Actitud y compromiso son dos de los pilares que sustentan, entre otros, la práctica del reciclaje, algo que cada vez más hogares y empresas tienen en cuenta en su día a día por los beneficios que reporta tanto a nivel particular como para la sociedad en su conjunto. Todos, empezando por el mismo planeta, nos beneficiamos de ello, y eso es algo que pretende poner en valor la celebración del Día Mundial del Reciclaje que se celebra cada 17 de mayo. Y dentro de la casi inabarcable cantidad de materiales aptos para otorgarles una segunda vida de los que hacemos uso en la cotidianidad, el plástico es, por su preeminencia, uno de los protagonistas de la jornada.
La versatilidad del plástico, sus propiedades, su durabilidad y la facilidad para adaptarlo a casi cualquier uso imaginable hacen que su presencia sea casi hegemónica en nuestra sociedad. Una mirada consciente a nuestro alrededor, sea cual sea el contexto, es suficiente para comprobarlo. Pero aunque sea algo que ha revolucionado nuestra existencia para bien, facilitando nuestras actividades y abriendo la puerta a la innovación, también se ha convertido en un problema dada la cantidad de residuos que genera tras su uso primario. Son las dos caras de una moneda que, gracias a la cultura del reciclaje, ha permitido minimizar estos efectos negativos en numerosos frentes.
Dentro de las ventajas que garantiza el reciclaje, una de las más obvias y beneficiosas es la que atañe al capítulo medioambiental. Destinar plástico usado al proceso por el cual vuelve a ser utilizado permite reducir sustancialmente la cantidad de residuos que se producen -y que en muchos casos acaban sin control en entornos naturales-, evitar daños a los ecosistemas y, de paso, minimizar igualmente el consumo de materia prima para su fabricación. Además, el reciclaje también tiene asociado un ahorro energético, algo que también incide de forma positiva en el planeta y, por consiguiente, en nuestro bolsillo.
El reto de reciclar (bien) los plásticos
Ahora bien. Aunque la sociedad responde cada vez con mayor compromiso ante el desafío de reciclar los envases y los objetos de los que hace uso tras su vida útil, en el caso del plástico hay un reto adicional que implica especialmente a las compañías que se encargan directamente de la gestión de estos residuos. Este pasa por aportar un tratamiento adecuado a las distintas variedades que hay -existen hasta siete familias de plástico- y que demandan diferentes técnicas de reciclaje. Se trata, en definitiva, de alcanzar la máxima eficiencia en el proceso para que el hecho de reciclar cumpla realmente estas expectativas.
Asumir este trabajo forma parte del compromiso de Veolia, compañía líder en descarbonización, economía circular y gestión optimizada de los recursos. Su actividad es clave para el desarrollo del acceso a los recursos, así como para su preservación y su renovación.
Todo ello conforma un ecosistema que apunta en la misma dirección: mitigar los efectos del cambio climático a través de la gestión responsable de todo tipo de residuos, líquidos o sólidos, no peligrosos o especiales. Durante 2023, por ejemplo, las cifras señalan este papel de referencia de Veolia en el sector, dado que trató 795.000 toneladas de residuos de las que 62.000 eran plásticos.
¿Cómo hacer frente a tal cantidad de desechos y convertirlos de nuevo en material apto para ser usado de nuevo? Veolia responde a la pregunta con tecnología, innovación y un personal especializado que, en lo relativo al plástico, trabaja fundamentalmente en dos instalaciones específicas que la compañía tiene en nuestro país: se trata de La Red by Veolia, en Alcalá de Guadaira (Sevilla), y TorrePET by Veolia, ubicada en la localidad pacense de Torremejía. Ambas comparten una premisa básica: la de ofrecer soluciones integrales de reciclaje de plástico tanto para residuos municipales como comerciales o industriales.
TorrePET by Veolia
Fundada en 2005, y tal como indica su nombre, esta instalación de Veolia se dedica a la producción de granza de PET reciclado de grado alimentario de la más alta calidad. Es algo muy relevante porque el PET es uno de los plásticos más usados en la industria del gran consumo, lo que ha posicionado a la planta como una referencia en el sector del reciclaje por la cantidad que procesa -más de 60.000 toneladas al año- y por el hecho de haber sido la primera capaz de realizar el ciclo de vida de una botella.
Su actividad diaria y el énfasis en profundizar en las mejores estrategias de reciclaje de cara al futuro están plenamente vigentes. Eso justifica que TorrePET tenga incluso un departamento propio de I+D y disponga de la tecnología más avanzada, con la que sigue ejerciendo un rol de liderazgo en su sector.
La Red by Veolia
La Red by Veolia también es una instalación muy destacada por varios motivos. El primero es su longevidad: es una planta que atesora más de 30 años de experiencia en el mercado nacional e internacional. A ello le suma su capacidad de procesamiento, que alcanza para tratar 120.000 toneladas de residuos plásticos al año. Su extensión es otro argumento: ocupa más de 150.000 metros cuadrados de instalaciones y centros integrados entre Alcalá de Guadaira y los Palacios, en Sevilla.
Todo ello conforma un conjunto del que salen anualmente 60.000 toneladas de productos reciclados terminados de muy diferentes variedades, todos de una alta calidad. Entre su catálogo se incluye el mencionado PET pero también otros frecuentemente usados en infinidad de situaciones, desde la construcción hasta el sector agrícola, como el polietileno de alta densidad (PEAD) o el polipropileno (PP), entre otros.
Todo ello ha motivado que La Red by Veolia haya conseguido diversas certificaciones que aseguran la calidad de sus productos y el cuidado y la protección del medio ambiente. El más importante, tal vez, sea la norma UNE-EN 15343, que asegura la trazabilidad y evaluación de conformidad del reciclado de plásticos, un certificado que concede AENOR y que les ha permitido ser el primer reciclador de España en conseguirlo.
Soluciones a medida y certificadas de alta calidad
La obtención de certificados y garantías de este tipo en el campo del reciclaje representan un aval en un entorno cada vez más exigente y especializado y en el que ajustarse a las normativas al respecto es cada vez más necesario. Por eso, Veolia mantiene firme el rumbo en el impulso de esta circularidad del plástico y por ello ha querido dar un paso más con la creación de Plastiloop. Se trata de la primera plataforma mundial de polímeros circulares, en la que toda la experiencia técnica y comercial de la compañía se pone al servicio de sus clientes para ofrecerles soluciones innovadoras y a medida para reducir su huella de carbono y ahorrar recursos naturales mediante el reciclaje.
Con este esquema, Veolia se erige como un socio estratégico para las empresas que quieran dar un salto de calidad en materia de transformación ecológica casi independientemente de su ubicación, ya que el Grupo gestiona más de 37 plantas de reciclaje de plástico en todo el mundo en las que se tratan miles de toneladas de material listo para darle una segunda vida. Un motivo para celebrar que, gracias a esta labor, todas las fechas del año son, a su manera, una celebración del Día Mundial del Reciclaje.