Conocida por muchos por ser la ciudad que está a medio camino entre Madrid y Barcelona, Zaragoza bien merece una parada de, al menos, 24 horas. Dicen que es algo muy de España no poner en valor lo nuestro hasta que no viene alguien de fuera y nos lo hace ver. En este caso, es el National Geographic el que recomienda una parada en la capital del Ebro.

La ciudad romana que nació como Caesaraugusta, tras la reconquista cristiana, en 1118, se llamó Saragoça, nombre que evolucionó más tarde hacia Çaragoça. La denominación actual de Zaragoza, procede del antiguo topónimo romano Caesaraugusta, que recibió en honor al emperador César Augusto en el 14 a. C.

Capital del antiguo reino de Aragón, Zaragoza ha vivido milenios de dominios romanos, califatos islámicos o monarcas católicos. Caesaraugusta, Saragoça o Saraqusta... todas ellas han dejado su huella en la arquitectura actual de la ciudad. Desde las agujas barrocas que rodean la basílica de Nuestra Señora del Pilar a su Casco Viejo, un laberinto de calles estrechas lleno de tiendas y bares.

Cómo disfrutar de Zaragoza en 48 horas

Día 1 en Zaragoza

Para el primer día en la ciudad, el National Geographic recomienda empezar por una visita al Pilar y unas tapas. Para los maños, la basílica del Pilar y su virgen son un símbolo de la ciudad que, muchas veces, excede a las creencias religiosas, por lo que, "creyente o no, la basílica es un excelente punto de partida en una visita a la ciudad".

A escasos metros, al otro lado de la plaza del Pilar, se encuentra la catedral de La Seo, "una maravilla de estilos híbridos (románico, gótico, neoclásico) que incorpora los restos de una mezquita del siglo XI y de un antiguo foro romano". Sin salir de la misma plaza, está la tercera recomendación de la revista de viajes: "Las ruinas de las termas del siglo I y el anfiteatro del asentamiento romano de Caesaraugusta".

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Para la primera comida en la ciudad, la mejor opción no podía ser otra que un buen ternasco de Aragón en el Real. El National Geographic recomienda este restaurante (que también ha visitado el jurado de MasterChef) porque "dispone de mesas en un patio con vistas al Pilar y bajo los grandes arcos del Pasaje del Ciclón".

Para bajar la comilona, nada mejor que dar un paseo por las calles cercanas, museos, plazas y tiendas contentarán a todos los gustos. Al otro lado del Pilar, la ribera hará los placeres de aquellos que disfruten de un buen paseo entre árboles y puentes.

Como colofón de la primera jornada, los expertos en viajes recomiendan adentrarse en 'El Tubo', "un denso entramado de callejuelas que aglutina tabernas de época y bares modernos entre patios góticos, casas renacentistas y tramos de la muralla romana", describen.

Una buena manera de empezar la noche es en uno de los establecimientos con más solera de Zaragoza, Bodegas Almau. Puedes disfrutar de sus salmueras, de una tapa de jamón batido y de un rico vino Cariñena o Somontano. Para seguir una parada en El Champi, un pequeño bar esquinero, famoso por su tapa única de champiñones al ajillo sobre un trocito de pan.

Para terminar la noche, El Plata, un café cantante con espectáculos de cabaré situado en la calle Cuatro de Agosto, "que acoge espectáculos de humor, acrobacia y casi burlesque en una sala de los años veinte", dicen en el National Geographic. Y con esto, a dormir para una segunda jornada.

Día 2 en Zaragoza

El día empieza en la Aljafería, "la fortaleza del siglo XI construida por la dinastía musulmana Banu Had, que más tarde se convirtió en la sede de los Reyes de Aragón tras la reconquista de la ciudad por los cristianos. Hoy en día, se erige restaurada como un imponente dechado de arte y arquitectura hispano-islámicos, decorada con yeserías, pórticos y fragmentos pictóricos originales", recoge la revista.

Por la tarde, un plácido paseo "le conducirá hasta la orilla derecha del Ebro. Almuerce al aire libre en la Playa Los Ángeles Terraza y pasee por la tarde por el paseo fluvial, renovado con motivo de la Expo 2008. El Balcón de San Lázaro, en la orilla izquierda, ofrece las vistas más espectaculares del centro de la ciudad", recomiendan de manera acertada en la publicación.

Para los amantes del deporte, una excelente manera de conocer a fondo la ciudad es desde su columna vertebral, el río Ebro. Se puede reservar una excursión crepuscular en kayak con Ebronautas y deslizarse, apuntan, "bajo el cruce de piedra del Puente de la Piedra, justo cuando sus farolas proyectan su resplandor vespertino en el agua".

Como broche final, destaca el National Geographic que "el amor de los maños por la música se hace patente en la jota (...). La música en vivo se nutre de una tradición folclórica afín, que podrá escuchar en muchos grupos que tocan en locales del barrio de la Magdalena como El Garito de Gareta o el Bar Entalto", recomiendan, o "si le gustan más los riffs, no se pierda las actuaciones en directo del Rock & Blues Café, o del Ragtime, un pub tan dedicado al jazz del que casi se puede ver las notas azules salir por la puerta", concluyen.

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Y así, terminan 48 horas intensas en la ciudad de Zaragoza. Dos días en los que disfrutar de cultura, gastronomía, ocio y de la mejor gente. ¿Cómo llegar? Zaragoza está muy bien comunicada por carretera, tren de alta velocidad o, incluso, en avión desde algunas ciudades europeas y de España.