El pasado año 2023 se saldó con 194.658 mujeres maltratadas por violencia de género, o al menos ese es el número de denuncias registradas, según el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género. En este 2024 todavía no hay datos del número de denuncias, pero ya han sido 10 las asesinadas.

Además del maltrato físico, el infierno psicológico con el que lidian estas mujeres y sus hijos es demoledor. Por ello, Fundació Assistència I Gestió Integral (AGI) en colaboración con Fundación Mutua Madrileña ha habilitado un servicio de atención psicológica para mujeres víctimas de violencia atendidas en el Servicio de Acogida de Urgencia Assistència i Gestió Integral. Este se enmarca dentro de la Convocatoria de Ayudas a Proyectos de Acción Social de Fundación Mutua.

"Se entiende que estas mujeres tienen que estar los mínimos días posibles en el servicio de urgencia, entre 15 y 30 días; pero la administración pública no facilita recursos de media o larga estancia. Por eso, se hace necesario disponer para ellas de otros medios dentro del mismo servicio", explica Rosa María Garriga, directora y gerente del centro, además de especializada en ayuda social a mujeres que sufren violencia de género.

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Servicio 24 horas, 365 días

Uno de los servicios fundamentales para lograr el bienestar de estas mujeres es el psicológico, pues "amortigua el impacto en sus vidas", como afirma Rosa María Garriga. De este se ocupa, gracias a la ayuda de Fundación Mutua Madrileña, la Fundación de Asistencia y Gestión Integral (AGI). Esta entidad trabaja desde 1994 en el plano social, con el fin de fomentar un modelo de convivencia solidaria.

"En 2023 tuvimos 143 mujeres y 121 niños, 68 hijos y 53 hijas. Este año se alcanzarán los 175 mujeres y con estancias larguísimas, hasta hemos tenido mujeres que han llegado a estar dos años. La ayuda de Fundación Mutua Madrileña ha sido crucial, ya nos había financiado otros proyectos", comenta la directora de AGI.

En el área psicológica, que está disponible 365 días al año, trabajan ocho personas con diferentes perfiles, como psicólogas, trabajadoras sociales, integradoras ... También cuenta con asesoramiento jurídico porque algunas usuarias que no están legalizadas o no tienen NIE y no saben cómo proceder. "Nuestro servicio jurídico se desplaza a demanda", apunta Rosa María Garriga.

La Fundació Assistència i Gestió Integral ofrece alojamiento y asistencia psicológica. Cedida

Este servicio se conforma a través de un programa intensivo y extensivo de atención psicológica, tanto a las madres como a los hijos. Además, la Fundación de Asistencia y Gestión Integral trabaja de forma grupal e individual con sus usuarias para lograr una mejor convivencia.

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Trabajo grupal e individual

"A veces ocurren discusiones entre las mujeres porque tenemos usuarias de todas las nacionalidades, etnias y religiones, y con diversas escalas de valores. Lo que para una es sagrado, para otra es profano", explica Rosa María Garriga. Por ello, en AGI no trabajan con terapias, sino con convivencias grupales.

Los talleres se realizan de manera grupal, tanto con las madres como con los hijos de las usuarias. Cedida

"En líneas generales, este proyecto ha dado hasta ahora muy buenos resultados, tanto para las usuarias como para las propias profesionales, porque ellas también están expuestas a un estrés por la convivencia. Poner orden a veces cuesta por lo que las trabajadoras tienen un coach", apunta la directora de la fundación.

Cabe destacar que las usuarias son, principalmente, mujeres que no pueden acceder a las ayudas municipales ya que no están empadronadas. "Nos gustaría no tener este servicio porque el hecho de que una mujer esté tanto tiempo aquí la victimiza más. Hemos de minimizar esta violencia institucional porque deberían tener toda la asistencia psicológica que necesiten, y sus hijos también", comenta Rosa María Garriga.

También para los hijos

El proyecto que apoya Fundación Mutua Madrileña contempla la atención individual y grupal tanto de mujeres como de hijos, y está a su disposición a la entrada y durante cualquier momento de su estancia.

"Los niños llegan aquí sabiendo que su madre ha sido maltratada. Ellos, por activa o por pasiva, también sufren las consecuencias", afirma Rosa María Garriga. Ella se refiere, entre otras consecuencias, al abandono del domicilio, de su red de amigos o el cambio de escuela.

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Esta fundación también se encarga de la formación de los menores del centro y les proporcionan apoyo escolar en los casos que son necesarios. También, a través de un acuerdo con el departamento de enseñanza, son escolarizados en el mismo pueblo donde están ubicados los servicios.