Los empresarios suelen tener una relación laboral con sus empleados y, en la mayoría de las ocasiones, no se producen herencias. De hecho, estos casos se producen en los negocios familiares o en las familias. Sin embargo, en una joyería de lujo de Estados Unidos sus propietarios han decidido romper esta regla.
Harvey y Maddy Rovinsky son los propietarios de Bernie Robbins Jewelers y cuentan con varias tiendas en Filadelfia y Nueva Jersey desde la fundación de la empresa en 1962. El matrimonio está a punto de jubilarse y, aunque ya vendieron una de sus tiendas el año pasado, la pareja ha decidido ahora dejar el legado de su negocio a sus mejores empleados.
La premisa de los dueños de esta joyería es que las personas que llevan casi 30 años trabajando en el negocio, se hagan cargo de la empresa para continuar con la tradición familiar que inició Bernie Robbins, el padre de Maddy y fundador de este imperio.
Después de 60 años de trabajo, la pareja ha decidido dejar su negocio familiar a sus empleados para que "el negocio no desaparezca". "No tenemos ninguna familia en el negocio y necesitamos un camino para la sucesión. Ya sabes, nuestra pista se está acortando y si tenemos un problema con uno de nosotros o con ambos, entonces el negocio desaparece", ha manifestado Harvey a Fox News Digital.
En este momento, el actual dueño de la joyería ha recordado cómo fue el momento en el que su mujer y él tomaron la decisión de dejar su imperio a sus empleados. "Dijimos: 'Sabes, esto ha estado frente a nuestras caras todo este tiempo'. En lugar de intentar encontrar un comprador cualificado, ¿por qué no dárselo a personas que ahora lo dirigen con éxito?", ha señalado.
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Además, la pareja de empresarios ha explicado que su intención es que sus empleados más fieles continúen al frente del negocio. "Hemos estado buscando una manera de continuar, de mantener empleados a personas realmente excelentes. Muchos de ellos llevan 30 años, 25, 20 años con nosotros. Así que son personas a largo plazo, son como una familia", ha añadido Harvey.
Tanto Harvey como Maddy Rovinsky se muestran orgullosos de ver cómo su negocio va a quedar en manos de nuevos propietarios que saben que seguirán cosechando éxitos en todas sus joyerías. "En lugar de intentar encontrar un comprador cualificado, '¿Por qué no dárselo a personas que ahora lo dirigen con éxito?'", ha argumentado el empresario, que también ha resaltado que no querían que el objetivo económico pasara desapercibido para las personas que ya saben cómo funcionan sus tiendas.
Los dueños del negocio continuarán con el legado de la joyería
De esta forma, confían en el que el negocio estará en buenas manos porque los nuevos dueños "aman" esta empresa. "Me siento halagado y honrado de que me hayan pedido que me quede, lo cual estaré feliz de hacer hasta que los moleste lo suficiente y me despidan", ha señalado Harvey.
"Entienden nuestra cultura, entienden lo que queremos. Lo han estado haciendo, lo han estado ejecutando y hemos tenido suerte de que el aspecto económico no fuera una motivación. Así que vamos a continuar el negocio con la gente que sabe cómo manejarlo", ha concluido el propietario de esta joyería estadounidense.