El mes de agosto es uno de los periodos más delicados en términos de okupación. Durante este tiempo, muchos okupas aprovechan la ausencia de las familias, que suelen marcharse de vacaciones al pueblo, a la playa o de viaje, para ingresar en viviendas ajenas y apropiarse de ellas.
Estudian previamente los movimientos de los propietarios, detectan que estos inmuebles quedan desocupados y aprovechan la oportunidad para entrar y no salir.
Como consecuencia, cada vez más personas sienten temor al dejar su hogar para irse de viaje, optando por escapadas cortas para no alejarse demasiado tiempo de su residencia principal.
Aunque no hayan sido víctimas de okupación, la exposición constante a noticias sobre estos casos genera ansiedad, impidiendo que disfruten plenamente de sus vacaciones. Este problema es una realidad que se ha arraigado en España de forma persistente.
Con la llegada de finales de agosto, muchos propietarios regresan a su residencia habitual y se enfrentan a esta preocupante situación.
No obstante, el temor se intensifica, ya que el final del verano marca también el momento en que las viviendas vacacionales, ocupadas durante los meses de calor, comienzan a quedar deshabitadas, convirtiéndose en un blanco ideal para los okupas.
Por ello, es fundamental estar bien informados sobre la legislación vigente para saber cómo actuar y prevenir la okupación
El manual del okupa
Este tema que tan de moda se pone en verano ha sido tratado por Eduardo Riego, policía nacional de profesión, y que ha pasado por Wild Project, el canal de YouTube de Jordi Wild. Allí, ambos han hablado sobre esta situación en la que el agente ha explicado en qué situaciones la ley ampara al okupa y cómo ellos conocen muy bien esta situación para aprovecharse.
Jordi expone así el problema al que se enfrentan muchas personas en estos momentos: "Hay gente que tiene miedo de que, si se va un fin de semana o una semana de vacaciones, le entren y se queden con la casa. O sea, ¿hasta qué punto es así? ¿Cómo funciona el tema de las okupaciones? Si yo tengo mi casa y me entran y no tengo alarma, no me he enterado y vuelvo una semana después ¿he perdido mi casa?".
En ese momento, el policía Eduardo Riego le explica cómo está la situación y derriba algunos mitos: "No... No es así. Si es tu casa y constituye tu morada, es decir, tú tienes ahí una intimidad, la persona que entra está cometiendo un delito y se le puede sacar".
Sin embargo, este agente explica qué trucos tienen para conseguir quedarse en las casas en las que entran: "Los okupas normalmente no son tontos y lo que hacen es meterse en casas que o son de bancos o que no constituyen morada. Luego hay muchos casos de okupas que simplemente dejan de pagar el alquiler y al final acaba siendo un okupa más, pero es otro tipo de okupa. Pero los okupas que entran lo hacen en casas que no constituyen morada porque saben que si no la constituyen es un delito leve y entonces no se le puede detener en principio".
Una de las grandes dudas en este aspecto es si las segundas y terceras residencias suponen una morada. En principio, la ley indica que sí, tal y como explica este policía. Sin embargo, también señala que es clave el tiempo que pasa hasta que nos damos cuenta y que tardamos en denunciar. La legislación entiende que al haber pasado tanto tiempo, el okupa ha convertido la casa ajena en su propia morada.
En esos casos, si se les echa, se vulnera su intimidad: "Habría que hacer unas diligencias y no sería tan fácil como pegar una patada a la puerta y sacarlos". Este agente explica que la situación que se vive en España evidencia que hay fallas en el sistema. Y que es ahí donde entran las empresas privadas de desokupaciones.
"Algo falla cuando tiene que haber empresas privadas haciendo desokupaciones. Porque la administración tiene herramientas suficientes, hay policías suficientes. Al final son delitos de oficio y se tienen que encargar empresas públicas. La Policía pueda hacer lo mismo que hace una empresa privada. Cuando hay empresas privadas que les va bien y hacen el trabajo que la Policía a veces no puede hacer, algo no está bien".
"Lo ves y es un poco una injusticia". Eduardo Riego considera que una de las claves que hay que atajar son los vacíos legales para prevenir todo tipo de soluciones. Por último, este funcionario diferencia entre varios tipos de okupas. Por un lado están los que lo hacen por cierta necesidad, pero también por negocio.
Alrededor de la okupación hay una economía sumergida con personas que pagan a otras para ir de un piso a otro haciéndolos suyos y después hacer negocio incluso con la venta de llaves y cerraduras.