España es un país que destaca por su gran poder de atracción turístico. Uno de los mayores reclamos para todos los turistas del mundo son nuestras playas, desde las más conocidas como la de La Concha hasta aquellas que son todo un misterio y que han pasado muy desapercibidas para la mayoría de los visitantes.
Y es que nuestro territorio tiene infinidad de lugares que son muy poco conocidos para el gran público. Uno de ellos es un archipiélago que incluso muy pocos en nuestro país conocen y que durante mucho tiempo ha pasado inadvertido, en el más completo anonimato. Sin embargo, recientemente ha adquirido un mayor protagonismo.
Se trata del archipiélago Chinijo, el considerado como el tercer archipiélago de España. Una zona completamente natural y sin masificaciones de turistas que forma parte de un gran parque nacional con especies marinas y de aves costeras únicas en el mundo y que conforman una de las grandes maravillas del Atlántico.
¿Qué es el Archipiélago Chinijo?
Entendemos por un archipiélago un cojunto de islas agrupadas en una porción de mar. En este caso, el archipiélago Chinijo está formado por una parte de tierra de unos 27 kilómetros cuadrados de extensión. Y aunque muchos no lo sepan, se encuentra habitado, ya que en él residen de manera regular hasta 400 habitantes, los cuales viven en su mayoría de la pesca.
Este curioso archipiélago se encuentra muy cerca de las islas Canarias, concretamente al norte de Lanzarote. Se trata de una de las zonas menos conocidas y a la vez espectaculares de España. Buena parte de su belleza reside en la zona norte, donde se encuentran los Riscos de Famara. Además, está delimitado por la isla Graciosa y los islotes de Alegranza y Montaña Clara al norte, y por los Roques del este y del oeste.
Dentro de la idiosincrasia propia de este lugar tan particular está el origen de su nombre. Este hace mención al concepto de 'chiquito' en la lengua nativa y en Canarias se le llama así en ocasiones a los niños pequeños.
Para encontrar el islote más grande de este particular archipiélago hay que poner los ojos en La Graciosa, la única porción de tierra habitada. Uno de los aspectos más destacados de este territorio es que conserva lo máximo posible su entorno natural. Por ello, sus calles siguen siendo de tierra virgen.
Los gracioseros, gentilicio de las personas que habitan esta particular isla, se centralizan en la zona de Caleta del Sebo y de Pedro Barba. Para llegar hasta allí tendremos que desplazarnos en barco desde el Puerto de Órzola, situado en Lanzarote. Sin embargo, también hay opciones de llegar desde la Península Iberica o incluso desde el exterior de España.
El archipiélago Chinijo, dentro de su particular situación, destaca por sus espectaculares playas, las cuales llaman la atención por ser algunas de las más tranquilas de toda Europa ante lo deshabitado de la zona. Fue declarado Parque Natural en el año 1986, aunque esta denominación también incluye al norte de Lanzarote, a las islas de la zona y al espacio marino comprendido entre ellas y la costa norte de Lanzarote.
Después de recibir esta denominación, se produjo una revalorización del espacio geológico y biológico del área por la conservación de las especies y de la naturaleza allí presentes. Las zonas más destinadas a este tipo de tareas son los islotes no habitados, ya que son el hábitat perfecto de conservación de aves nativas que anidan allí. Además, son un gran centro de investigaciones científicas.
De hecho, esta reserva marina cuenta con más de 70.000 hectáreas y es la más extensa de España. Fue creada en el año 1995 para ordenar la actividad pesquera de mariscos y especies como salemas, meros y abades. La importancia de este archipiélago es total ya que allí se conservan más de 300 especies de macroalgas que constituyen la mayor parte de la biodiversidad marina de Canarias. Esto explica la asidua presencia de una gran cantidad de aves, lo que ha llevado a considerar este área como Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA).
¿Qué ver en el archipiélago Chinijo?
Lo que más destaca de este particular archipiélago es la tranquilidad propia de una zona casi sin habitar, algo imposible de encontrar en la península o en otras islas de nuestro país. Además, sus costas son muy particulares y dejan estampas espectaculares de unas playas singulares y únicas en el mundo.
Algunas son de naturaleza salvaje con fuertes corrientes y otras más tranquilas para disfrutar en paz. Muchas de ellas cuentan con servicio de camping, aseos y restaurantes. Por allí podemos hacer rutas de senderismo o salidas en 4x4 para disfrutar de esta área intacta e inmaculada.
Sin embargo, las maravillas de esta región permiten hacer excursiones marinas en bote o actividades como buceo o surf. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es de obligado cumplimiento cuidar y proteger la naturaleza.