El perito de la Junta de Extremadura ha confirmado que la red empresarial que protagonizó el fraude del jamón, destapado el año pasado, cometió un delito contra la salud pública. "Era comida para perros", ha declarado ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Fregenal de la Sierra (Badajoz).
El inspector sanitario Miguel Ángel Batalla corroboró -según ha podido saber elEconomista- que los empresarios ""Estaban manipulando y envasando jamón, lomos y embutidos en condiciones higiénicas lamentables, sin registro sanitario ni trazabilidad alguna. Había un riesgo evidente para salud humana".
La investigación abarca a más de una veintena de empresas. Entre ellas se encuentra Comapa, proveedor del hipermercado Carrefour. Sus autores se dedicaron a colocar miles de kilos de carne (1.000 toneladas según estimaciones de la Guardia Civil) caducada, con etiquetas falsas.
El inspector ha explicado a la jueza que, tras recibir una alerta sobre un posible fraude, acudió a la nave donde la empresa El Fogón Castúo almacenaba su producto. "Me encontré una gran cantidad de productos cárnicos curados almacenados allí, en una nave que no tenía la autorización y a la que ni siquiera se podía entrar".
En su declaración ha contado que había hasta 300.000 kilos almacenados en pasillos y muelles de carga, sin documentación ni albarán. "Algunos estaban llenos de moho, entre excrementos y cadáveres de rata. Los operarios tenían que pisarlos para pasar de una nave a otra. Intentaban introducirlo en el mercado y no era apto para el consumo humano", relató.
Además de Comapa, otras empresas como Valle de los Valfríos, Cárnicas Jamontanchez, Saraymar, Iberlinares, o Cárnicas Jamontanchez, están involucradas en la estafa.
El pasado mes de junio, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) ordenó la inmovilización de más de cien toneladas de productos cárnicos (sobre todo jamones) en varias localidades españolas. Tras esta alerta, Carrefour decidió retirar cientos de jamones que vendía como ibéricos por 80 euros, procedentes de la empresa Comapa. De esta forma -consideran los encargados de la investigación- conseguían reducir costes y maximizar beneficios.