El barrio de Rocafonda es ya uno de los más conocidos de España. Hasta ahora, esta zona del municipio barcelonés de Mataró había recibido fama por acoger a uno de los mayores talentos de nuestro fútbol, la joven estrella Lamine Yamal. Sin embargo, ahora este barrio se ha convertido en noticia por vivir en una de sus calles más conflictivas el apuñalamiento del padre del jugador, Mounir Nasraoui.
Rocafonda lleva ya varias horas, desde la noche del miércoles, ocupando titulares en la prensa y protagonizando comentarios en redes sociales. Y es que todos quieren saber cómo es realmente este barrio en el que el padre de Lamine Yamal recibió varias puñaladas. Una de ellas, la más preocupante, se produjo en el tórax de Mounir Nasraoui. Un corte muy profundo que preocupó al personal sanitario que lo recibió, tal y como pudo saber EL ESPAÑOL.
Fruto de este violento ataque que aún se sigue investigando, Mounir Nasraoui tuvo que ser atendido de urgencia en el hospital Can Ruti de Badalona, conocido como el Hospital Universitario Hermanos Trias y Pujol, donde fue ingresado en la UCI. Sin embargo, en la noche de este jueves, fue trasladado a planta tras mejorar del estado de sus lesiones. Ahora, todas las miradas apuntan hacia el polémico y conflictivo barrio.
¿Cómo es el barrio de Rocafonda?
Lamine Yamal no nació en Mataró, como muchas personas piensan. El joven talento del FC Barcelona y de la Selección es originario de Esplugues de Llobregat. Sin embargo, su infancia transcurrió en este otro municipio barcelonés que hace unas horas era testigo del lamentable suceso del apuñalamiento de su padre.
Dentro de Mataró, los Yamal se asentaron en Rocafonda, un barrio obrero del extrarradio de la localidad donde residen unas 11.000 personas. Un barrio que hoy en día está profundamente marcado por la llegada de inmigración y por la pobreza. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, cerca de la mitad de su población se encuentra bajo riesgo de pobreza, ya que la renta per cápita media está por debajo de los 8.000 euros anuales.
Los lamentables hechos se produjeron cerca de la calle Frank Marshall, donde tuvo lugar la primera de las discusiones de Mounir Nasraoui a primera hora de la tarde. A la noche, el padre de Lamine Yamal sufrió el segundo ataque, cuando fue asaltado por al menos cuatro personas que ya han sido detenidas en una zona entre un parque que suele frecuentar con sus amigos y un parking.
Allí, el progenitor del jugador del Barça recibió varias puñaladas, casi todas las informaciones concuerdan en que fueron tres, en la zona del abdomen y el tórax, siendo esta última la más grave. A pesar de que Rocafonda pueda parecer un barrio extremadamente conflictivo, lo cierto es que este es un hecho aislado y casi puntual, dentro de ser una zona que podría considerarse de cierto riesgo.
Rocafonda se encuentra ubicado en el extrarradio de la capital del Maresme y es la zona en la que reside parte de la familia de Lamine. El propio futbolista se siente muy arraigado a él y por ello celebra muchos de sus goles realizando un gesto en el que muestra el número 304, el cual hacen referencia al código postal del barrio.
Una muestra de orgullo y pertenencia a un área en el que no siempre han sido bien recibidos, como prueba ataque sufrido por Mounir Nasraoui. Rocafonda fue construido casi en su totalidad en la década de los 60 como un barrio residencial para población obrera que procedía del sur de España. Sin embargo, décadas después, se transformó por completo.
Siempre fue barrio de paso y de acogida. Por ello, en los años 90, se produjo la llegada masiva de población extranjera. La mayoría procedente de países cocmo Marruecos, de donde es originario el padre de Lamine Yamal, y de diferentes zonas de África Subsahariana o América Latina. Ahora, el área está marcado por el mestizaje cultural foráneo.
Rocafonda destaca también por ser un barrio en el que no puede caber nada más en menos espacio, ya que una de sus señas de identidad es que está marcado por su densa edificación y por los problemas urbanísticos. Además, la mayor parte de la construcción es vieja, con pisos muy antiguos y sin ascensor, siempre más asequibles de precio para familias con pocos recursos. Así lo indican los datos del INE.
En los últimos meses, Rocafonda ha tenido que convivir con la cara buena y con la cara de mala del éxito de Lamine. Por un lado, el orgullo y la emoción de ver a uno de los suyos en lo más alto. Y por otro, el alto precio de estar siempre en el foco. Muchos de los allí residentes empiezan a estar saturados de la atención mediática, aunque saben que es el precio a pagar por ser parte de la vida de un genio en ciernes.
Durante los últimos años se le ha atribuido una espiral de violencia que, según defienden sus habitantes, no es tal. Por ello se le han llegado a atribuir sobrenombres como el 'Raval de Mataró' o incluso 'estercolero multicultural'. Apodos de los que las personas que transitan Rocafonda cada día quieren huir a pesar de que sucedan altercados tan graves como el vivido este miércoles en la calle Frank Marshall.
Rocío, presidenta de la Asociación de Vecinos, decía en declaraciones a Metrópoli abierta - EL ESPAÑOL lo siguiente hace unos meses: "Somos gente humilde de barrio obrero, pero no por ello somos un barrio tan malo como se pinta". Por sus calles queda marcado el sonido a lenguas árabes y el contraste entre sus mañanas, propias de un barrio normal, y sus noches, donde aparece "la gente mala" que hay, como en todas partes.
El barrio tiene varios sellos inconfundibles. Uno de ellos en la multiculturalidad. Y otro es la necesidad de sus gentes. De la combinación de ambos nace uno de sus grandes problemas: la okupación. Sin embargo, es una cuestión que no preocupa en exceso a las autoridades policiales, las cuales conviven con la delincuencia en su día a día desde un punto de vista ya normalizado y que se ha extendido durante las últimas décadas.