¿Alguna vez has visitado una ciudad de vacaciones abandonada? En Asturias existe una y se encuentra en Perlora, una parroquia asturiana y un lugar de dicha parroquia perteneciente al concejo de Carreño, en el norte de España.

Perlora fue especialmente conocida como una ciudad de vacaciones en su época dorada, particularmente entre las décadas de 1960 y 1970. Se construyó en 1954 durante el régimen franquista de Francisco Franco y fue cerrada en 2006, quedando en ruinas.

La Ciudad de Vacaciones de Perlora tenía centenares de chalés (se estima que unos 273), así como diferentes instalaciones, como una iglesia y una playa al lado. Sin embargo, hoy es sólo una ciudad fantasma.

Perlora fue concebida como un complejo turístico que ofrecía diversas instalaciones, como campings, apartamentos, y chalets. Era un lugar popular para las familias asturianas que buscaban un destino cercano a la costa para pasar las vacaciones.

Esta ciudad fue una de tantas que se construyeron en España con el objetivo de que los trabajadores de las empresas públicas pasaran aquí su período de vacaciones. Además, las familias numerosas que contaban con descuentos y preferencia a la hora de escoger vivienda.

De hecho, esta era la ciudad de vacaciones del propio Franco, de tal forma que uno de los atractivos para muchos era pasar las vacaciones en el mismo lugar que este, así como los precios, ya mencionado anteriormente, y la facilidad para llegar.

Sin embargo, con la muerte de Franco en 1975, todo esto cambió a la muerte y Perlora dejó de interesar como lugar de vacaciones por lo que, poco a poco, empezó a entrar en decadencia

Actualmente, las calles desiertas, las casas vacías y la falta de actividad han convertido a Perlora en un destino atractivo para fotógrafos y exploradores urbanos, quienes buscan capturar su atmósfera nostálgica y fantasmal.

La aldea presenta una mezcla de edificios antiguos, algunos en ruinas, y otros que todavía están en pie. La arquitectura incluye casas de estilo tradicional asturiano, pero muchas han sido dejadas a su suerte, lo que crea un paisaje melancólico.

En consecuencia, aunque ya no es un destino turístico convencional, Perlora atrae a aquellos interesados en la historia, la fotografía o el urban exploration. La atmósfera única del lugar ha inspirado a artistas y creadores.

En años recientes, ha habido discusiones sobre la posibilidad de revitalizar Perlora, atraer a nuevos residentes o transformar el área en un destino turístico sostenible. Sin embargo, los avances han sido limitados.

El legado de Perlora como ciudad de vacaciones ha dejado una huella en la memoria colectiva de los asturianos, muchos de los cuales tienen recuerdos de veranos pasados en esta localidad. A pesar de su estado actual como ciudad fantasma, la historia de Perlora como un destino turístico vibrante es parte importante de su identidad.