"En 2024 la cantidad de gente que acude a centros de acogida está aumentando porque, después de la pandemia, están volviendo aquellas personas que habían dejado de venir a España en busca de nuevas oportunidades", explica Bernardo López Mendiguren, director del Centro de Acogida e Integración Social Santiago de Masarnau.
Por ello, organizaciones como la que él mismo dirige, ubicada en Madrid, son uno de los apoyos fundamentales de las personas sin hogar o que carecen de recursos. Pero ante el aumento de usuarios, se hace necesario un aumento de los recursos. Y así será.
El Centro de Acogida e Integración Social Santiago de Masarnau continuará este año, gracias a la ayuda de Fundación Mutua Madrileña y su Convocatoria de Ayudas a Proyectos de Acción Social, con su objetivo de cubrir las necesidades básicas de las personas sin hogar. Y, para lograrlo, mejorará sus recursos e instalaciones.
Este año, los usuarios del centro dispondrán de una alimentación más variada, ropa, material higiénico y sanitario, y hasta mejores instalaciones. Además, fomentará la formación como medio para lograr la inserción total.
Un lugar para todos
El Centro Santiago de Masarnau abrió en el año 1998 y, desde sus comienzos, se ha dedicado a la atención de personas sin recursos y en riesgo de exclusión social. Aunque su actividad principal es la de comedor social, con el paso de los años se ha abierto a otro tipo de necesidades, atendiendo siempre la demanda.
Entre sus múltiples servicios, se encuentra el de ropero, atención sanitaria o talleres para generar mayor capacidad o respuesta en la inserción laboral, como los de informática, cocina y auxiliar de geriatría. Además, hace un año se puso en marcha el servicio de ducha para atender a las personas sin hogar y el de ayuda con la declaración de la renta, que se hace necesario para sostener la prestación del ingreso mínimo vital.
"En función de las demandas que cada día presentan los usuarios, nos vamos adaptando. Esos son los servicios que prestamos ahora, y para los que no podemos prestar, intentamos estar en contacto con la Red de Coordinación Social de Madrid, ya sea la administración pública u organizaciones privadas", explica Bernardo López Mendiguren.
Una iniciativa muy solidaria
Con el apoyo de Fundación Mutua Madrileña, este centro mejorará la calidad de los servicios que presta. El proyecto está pensado para atender a unas 1.500 personas a lo largo del año y contempla prestarles cobertura de necesidades básicas como pueden ser alimentos, material sanitario e higiénico o ropa.
"Por ejemplo, hemos equipado el taller de informática con cinco nuevos ordenadores y una pizarra táctil para mejorar los métodos de enseñanza porque toda la equipación que teníamos venía donada de hace mucho tiempo", explica el director del centro. Esta ayuda permitirá tener un equipamiento de última generación y lo más actualizado posible.
En el servicio de comidas, el horno también será nuevo: a partir de ahora el centro contará con uno de 10 bandejas en el que podrán cocinar menús más variados porque, y como afirma López Mendiguren, "lo único que podíamos hacer era gratinar la pasta y hornear el pan que viene precocinado". Y añade: "¡Ahora podremos asar pollos!"
El objetivo de este proyecto también es mejorar la calidad y la conservación de los alimentos. Por ello, las instalaciones se equiparán con una cámara frigorífica de ocho metros cuadrados que permitirá mantener el producto fresco. De esta manera, podrán consumir los alimentos en las mismas condiciones durante una semana o 10 días.
Sus usuarios
Después de la pandemia de Covid-19, bajó la cantidad de demanda de los centros de acogida e integración. Sin embargo, en el año 2022 empezó a subir y en el 2023 ha alcanzado su gran pico. Actualmente, la cantidad de gente que requiere estos servicios se está estabilizando y estamos volviendo a las rutinas que había antes de la pandemia.
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En cuanto a la tipología de la población que se asiste en estos centros sociales, son personas con baja cualificación y preparación para realizar un trabajo especializado, que no tienen recursos. "También inmigrantes o españoles con desempleos de larga duración y con poca formación para realizar trabajos bien remunerados", comenta el director del centro.
Para conseguir el bienestar de todos ellos, el 'Santiago de Masarnau' y Fundación Mutua Madrileña seguirán aportando su gran granito de arena y fomentando la integración social de todos sus usuarios. ¡Qué labor tan bonita la que hacen juntos!