El verano está a la vuelta de la esquina y muchos españoles piensan ya en sus días libres para hacer una escapada a la costa. Uno de los destinos preferidos por los turistas cada año es Baleares, donde se pueden encontrar lugares espectaculares y poco masificados.
La isla está repleta de calas íntimas, ocultas y escondidas entre impresionantes acantilados que permiten la desconexión y el descanso a los viajeros. Uno de los destinos que no pasa desapercibido para el gran público y que es perfecto para darse un baño con los amigos, la familia o la pareja es Mallorca.
Una de las playas menos masificadas y más escondidas de esta área es la cala Agulla. Esta zona, que tiene unos 500 metros de longitud, comienza en el pueblo medieval de Capdepera y es una de las calas más bonitas del norte de Mallorca.
¿Cómo es la cala Agulla?
Si por algo destaca la cala Agulla es por sus inmensas playas de aguas turquesas y su arena fina rodeada de vegetación con un amplio número de pinos. La arena playa de esta zona invita a los turistas a disfrutar de un paisaje de cuento, donde se pueden observar delfines.
Baleares es una región única en el mundo y ya se posiciona como una de las preferidas en el sector turístico español. Año tras año, crece el número de turistas que llegan a la zona. En 2023, el archipiélago recibió 15,6 millones de visitantes, según datos del Institut d'Estadística de les Illes Balears (Ibestat).
Uno de los grandes atractivos turísticos de la cala Agulla son sus aguas cristalinas, que permiten ver la profundidad del suelo y disfrutar de actividades marinas como el buceo, viajes en barca, kayaks o remo de pie con tablas de paddle surf.
El contraste entre el azul turquesa del agua con el verde de los pinos y el rosáceo pálido de las rocas crea una conjunción cromática perfecta e ideal para construir un paisaje único en el mundo. A pesar de su gran belleza, la cala Agulla es una de las menos conocidas de España y se ha convertido en la opción perfecta para el verano.
¿Qué ver en Mallorca?
Si por algo se caracteriza Mallorca es por sus playas, que son perfectas para darse un chapuzón en aguas azules y en arena fina y dorada con buen tiempo.
Una de las zonas que se han convertido en una visita obligatoria es la playa de Muro, de más de 6 km de extensión y abrazada por el Parque Natural de S'Albufera.
También se pueden visitar las playas de Alcudia, de arena blanca y fina; la playa de S'Amarador en el Parque Natural de Mondragó o la playa casi virgen de Es Trenc, a tan solo 7 kilómetros de Sant Jordi.
Mallorca tiene varios lugares de arena y mar, además de unas calas impresionantes como la de Agulla, que siempre son una opción para el verano. Esta cala tiene varios bares donde se puede tomar el aperitivo o degustar la típica comida de las islas Baleares bajo el sol.