Pocos destinos se comparan con Alicante. Esta ciudad, perteneciente a la Comunidad Valenciana, es uno de los lugares más emblemáticos situados a orillas del Mediterráneo.Su clima agradable durante todo el año, con temperaturas suaves y 320 días de sol, invita a disfrutar de paseos, terrazas y playas. Sobre todo en esta época del año, las playas de fina arena y las recónditas calas se convierten en un remanso de paz que nos conecta con la naturaleza.
Pero no solo son sus costas, Alicante es una ciudad que tiene mucho más que ofrecer. Entre sus calles podemos encontrar monumentos emblemáticos con más de 3.000 años de historia y otras joyas culturales. Así, quienes quieran adentrarse en la urbe y conocer los lugares más recónditos de la ciudad tienen varias opciones que merece la pena explorar.
Imprescindibles de la ciudad
Una de las visitas imprescindibles en Alicante es el Castillo de Santa Bárbara, desde donde podremos observar las grandes dimensiones de la ciudad a vista de pájaro. Esta fortaleza, que se divisa desde casi cualquier punto de la ciudad y que está enclavada en lo alto del monte Benacantil, nos regala una vista privilegiada de la bahía de Alicante y las poblaciones vecinas de la Costa Blanca. Estamos hablando de uno de los castillos medievales más importantes de España y donde se han encontrado restos arqueológicos de la Edad de Bronce íberos y romanos.
Aquellos que quieran conocer más sobre los tesoros arqueológicos de la ciudad pueden visitar también el Museo Arqueológico Provincial MARQ, un referente a nivel internacional en arqueología. En él los usuarios podrán descubrir los restos de antiguas civilizaciones y, además, hacerlo de forma didáctica y divertida.
Otros de los grandes encantos que esconde la ciudad los podemos encontrar también en tres edificios históricos que reflejan la influencia cristiana en la ciudad: la Basílica de Santa María, la Concatedral de San Nicolás o el Monasterio de Santa Faz.
Aparte de visitar estas construcciones emblemáticas, la mejor forma de conocer la vida de los alicantinos es sumergiéndonos en el centro de la ciudad. Descendiendo por el barrio de Santa Cruz llegaremos al Mercado Central para sumergirnos en la vida de los alicantinos, una de las joyas del modernismo valenciano de principios del siglo XX y un lugar idóneo en el que adquirir los mejores productos del mar y de la huerta alicantina.
Un bocado de la mejor gastronomía mediterránea
Uno de los mayores atractivos de esta vibrante ciudad mediterránea es su excelente cocina. De hecho, Alicante ha sido reconocida como Capital Española de la Gastronomía 2025 por su dieta mediterránea basada en pescados frescos, mariscos, verduras, hortalizas y frutas que, al combinarse, dan lugar a platos tradicionales, como el caladero, la ollete alicantina o las cocas.
Pero pocas recetas se comparan con el arroz, el rey de la terreta. Tal es la importancia de este plato en la ciudad que el propio Ayuntamiento de Alicante ha creado su marca de calidad ‘Alicante Ciudad del Arroz’ para los restaurantes adheridos. Desde el clásico senyoret hasta el arroz de gambas, rape o pulpo, en esta ciudad costera podemos encontrar una amplia variedad de arroces que caracterizan la región y que conquistan a todo aquel que pisa las tierras alicantinas.
A todos estos productos autóctonos se suman también los vinos de Alicante, que han merecido una Denominación de Origen por su gran variedad y calidad. Además, los amantes de enología pueden disfrutar de una Ruta del Vino de Alicante que discurre por las diferentes zonas, la Marina Alta, la Marina Baixa y la comarca del Vinalopó, y utiliza distintas variedades de uva como Moscatel, Monastrell, Garnacha o la Merseguera entre otras. Así, alguna de estas experiencias enoturísticas combinan la visita a bodegas y catas, junto la degustación de productos de la zona, o actividades como un paseo a caballo o en barco.
Aquellos que quieran ir adentrándose poco a poco en la ciudad pueden ir preparando su escapada y ver imágenes de Alicante a tiempo real a través de su página web, porque el viaje siempre empieza en la imaginación.