En España, cada vez es más común que los carriles de circulación urbanos estén invadidos por coches, motos, bicis, patinetes… o incluso peor, alguno de los más de 60.0000 vehículos de alquiler conducidos por personas que, muchas veces, no cuentan con demasiada experiencia.
La palabra dooring tiene su origen en el inglés door, que significa puerta. El fenómeno hace referencia a la frecuente mala maniobra de, tras estacionar el vehículo en un entorno urbano, abrir rápidamente la puerta y, sin mirar antes, salir disparado.
Una frase que se repite constantemente a los niños, la de "mirar antes de salir del coche" o "mirar antes de cruzar" para que sean conscientes del riesgo que implica acceder a la vía urbana, pero que se nos van olvidando cuando somos adultos, como si el peligro no fuese con nosotros.
Peligros del dooring
El dooring en los entornos urbanos es mucho más frecuente de lo que el sentido común nos llevaría a imaginar. Una tesitura que puede ir desde pequeñas contusiones hasta situaciones de alto riesgo para la integridad física, especialmente si se trata de ciclistas y vehículos de movilidad personal.
Tanto si estás a un lado o al otro de la puerta que se abre, puedes resultar herido. Ciclistas, motoristas y conductores de patinetes son particularmente vulnerables en este tipo de situaciones. Por un lado, por las velocidades que alcanzan y, por otro, porque no cuentan con la protección que proporciona la carrocería de un automóvil.
Además, la normativa les recomienda circular lo más a la derecha que sea posible, es decir, pegados a la fila reservada para coches estacionados que son, obviamente, los más propensos a abrir puertas de manera repentina.
Además de los riegos físicos, es importante tener en cuenta los riesgos legales, ya que, en caso de accidente por dooring, la culpa siempre recaerá sobre la persona que ha abierto la puerta. A excepción de que quien choque con ella esté cometiendo una infracción (como, por ejemplo, invadiendo un carril en sentido contrario). Esto aplica a cualquier vehículo estacionado, como camiones y furgonetas.
Un truco para evitar el riesgo del dooring
Cuando estaciones el vehículo, es fundamental mirar fuera en ambos sentidos antes de abrir tu puerta. Pero, además, puedes aplicar la sencilla maniobra conocida como abrir la puerta del coche 'a la holandesa'.
Esta técnica, recomendada por la Guardia Civil, consiste simplemente en accionar el tirador de la puerta con la mano que se encuentre más alejada (la derecha en el lado del conductor o la izquierda en el lado del copiloto). De esta manera, la persona que sale del coche se ve obligado a girar el cuerpo y así poder ver si viene alguien por detrás.
Consejos del RACE para evitar el dooring
- Al circular junto a una fila de vehículos estacionados, asegúrate de dejar siempre el espacio suficiente con los coches para que, en caso de que alguien abra la puerta de manera repentina, haya tiempo de reacción.
- Vigila las posibles señales de peligro que puedan indicar que un automóvil está a punto de abrir la puerta: luces intermitentes, movimiento dentro del vehículo o la presencia de pasajeros en el interior.
- Si vas en bicicleta, y siempre y cuando sea posible, utiliza vías específicas. Estas rutas están diseñadas para minimizar los riesgos asociados con el tráfico vehicular.