España es un país conocido sobre todo por la belleza de sus pueblos. En función de la zona de nuestro territorio en la que nos encontremos estos tendrán un estilo u otros. Sin embargo, todos ellos guardan una belleza y un significado especial. Y si hay una publicación en el mundo especializada en este tipo de asuntos turísticos es National Geographic.
La famosa publicación es conocida por hacer diferentes tipos de listas para elegir las mejores ciudades, las mejores playas o incluso los mejores destinos de vacaciones. Sin embargo, una de las clasificaciones más buscadas año tras año es las de los pueblos más bonitos de España. Y a la cabeza de esta lista se ha vuelto a situar uno de los nombres más habituales.
Trujillo, en la provincia de Cáceres, ha sido elegido una vez más como el pueblo más bonito de toda España. Así lo consideran al menos los lectores de National Geographic, los cuales tienen clara cuál es su elección. Una esperadísima votación que ha dejado su veredicto final y que ha otorgado a este pequeño municipio de Extremadura el galardón del Mejor Pueblo de España 2024.
¿Por qué Trujillo es el pueblo más bonito?
Trujillo ha sido elegido una vez más como el pueblo más bonito de España. Una elección que ha corrido a cargo de los lectores de la revista National Geographic y en la que se podían elegir hasta 75 municipios diferentes de nuestro país. La última criba había dejado la elección en cinco finalistas. Y de todos ellos, Trujillo ha resultado el ganador.
Una victoria que se ha llevado por estar considerado como un lugar único en el mundo en cuanto a la impresionante mezcla de estilos arquitectónicos que ofrece. En Trujillo se dan cita ejemplos vivos de construcciones renacentistas, árabes e incluso romanas. El buen estado de conservación de todas ellas permite disfrutar de esta mezcolanza de estilos y referencias.
Trujillo, además de un pueblo precioso y muy famoso tanto dentro de España como fuera, está considerado como un destino rural muy completo para realizar un viaje en cualquier época del año. Además, cuenta con una impresionante red de hoteles y restaurantes, que lo convierten también en un deleite gastronómico para los sentidos.
Dentro de Trujillo, podemos disfrutar de sus calles adoquinadas, de sus espectaculares portales y de sus plazas que sirven para unir los retales de la historia de un pueblo cargado de leyendas y de tradiciones. Entre sus murallas, se esconden misterios de la época de los romanos y también del paso de los árabes por la Península.
De hecho, se tiene la creencia más o menos asentada de que Turgalium, Trujillo en la Antigua Roma, fue una localidad referencia en la zona. Tras la época paleocristiana llegó el paso de los Visigodos antes de la dominación musulmana. Todas ellas siguieron dejando su sello arquitectónico para enriquecer este pueblo tan premiado.
Entre todas esas construcciones destaca su castillo, anterior al siglo XI y que fue remodelado durante la Reconquista. Este se encuentra en la parte más alta del pueblo. La entrada principal tiene forma de herradura y cuenta con hasta 17 torres, siendo algunas de ellas miradores espectaculares de toda la región. Además, allí se venera la imagen de la patrona del municipio, Nuestra Señora de la Victoria. Sin embargo, este no es el único monumento que cautiva a los visitantes de Trujillo.
Qué más ver en Trujillo:
- Palacio de los Marqueses de la Conquista: destaca su espectacular balcón y su escudo.
- Palacio de Luis Chaves el Viejo: fue residencia ocasional de los Reyes Católicos.
- Palacio de Juan Pizarro de Orellana: destacan sus columnas jónicas de su entrada.
- Palacio de San Carlos: destaca su galería porticada.
- Plaza mayor: conocida por la estatua ecuestre de Francisco Pizarro, es el lugar donde se celebran habitualmente mercados y ferias.