Murcia

Les tendrían que detener solo por lo malos que son como ladrones. Algunos negocios de la localidad murciana de Puerto Lumbreras, parece que se han convertido en el aula de prácticas de un trío de cacos imberbe, cuyo modus operandi se caracteriza por la torpeza en sus golpes. Tanto es así que en más de una ocasión se marchan con las manos vacías y solo causan daños materiales en los establecimientos a los que acceden por la fuerza. 

"Son un grupo de adolescentes que está aprendiendo a robar", tal y como sostiene Pascual Andrés Navarro Parra, propietario del Restaurante Bocadillón de Puerto Lumbreras, al que este trío de cacos torpes le causó unos destrozos valorados en más de 3.700 euros antes de marcharse sin botín. "Llevan unos cinco golpes desde febrero".

La estadística de estos ladrones sería nefasta y sinónimo de pérdidas para cualquier empresa porque en tres de los cinco robos no han pillado un solo euro. "Entraron a una panadería del pueblo y se llevaron la caja registradora de un tirón: estaba vacía", ejemplifica este hostelero. El 3 de marzo, le tocó el turno al mítico Bocadillón de Puerto Lumbreras, conocido por sus bocatas de 55 centímetros de longitud, rellenos de jamón serrano, y donde estos cacos volvieron a demostrar su poca pericia delictiva.

EL ESPAÑOL ha accedido al vídeo de este golpe frustrado en este negocio hostelero, donde uno de los tres ladrones comete el error de situarse frente a las cámaras de seguridad, para subirse la capucha del chándal para ocultar su rostro por completo. Incluso ayuda a uno de sus compinches a ponerse el pasamontañas porque se lía y no ve nada, justo antes de dirigirse con una pata de cabra a forzar la puerta del restaurante.

"Es más el destrozo que hacen que el botín que se llevan", se lamenta Pascual. "Dejé la caja registradora abierta y vacía, y aún así, se liaron a golpes con ella: es que manda huevos...".

Robo frustrado en un restaurante de Puerto Lumbreras

El ladrón reventó la caja registradora y también hizo mistos la máquina de tabaco con la pata de cabra y no se llevó ni una sola cajetilla. "El técnico nos dijo que eran novatos porque estas máquinas se pueden abrir por cualquier sitio, si haces palanca, pero ellos se liaron a golpes justo por la zona de detrás del cristal, donde hay una placa de acero que protege el cajetín con la recaudación", según explica el dueño del Bocadillón. 

De hecho, en las imágenes se aprecia cómo el ladrón se desespera y toca la máquina sin guantes. "Uno de ellos se tuvo que poner a limpiar las huellas con un trapo". No fue la única torpeza que cometieron, tal y como sigue relatando este hostelero: "La noche que entraron en el Bocadillón, me estuvieron vigilando antes del robo y se sentaron una hora en la terraza de una hamburguesería que estaba cerrada. Eso es muy sospechoso y una patrulla de la Policía Local se quedó con sus caras".

A Pascual le causaron unos daños de 3.700 euros porque tuvo que reponer la caja registradora y la puerta del restaurante que reventaron. En la panadería, le dieron un tirón a la caja sin albergar un solo euro, de modo que a su dueño también le tocó reponer el género. De momento, según las cuentas de los comerciantes de Puerto Lumbreras, estos cacos solo han obtenido botín de un pub en el que se llevaron 3.000 euros y en un bar.

Este miércoles, Primero de Mayo, el Supermercado Guirrete amaneció con la reja metálica forzada y la puerta automática destrozada, tras un robo en el que dos encapuchados solo se llevaron dos ridículos botes de azafrán, debido a que saltó la alarma y los cacos se asustaron. Tan mal lo hicieron que en los 30 segundos que estuvieron dentro del súper, que no fueron capaces de abrir la caja registradora haciendo palanca con un destornillador y huyeron en el coche de un tercer caco que les esperaba en la calle. Una vez más, el importe de los daños que causaron superaba los 1.000 euros.

Robo

Tan desastroso modus operandi, sumado a la similitud física de los ladrones del Supermercado Guirrete con los del Restaurante Bocadillón, al hostelero Pascual Navarro le lleva a afirmar que son el trío de cacos torpes que se está viralizando con los vídeos de sus golpes frustrados. "En mi caso fue igual, creo que son una banda de jóvenes que están aprendiendo, por qué no pueden ser tan torpes".

Una fuente policial confirma que los ladrones "son magrebíes" y "se sospecha que son los mismos tanto en el robo del supermercado como en el del restaurante". De momento, la Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer la autoría de estos cinco robos y si finalmente hay conexión entre todos ellos.

Entre los dueños de negocios de esta localidad murciana que limita con la provincia de Almería, estos golpes se están viviendo con una mezcla de indignación y de sorna por la torpeza de los ladrones. "Cuando vi el vídeo del robo de mi restaurante, su forma de actuar era para reírse", reflexiona Pascual. "La Policía Local sabe que son tres árabes, de 18 o 20 años, aunque no descartan que haya otros dos que les ayudan, colocándose en los extremos de la calle para vigilar, mientras los otros entran a algún comercio".