Las cuevas de San José (en valenciano Coves de Sant Josep) se encuentran en el municipio castellonense de La Vall d’Uixó, en el Parque Natural de la Sierra de Espadán. Los yacimientos arqueológicos encontrados a su entrada datan de hace unos 15.000 años y están declarados Bien de Interés Cultural y Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Calificado como un "misterio subterráneo" por los expertos, estas cuevas cuentan con el río subterráneo más largo de Europa. Un río del que se desconoce su nacimiento y su desembocadura y del que, tras las numerosas expediciones, se han llegado a conocer casi de tres kilómetros, aunque nada se sabe del resto de su recorrido.
De esos kilómetros, 800 metros se pueden recorrer en barca y son los que convierten al río San José en el río subterráneo navegable más largo de Europa. El resto lo completan 250 metros que discurren por una galería seca y dos kilómetros restantes se mantienen inaccesibles.
El río San José se adentra en la tierra y no se sabe dónde acaba. La cavidad representa una surgencia activa desarrollada en calizas durante el período del Triásico medio (hace 250 millones de años), pero a pesar de las múltiples expediciones de espeleólogos, todavía no se ha podido definir cuál es el origen del río o dónde se encuentra el final de la gruta.
Los íberos y posteriormente los romanos ya eran conocedores del recorrido insólito de este misterioso río, pero no fue hasta mediados del siglo XX (y con ayuda de unas buenas dosis de dinamita) cuando se descubriera que la parte explorada del río tan solo era un trozo bien pequeño de su recorrido y que la gruta daba mucho más de sí.
Historia de las Coves de Sant Josep
Los yacimientos arqueológicos encontrados en la boca de acceso junto a las pinturas rupestres del período Magdaleniense dan constancia de que la cavidad ya era conocida en el Paleolítico Superior (hace unos 15.000 años).
En un periodo posterior, durante la época íbera, así como en el periodo de dominación romana, la cueva fue explorada, tal y como deja constancia una lápida dedicada a Caio Cneo Craso, hijo del cónsul romano Marco Licinio Craso. Ya en el siglo XIX, nace entre los vecinos de la zona la costumbre de concentrarse alrededor de La Font de San Josep en la festividad de la Festa de les Flors.
La primera exploración conocida a las Coves de Sant Josep fue en 1902, en la que participaron dos grupos que competían por ver cuál era capaz de llegar a adentrarse más y, así, se llegó a alcanzar la Boca del Forn, donde un problema con un sifón no les dejo avanzar más. En 1915 el prestigioso historiador Carlos Sarthou Carreres se interesó por este fascinante lugar y realizó una exploración parcial.
Durante los años siguientes, comienzan los trabajos para acondicionar la cueva y facilitar las visitas: se instalan pasarelas en los laterales de la cueva, sobre las aguas, y se electrifica. En 1936, las pasarelas son sustituidas por barcas, y desde ese año hasta 1950, se inician las obras de urbanización, con el dragado y construcción de una presa.
Con el fin de las obras, la Boca de Forn deja de ser el límite del recorrido, y mediante barrenos se agranda hasta permitir el paso de las barcas. El Centro de Excursionistas de Valencia, en 1954, lleva a cabo la primera exploración por un grupo de espeleólogos y, cuatro años más tarde, confeccionan el primer plano topográfico de la cueva.
En 1960, el Centro de Investigaciones y Actividades Subacuáticas de Valencia, con la intención de comprobar la continuidad de la cueva supera la Galería de los Sifones y en 1961, las voladuras con dinamita permiten abrir este paso y así como queda al descubierto el Estanque Azul y el resto de galerías que constituyen el recorrido actual, como la Galería Seca, accesible al público en 1973.
Desde entonces y hasta 1975, se suceden diversas expediciones de espeleólogos de Castellón y escafandristas de Barcelona, que son los que terminan por descubrir nuevas galerías y sifones, hasta alcanzar los 2.348 metros de longitud actuales.
Visitar las Coves de Sant Josep
Las Coves de Sant Josep se pueden visitarse en un agradable paseo en barca acompañado por un barquero/guía o, para los más aventureros, se puede hacer el trayecto en kayak. La visita, de unos 45 minutos, incluye un paseo en barco de 800 metros y una caminata de 250 metros por una galería seca.
Un recorrido que va desde el primer embarcadero hasta el final de la Galería Seca, pasando por la Sala de los Murciélagos, el Lago Diana y el Paseo de los Enamorados, entre otras zonas.
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Se recomienda consultar horarios según temporada y disponibilidad. Como orientación, del 1 de marzo al 1 de noviembre las visitas van de 10h a 13:30h y de 15:30h a 18h (última visita de la mañana a las 13:30h y última visita de la tarde a las 18h).