Una de las excusas más populares entre los niños para justificar no haber traído la tarea al colegio es "mi perro se ha comido los deberes". A pesar de que puede parecer que el pequeño se lo ha inventado, la realidad es que es algo que puede ser perfectamente real e, incluso, tener una base científica.
Se trata de un trastorno conocido como 'pica' y provoca que las mascotas que lo padecen sientan la necesidad de ingerir objetos que no son comestibles. A pesar de que puede parecer algo aislado, el portal Rover ha realizado un estudio que indica que el 75% de los dueños de perro afirma que su can se ha comido cosas que no eran comida.
Es frecuente que las personas que conviven con estos animales y que, por tanto, están acostumbrados a ver escenas como esta, no identifiquen esto como un problema. De hecho, el 60% de los encuestados para dicho estudio desconoce completamente qué es el 'pica'.
Es más, casi la mitad de las personas que colaboraron (49,3%) considera que este tipo de comportamiento es únicamente fruto de la curiosidad del can. Incluso tildan a su mascota como "traviesa". Es necesario saber que, si el perro observa una reacción exagerada por parte de su dueño, esto puede derivar en un hábito obsesivo-compulsivo.
Las alternativas más habituales (aunque no siempre correctas) suelen ser ocultar o retirar ciertos objetos. Incluso hay quien ha llegado a sentirse inseguro dejando a su mascota sola en casa, por miedo a lo que pueda meterse en la boca mientras no tiene ningún tipo de supervisión.
Entre las consecuencias que esto puede acarrear al animal, principalmente se trata de problemas gastrointestinales y malestar. Los más frecuentes son los vómitos, diarreas, náuseas y dolor abdominal. Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que lo que ingieren sin nuestro permiso suelen ser plantas, hojas de papel, plástico e incluso el papel higiénico.
Existe una 'top 10' de las razas más propensas a padecerlo. Por orden de menos a más, serían las siguientes: mestizos, shih tzu, labradodle, labrador retriever, dachshund, husky, pomerania, beagle, golden retriever y poodle. Sin embargo, cualquiera de ellos puede desarrollarlo si se encuentra en una situación de estrés, aburrimiento o no se alimenta de manera adecuada.
Qué hacer si mi perro lo tiene
Pero no es necesario preocuparse, existen formas de combatirlo y de ayudar a que nuestro amigo peludo adopte unos hábitos saludables. Adem Fehmi, especialista en comportamiento canino de Rover explica que lo más importante es "evitar recompensar involuntariamente comportamientos que no desea ver o aquellos que fomenten que su perro ingiera un objeto".
Indica que es vital conservar la calma y no gritar o realizar algún gesto que haga que el perro siente que es un problema grave. La solución sería alejarlo del objeto en cuestión atándolo con una correa, ofreciéndole en su lugar un juguete o alimento que le guste y creando un espacio seguro cuando no pueda ser supervisado. Si esto va a más, sería necesario consultar a un especialista.