Ciencia para construir un futuro sin humo

Philip Morris cuenta con más de 1.500 profesionales en sus dos centros de investigación que incluyen investigadores, ingenieros, técnicos o médicos.

La investigación y la ciencia son dos de las principales palancas que ayudan a construir el futuro. Esto es un hecho, y en el caso de la industria tabaquera, incluso más. Recurrir al trabajo de científicos resulta especialmente relevante para que el sector avance hacia un paradigma donde los cigarrillos queden relegados a meros objetos de museo. Y la apuesta es lograrlo a través de alternativas sin combustión ni humo que, sin ser inocuas, la ciencia ha demostrado que son una opción mejor para aquellos adultos que de otra forma continuarían fumando.

No obstante, hacer del sueño una realidad requiere mucha inversión en cuanto a fondos, tiempo y horas de trabajo por parte de un personal completamente especializado. En el caso de Philip Morris, uno de los principales actores en este sector, toda esta labor se lleva principalmente en sus dos centros de investigación con alcance mundial, ubicados en Singapur y en la ciudad suiza de Neuchâtel, donde todo tipo de perfiles científicos y técnicos comparten el objetivo de alcanzar cuanto antes un futuro libre del humo de los cigarrillos.

Puede resultar paradójico que este tipo de profesionales sanitarios ejerzan su labor dentro de una empresa tabaquera. Por eso, personalizar este trabajo y poner cara a quien dedica su esfuerzo en este campo es una manera de concederle una dimensión humana a este viraje en la industria. Una de estas caras es la de la argentina Andrea Costantini, actualmente al frente del área de Relaciones Médicas de la compañía en Latinoamérica y Canadá.

Costantini es doctora, especialista en farmacología clínica, lo que pone de relieve la utilidad de perfiles como el suyo en esta tarea de la compañía aunque a ella, de primeras, reconoce que el cambio “no fue una elección profesional sencilla porque me dije ‘soy médica’, ¿cómo voy a trabajar en una tabaquera?”.

Ciencia para construir un futuro sin humo
Ciencia para construir un futuro sin humo Ciencia para construir un futuro sin humo

Distinto enfoque, misma vocación

Así pues, ¿por qué da el paso una persona como ella, firmemente asentada en el campo de la investigación? ¿Qué la motiva a cambiar el enfoque? Subyace la vocación de ayudar a los demás y de paliar los efectos negativos del tabaquismo. Antes lo hacía desarrollando medicamentos específicos para mejorar la vida de personas con enfermedades pulmonares tan habituales como el asma o la EPOC; ahora, contribuyendo a construir estas alternativas sin humo que pretenden minimizar el impacto y la prevalencia de estas patologías, al menos las más asociadas al consumo de tabaco.

“Mis antiguos colegas eran muy escépticos cuando empecé en Philip Morris Internacional (PMI), les costaba entender mi cambio ya que no tenían ni idea del futuro sin humo hacia el que estamos trabajando”, afirma. Ahora, un lustro después de su incorporación a PMI, su palabra y su trabajo se sustentan con las evidencias y los datos científicos que respaldan los productos que salen de las fábricas de la compañía. Pese a lo cual, defiende, la meta es también hacer pedagogía sobre los riesgos del tabaquismo y ser transparentes y rigurosos en los datos que se presentan a la sociedad: “No estoy aquí para convencerles. No quiero convertirles”, asegura. “Como médico, cuando conozco a un fumador, mi primera reacción es intentar ayudarle a dejar de fumar. Si no lo hacen, intento ‘deshabituarlos’, sugiriéndoles que cambien a un producto sin humo. Después de trabajar aquí, creo que un futuro sin humo puede hacerse realidad”.

Alcanzar este ideal exige pensar no solo en los pacientes que tuvo, sino incluso en sus propios padres, que para la doctora Costantini fueron otra gran “motivación” para este cambio profesional “por ser fumadores y por los que, aunque no puedo hacer nada por cambiar su pasado, sí puedo ayudar a forjar su futuro”. De hecho, como reconoce en alguna entrevista, su propia madre, enferma de EPOC, le ha dicho alguna vez que otra que, si cuando ella comenzó a fumar hubiera tenido este tipo de alternativas sin humo quizá hoy no estaría enferma.

Un futuro sin humo

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de mil millones de personas fuman en el mundo, y según sus propias previsiones no va a haber una reducción significativa en los próximos años. Por eso, la implementación de estas alternativas sin humo es un elemento tan disruptivo como necesario.

La ciencia y la innovación han conseguido atacar el que se identifica como el principal problema de fumar: la combustión y el humo del cigarrillo. Se suele señalar a la nicotina como lo más perjudicial pero, aunque no es inocua y es adictiva, la principal causa de enfermedades relacionadas con fumar se encuentra en el humo del cigarrillo, debido a los altos niveles de sustancias nocivas que se liberan al quemarlo. De ahí que todas estas nuevas fórmulas que han salido de los laboratorios y departamentos de i+D de Philip Morris hayan ido encaminados a eliminar el proceso de combustión de la ecuación.

PMI insiste: lo mejor es abandonar el consumo de tabaco y nicotina por completo. Pero para los que no van a dejarlo “hay que ofrecer una alternativa” para “reducir la toxicidad de los productos de tabaco”, como explica Tommaso di Giovanni, vicepresidente de Comunicación de Philip Morris International.

“Como médico, si un fumador no quiere dejarlo, le sugiero que cambien a un producto sin humo. Después de trabajar en Philip Morris creo que un futuro sin humo puede hacerse realidad”

El resultado son estas alternativas “con estándares de calidad y evidencia científica avalada”, según Costantini. “Cuando introdujimos el primero de nuestros nuevos productos en el mercado estadounidense, lloré. Tenemos el primer producto de tabaco calentado eléctricamente autorizado por la FDA (Agencia estadounidense del medicamento) como "apropiado para la protección de la salud pública", explica la doctora. “Creo que este fue el momento más importante de mi carrera en PMI. Me sentí muy emocionada. Por fin los reguladores empiezan a ver que esto es lo correcto”.

Es un campo tan nuevo hay mucho por hacer, de ahí que casos como el de Andrea Costantini sean vitales para consolidar estos nuevos caminos hacia una sociedad en la que las patologías ligadas al tabaquismo sean, cada vez más, una imagen del pasado: “A través de mi investigación en PMI, siento que tengo la oportunidad de lograr grandes cambios en la forma en que viven las personas y, en última instancia, ayudar a mejorar la salud pública. […] Es emocionante. Tenemos una buena historia que contar y, sí, llevará tiempo. Pero juntos estamos haciendo historia”, explica.

La mejor opción para un fumador es dejar de consumir tabaco y productos con nicotina por completo.

Los menores de edad no deben consumir nicotina en ninguna de sus formas y no debe ser utilizada por personas que tengan problemas de salud como enfermedades cardíacas, diabetes o por mujeres embarazadas o en período de lactancia.

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