¿Un coche eléctrico, o uno convencional? ¿Un híbrido, o un híbrido enchufable? Quien se lanza hoy a comprar un coche pasa a menudo por uno de estos dilemas. Nunca hemos tenido tantas opciones y una tecnología tan adaptada a nuestras necesidades. En España, la adopción del coche eléctrico sigue una línea de crecimiento lento pero constante: están ganando popularidad entre los consumidores, pero las cifras revelan que, en 2023, el 12% de los vehículos vendidos de nuestro país estaban electrificados, lejos del 21% de la media europea. Datos que arroja la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) y que indican que se trata de cifras todavía insuficientes para el impulso que el sector necesita.
Precisamente, para abordar cuestiones en torno al coche eléctrico como los escasos puntos de recarga, las dificultades administrativas asociadas a estos proyectos y la falta de ayudas económicas para la financiación de estos vehículos, Cepsa ha reunido recientemente a representantes de distintos grupos políticos y de la sociedad civil en la sesión “Espacios de Energía”.
Tres puntos clave para el impulso de la movilidad eléctrica
En España contamos con más de 30.000 puntos de recarga, de los cuales solo en torno a 2.000 son rápidos o ultrarrápidos. Para ser exactos, el 75% de la infraestructura de recarga de acceso público en España cuenta con una potencia de carga de tan solo 22 kW, una cifra que difiere mucho de los objetivos publicados por ANFAC, donde se establece que los puntos deberían contar con potencias superiores (al menos 150 kW) para este 2024.
Desde Cepsa la directora de New Mobility, Isabel Gorgoso enfatiza la importancia de trabajar poniendo al cliente en el centro, de manera que tarde el menor tiempo posible, mientras le ofrecemos servicios de valor añadido allí donde recarga. En la actualidad Cepsa tiene operativos más de 160 puntos de recarga ultrarrápida, avanza en el desarrollo de otros 300 y, está pendiente de recibir permisos para algunos de estos. Para Gorgoso es clave la apuesta de la compañía por los cargadores ultrarrápidos (>150kW) que permiten recargar el 80% de la batería de los vehículos eléctricos en 10-20 minutos, en función del tipo de vehículo.
Por ello, en la sesión se hizo hincapié en la necesidad de desarrollar un mapa estatal que identifique una red básica de puntos de carga públicos en carretera y garantizar su visibilidad en distintas aplicaciones para que así se pueda tener acceso a toda la información sobre la disponibilidad y el estado de la red. De esta manera se facilitará el camino hacia la transición energética para el conjunto de la población, evitando desigualdades por ubicación geográfica y nivel de renta.
Los participantes en esta jornada se centraron, entre otras cuestiones, en la importancia de desarrollar una red pública de puntos de carga para reducir la dependencia de carga en garajes privados, dado que, en nuestro país, el 65% de los vehículos no dispone de una infraestructura accesible y distribuida equitativamente, similar a las que encontramos en las estaciones de servicio de combustibles tradicionales.
Aparte de impulsar más puntos de recarga públicos, en la sesión se propusieron también fórmulas para reducir otro de los grandes desafíos del sector: el precio de los vehículos eléctricos. ¿Cómo? Reformando el sistema de ayudas con sistemas como el Plan Renove y otros incentivos, como ayudas directas en forma de desgravaciones fiscales, e incentivando a las empresas a impulsar soluciones como el leasing social (cuotas asequibles para rentas bajas destinadas al alquiler de vehículos eléctricos durante tres años con posibilidad de compra al finalizar el plazo) o el carsharing.
Juntos a estos dos puntos se suma otro de los grandes consensos a los que se llegó durante la reunión: la necesidad de agilizar el proceso de tramitación administrativa. Los participantes abogaron por simplificar los trámites administrativos para la instalación de puntos de recarga y la creación de una ventanilla única que permita unificar y agilizar los procesos. Así, se conseguirá una mayor eficiencia y transparencia en los trámites, eliminando las barreras burocráticas que actualmente ralentizan el despliegue de puntos de recarga. Es clave aligerar la burocracia que tenemos que seguir para instalar un punto de recarga, sin duda esto está impidiendo que los proyectos avancen y podamos trasmitir mucha más confianza a los usuarios para que apueste en el vehículo eléctrico, apunta Isabel Gorgoso.
Además, en “Espacios de Energía” también se debatió sobre la necesidad de simplificar los trámites para el refuerzo de la red eléctrica en aquellos puntos donde se proyecta una mayor demanda y, al mismo tiempo, se insistió en la creación de un centro de asistencia digital para que las empresas promotoras de puntos de recarga ofrecen más visibilidad sobre los procesos administrativos.
En definitiva, acelerar el despliegue de puntos de recarga, ofrecer ayudas para la compra de vehículos eléctricos y simplificar los trámites administrativos son las claves para alcanzar entre todos los objetivos y desafíos de la nueva movilidad.