España es un país conocido tradicionalmente por su turismo. Tanto las decenas de millones de personas que llegan hasta diferentes puntos de nuestro territorio, como por la afición de muchos españoles por acudir hasta lugares icónicos del mundo como Nueva York, París o Asia.
Uno de sus destinos turísticos más tradicionales en el planeta es Grecia por sus playas y por sus conocidas islas y pueblos de casas blancas y aguas azul turquesa. Cada año, millones y millones de personas acuden hasta esta región del Mediterráneo para disfrutar de unas vacaciones únicas.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que esto que buscan en zonas como Santorini o Mykonos, tradicionalmente con un coste muy alto, lo pueden encontrar también sin salir de España, en uno de los pueblos más bonitos y a la vez menos conocidos de nuestro país.
¿Cuál es el pueblo de España que recuerda a Grecia?
Estar en Grecia sin salir de España es posible. Sobre todo, si conocemos este precioso pueblo situado en una de las islas más bonitas de nuestro país. Nos desplazamos hasta las Baleares, y más concretamente, hasta Menorca. Allí se encuentra un pueblo lleno de encanto que se llama Binibeca Vell.
Este pequeño municipio, considerado una pedanía perteneciente al municipio de San Luis de tan solo 250 habitantes, es uno de los grandes misterios nuestro país, ya que es una joya escondida que pocos conocen a pesar de su belleza y espectacularidad. Por su estilo, marcado por sus impresionantes playas y sus construcciones en tonos claros y blancos, recuerda mucho a las zonas más glamurosas de Grecia, tradicional paraíso y enclave idílico.
Binibeca Vell es un lugar único, de arquitectura blanca y calles estrechas y empedradas con varios rincones por descubrir. Además de tener la propia tranquilidad y atmósfera de bienestar que se espera de un pueblo, tiene los signos inconfundibles del Mediterráneo y de un lugar marcado por la historia como evidencian sus techos terracota y callejones serpenteantes.
Este 'pedacito' de Grecia dentro de las Baleares destaca también por sus impresionantes acantilados y por sus aguas cristalinas. Además, se trata de una pequeña localidad que tiene un origen muy peculiar y que crea parte de su leyenda.
¿Cómo surgió Binibeca de Vell?
Este pequeño municipio de Menorca nació de la idea de un grupo de promotores que buscaban crear una pequeña localidad para bohemios e intelectuales que buscaran la inspiración de la naturaleza. Así fue como se construyeron sus primeras 165 casas, locales y tiendas de fachadas encaladas en blanco, balcones de madera y baja altura.
Su belleza es tal que ha inspirado las obras de artistas como Frances Poch Romeu, cautivado por su entorno natural. Se trata de un pueblo que multiplica su ambiente en verano por la llegada de turistas y que aprovecha los inviernos, cuando queda en silencio, para llevar a cabo labores de mantenimiento y restauración.
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Se encuentra a solo 8 kilómetros de la conocida localidad de Mahón y sus puntos de mayor interés son la iglesia de Binibeca, la plaza Mayor y el pintoresco paseo marítimo. Y después de recorrer todas sus maravillas, nada mejor que finalizar el día en uno de sus incomparables atardeceres en la tranquilidad de su embarcadero. Además, desde aquí podemos visitar algunas de las maravillas más conocidas de Menorca como son la cala Galdana, la cala Mitjana o Ciutadella.