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Cada 22 de diciembre, las voces infantiles del colegio San Ildefonso de Madrid resuenan en toda España con el característico "miiiiiil euros" del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, cumpliendo con una tradición que se remonta a siglos atrás.

Este colegio, fundado en tiempos de Carlos III como hogar para huérfanos de funcionarios públicos, ha estado estrechamente vinculado a la historia de la Lotería desde sus inicios. Fue en 1999, cuando se comenzó a aceptar a estudiantes que no fueran huérfanos, y hoy en día, los alumnos del colegio son niños residentes de Madrid.

Aunque el primer sorteo en el que participaron fue en 1771, no fue hasta 1892 cuando comenzaron a cantar en el sorteo navideño, convirtiéndose entonces en una parte esencial de tan esperado evento.

Los niños de San Ildefonso cantan los números de la Lotería. EFE

Sin embargo, muchos se preguntarán si todos los alumnos del colegio tienen la oportunidad de participar o si se irán alternando cada año por clases, ya que solo un grupo seleccionado tiene el privilegio de cantar los ansiados premios.

En cambio, la elección de los niños que darán los números se realiza meses antes del sorteo. De todo el alumnado del centro, se hace una selección en la que se valoran una serie de requisitos: poseer una voz clara y con buen timbre, articular correctamente y ser capaces de leer los números con rapidez y fluidez.

Los alumnos practican durante meses. EFE

Tras ser seleccionados, comienzan un proceso de preparación que incluye ensayos rutinarios, siendo especialmente intensos en los meses previos al sorteo.

En diciembre, estos ensayos se trasladan al Teatro Real para que los niños se familiaricen con el escenario, practiquen el manejo de las bolas y se habitúen al protocolo del sorteo, previniendo así los errores que puedan ocurrir bajo la mirada de millones de personas.

Una vez que llega el día de la Lotería, los niños de San Ildefonso visten con orgullo el uniforme del colegio tras un año muy perseverante de preparación. Suben al escenario y demuestran todo lo que han aprendido durante meses con tanta ilusión, aunque todos somos conscientes que los nervios siempre pueden jugar una mala pasada.

No obstante, ellos no dudan en reflejar su felicidad a través de sus gestos, ya que participar en este evento no solo les da la oportunidad de demostrar su esfuerzo y dedicación, sino también de formar parte de una tradición que une a tantas generaciones, representando la ilusión de la Navidad en toda España.