencia artificial (IA) se refiere a la capacidad de las máquinas para realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. Estos sistemas están diseñados para aprender, razonar, resolver problemas, planificar, reconocer patrones, comprender el lenguaje natural y adaptarse a situaciones cambiantes. Así, la IA busca simular funciones mentales humanas para tomar decisiones de manera autónoma y realizar tareas de manera eficiente.

¿Cuándo se inventó la IA?

Warren McCulloch y Walter Pitts presentaron en 1943 un modelo de neuronas artificiales que se considera el primer trabajo de campo de inteligencia artificial. En la década de los 50, Alan Turing consolidó las investigaciones en este ámbito con su famosa ‘Prueba de Turing’, por la cual se le considera padre de la inteligencia artificial, sin embargo, el término como tal no sería acuñado hasta 1956 por el informático John McCarthy durante la conferencia ‘Dartmouth Summer Research Project on Artificial Intelligence’.

La revolución de la educación

ChatGPT fue una de las primeras IA en revolucionar las aulas. Este chatbot está diseñado para generar texto de manera coherente, pudiendo responder a preguntas sobre multitud de disciplinas -aunque sus conocimientos están limitados a lo publicado en Internet hasta enero de 2022- e incluso mantener una conversación como si de una persona se tratase. Pero con su llegada empezaron también los intentos de plagio en la realización de tareas y trabajos, abriendo rápidamente el debate sobre el uso ético y transparente de la IA en la educación.

Además de las consideraciones morales sobre su uso, el principal desafío que presenta la universalidad e inmediatez de la IA es garantizar un acceso equitativo a la misma, así como proteger la privacidad de los datos y promover el equilibrio entre la utilización de las herramientas tecnológicas con el aprendizaje humano. Aunque de estos mismos retos surgen las oportunidades para hacer la educación más accesible, personalizada y eficiente.

Oportunidades

  • Personalización del aprendizaje
  • Atención a las necesidades individuales
  • Retroalimentación inmediata
  • Fomentar un aprendizaje crítico y creativo
  • Amplia accesibilidad
  • Mejora de las competencias digitales

Retos

  • Garantizar un acceso inclusivo y equitativo
  • Promover un uso ético y transparente
  • Sistemas de datos sin sesgos y de calidad
  • Implantación formal de la IA en los planes educativos
  • Formación de los docentes en la utilización de la tecnología
  • Excesiva dependencia de la tecnología

La personalización del aprendizaje es una de las ventajas más destacadas, puesto que la IA facilita la adaptación de los contenidos a las necesidades individuales de cada estudiante, beneficiando a estos y simplificando la creación de los planes escolares a los docentes. Aunque también plantea algunos problemas, como que las IA pueden generar contenido incorrecto o sesgado según las bases de datos con las que hayan sido entrenadas. Algunos modelos también pueden tener dificultades para interpretar las cuestiones que se les plantean, lo que podría llevar a respuestas poco claras o confusas. Asimismo, ya que las respuestas generadas por la IA no tienen supervisión alguna, podrían generar respuestas inapropiadas para su uso en entornos educativos.

Por otro lado, se señala el acceso ilimitado a multitud de recursos educativos de niveles y materias variadas como uno de los grandes beneficios, convirtiendo el aprendizaje en una experiencia accesible a todos. Además, con el uso de esta tecnología los estudiantes reciben una retroalimentación inmediata, facilitando la corrección de errores y fomentando su autonomía en el estudio.

Se teme que el uso excesivo de las herramientas tecnológicas podría reducir las relaciones sociales.

Sin embargo, la aproximación desigual a esta tecnología podría excluir a algunos estudiantes, apartándolos de los beneficios potenciales de la inteligencia artificial y provocando un aprendizaje dispar. Es por ello que la implementación de la IA en la educación requiere una supervisión cuidadosa, puesto que la falta de comprensión o el uso sin control podría acabar resultando perjudicial para los alumnos.

Igualmente, no hay que olvidar la importancia de la interacción humana en la educación, de las necesidades emocionales y sociales de los estudiantes. En este sentido se teme que el uso excesivo de las herramientas tecnológicas podría reducir las relaciones sociales. Una dependencia excesiva de la IA también podría conllevar a la pérdida de habilidades como la resolución de problemas o la toma de decisiones, si los estudiantes confían demasiado en la tecnología para estas tareas.

La simbiosis entre tecnología y educación promete dejar una huella positiva.

En el futuro próximo el reto consistirá en evitar que la tecnología reemplace los conocimientos tradicionales y preparar a los estudiantes para enfrentarse a un mundo cada vez más tecnológico. Para ello es necesario un uso ético de la IA, que permita disfrutar de beneficios como la liberación del tiempo que supone la realización de tareas banales para fortalecer la interacción humana. Si bien hay desafíos a superar, la simbiosis entre tecnología y educación promete dejar una huella positiva, donde se vislumbra un futuro en el que cada estudiante puede aprender a su propio ritmo.

La revolución de la inteligencia artificial en la educación abre el camino para una enseñanza más efectiva y equitativa, pero que requerirá una implementación cuidadosa y ética para alcanzar su máximo potencial. ¿El objetivo? Conseguir que la tecnología sea herramienta complementaria en el rol fundamental de los educadores y el aprendizaje humano.