El problema de la vivienda es uno de los más extendidos que hay en España. Especialmente para los jóvenes, quienes cada vez tienen más dificultades para acceder a una vivienda. Es por ello que surgen soluciones imaginativas como la que marca el tempo de la historia que protagonizan Cándida y Andrea. Una mujer de 87 años y una joven estudiante que acaba de pasar los 35 y que son compañeras piso.
Cuando uno se marcha a una ciudad nueva o cuando se adentra en la etapa de estudiante, se imagina compartiendo piso con sus compañeros de clase o con sus amigos. Sin embargo, lo que seguramente no tenga en la cabeza es terminar viviendo con una persona que podría ser su abuela. No obstante, Andrea está experimentando esta vivencia y está encantada.
Así lo transmite en una historia rescatada por el programa Espejo Público de Antena 3, donde la propia Andrea y su nueva compañera Cándida cuentan su particular historia, esa que cada vez protagonizan más 'parejas' en España. Y todo gracias a la intervención de la organización 'Solidarios para el Desarrollo' y de su programa 'Convive'.
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Se puede vivir en ciudades como Madrid y pagar solo 100 euros por el alquiler. No son muchos los casos que existen, pero sí que hay algunos. Uno de ellos, que se ha viralizado por su carácter particular, es el protagonizado por Cándida, una mujer de 87 años, y Andrea, una chica que apenas supera los 35. Ellas son una de las parejas de compañeras de piso más especiales de toda España.
Solo llevan dos meses compartiendo piso, pero ya se han adaptado perfectamente la una a la otra. "Ella se lava lo suyo, y yo lo mío. Aquí no se mezcla nada". Así explican, entre risas, cómo han fraguado su convivencia en un bajo de unos 60 metros cuadrados. Un espacio pequeño, pero que estas dos 'amigas' han convertido en su hogar estableciendo sus propias reglas.
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Su unión está destinada a solucionar dos problemas. Por un lado, la dificultad para encontrar una vivienda a un precio razonable que se encuentran jóvenes como Andrea. Por otro, acabar con la soledad de personas mayores como Cándida. En España, un 20% de la población mayor de 65 años vive sola. Esto son más de 8 millones de personas.
En el 70% de los casos son mujeres como Cándida. Mayores que, a pesar de encontrarse en perfecto estado de salud, prefieren tener una compañía para llevar mejor su día a día. Por ello, surgen programas como 'Convive' de la organización 'Solidarios para el Desarrollo', que intentan solucionar la problemática de estos grupos generacionales tan aparentemente alejados.
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Este proyecto une a personas mayores con universitarios de otras provincias o del extranjero que vienen a una ciudad tan inasequible en vivienda como Madrid. Andrea paga solo 100 euros para cubrir gastos de suministro. Una cantidad que ni siquiera Cándida quiere, ya que ella solo buscaba esa compañía que ahora le aporta Andrea.
"Me han obligado a aceptarlo. Yo sólo quería compañía", asegura Cándida a Espejo Público. Javier, miembro de esta organización, explica que son más las ofertas realizadas por los jóvenes que las posibilidades que tienen de reorganizarlos a todos. Hay mayores que tienen reparos a la hora de meter a desconocidos en casa. Una posición entendible y lógica.
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"Su mayor temor es meter a alguien desconocido en su casa, pero les da confianza que este programa nos tenga detrás a nosotros, al Ayuntamiento de Madrid y a un equipo técnico que los acompaña". Así pues, a cambio de tener una casa, estos jóvenes pasan un par de horas al día con sus nuevos mayores. Es el caso de Génesis, una joven veinteañera que comparte casa con Blanca, de 95 años. "De la misma forma que ella me brinda su hogar, tú le das tu atención y tu afecto".
Cada vez más organizaciones se están sumando a este tipo de iniciativas y están habilitando más programas para solucionar, en parte, los problemas de la vivienda y de la soledad de los mayores. Mientras unos encuentran su hogar a precios sorprendentes, otros convierten su casa en un lugar en el que no sentirles solos, sino acompañados por personas que les ayudan y que les agradecen su hospitalidad.