España es un país conocido sobre todo por sus impresionantes paisajes y por sus parajes repletos de belleza. El clima que abunda en muchas zonas de nuestro territorio, marcado por las condiciones cálidas, el sol y la tranquilidad, hacen que los lugares más buscados y admirados sean nuestras playas.
Desde Galicia hasta Murcia pasando por Andalucía o la Comunidad Valenciana. En todos los rincones hay playas increíbles. Sin embargo, el gran problema que tienen muchas de nuestras playas es que reciben muchos visitantes todos los años y que, por lo tanto, son víctima de las masificaciones.
Para encontrar playas desiertas en las que podamos tener total tranquilidad y no padecer los efectos de las aglomeraciones hay que buscar mucho y bien. Una de las mejores opciones en nuestro país se encuentra en Cataluña, en uno de los pueblos más turísticos de la región. La playa en cuestión es Cala Ginesta y se encuentra en Sitges.
¿Por qué es la playa más tranquila de España?
Cataluña es una de las zonas más turísticas de toda España. En esta región podemos encontrar desde grandes ciudades hasta pequeños pueblos que evidencian todas las maravillas que tiene este área. Y uno de los puntos más impresionantes se sitúa en Sitges, considerado uno de los municipios más visitados de todo el país y verdadero reclamo por sus espectaculares enclaves.
Sitges vive una vida totalmente diferente en verano y en invierno. Mientras en la época de frío se mantiene apagado y con un ambiente más reducido y familiar, en verano registra una explosión en toda regla, con un gran crecimiento demográfico, social y de ocio.
Dentro de Sitges podemos encontrar una playa muy particular y es que está considerada una de las menos conocidas y masificadas de España. De hecho, se conoce como una de las más tranquilas, ya que podremos estar allí y no tener que compartir espacio con nadie. Un auténtico lujo para aquellos que buscan unas vacaciones en absoluta paz y sosiego.
Esta playa es Cala Ginesta, la cual se encuentra al lado del puerto deportivo, el que recibe toda la masificación y popularidad de la zona. En esta playa podremos darnos un baño refrescante o tomar el sol disfrutando de las espectaculares vistas. El sitio ideal para desconectar del estrés y del mundo.
Este municipio ha sido destacado por varias guías de viajes y por varias publicaciones especializadas en turismo. Tiene más de 100 metros de longitud y unos 45 de anchura. Se considera una playa urbana que no tiene servicios por su valor medioambiental. Está a solo media hora de Barcelona y la mejor opción para llegar hasta ella es en coche. No obstante, el aparcamiento es de pago.
Cala Ginesta está situada junto al puerto deportivo y se considera una pequeña playa apartada, ideal para aquellos que buscan la tranquilidad. Además, su cercanía con el Parque de Garraf la convierten en un reclamo para todos aquellos que van o que vuelven de este enclave natural.
¿Dónde está la playa más tranquila?
La playa de la Cala Ginesta se encuentra en Sitges, en el litoral meridional de Barcelona. Toda la zona se considera la Costa de Garraf, una de las regiones más icónicas de Cataluña. Ha recibido la distinción de bandera azul por la calidad de sus aguas y de sus playas.
Además, cuenta con unas vistas privilegiadas por la cercanía a las montañas, lo que crea una conjunción de paisajes impresionante. Pero Sitges no es solo playas, ya que también destaca su casco urbano con un aire antiguo gracias a templos como las iglesias de San Bartolomé y Santa Tecla.
Otros lugares de interés incluyen la Casa de la Villa, un edificio neogótico del siglo XIX, y el Palacio Maricel. Sitges es un lugar que mezcla muchos estilos arquitectónicos, lo cual se puede comprobar en puntos como la Casa taller del escritor y pintor Santiago Rusiñol, el Cau Ferrat, que convirtió a Sitges en un punto de encuentro bohemio para artistas e intelectuales.
Todos estos puntos demuestran que, aunque Sitges es muy conocido por sus impresionantes playas, tiene mucho más. No obstante, su cercanía al mar convierte a este municipio en el lugar ideal para una escapada veraniega en la que disfrutar de la tranquilidad de sus más de cuatro kilómetros de arenas blancas y finas.