El próximo mes de abril, la factura de la luz será un 4% más cara. O al menos es lo que pronosticó el Gobierno en octubre de 2018 cuando aprobó el Real Decreto-Ley para suspender el impuesto del 7% aprobado en 2012 por el Partido Popular.
No obstante, la medida puede que no afecte demasiado a los bolsillos durante el primer mes, ya que tradicionalmente el mes de abril se considera como un mes valle, ya que gracias a sus habituales temperaturas no se suele abusar ni de la calefacción ni del aire acondicionado.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha descartado prorrogar la suspensión temporal del impuesto del 7% a la generación de energía eléctrica a partir del próximo mes de abril, ya que el actual Gobierno "no tiene capacidad de maniobra" para ello.
En declaraciones a la prensa tras participar a la presentación del Informa Leyes Climáticas Comparadas del Real Instituto Elcano, Ribera indicó que acaba este mes la suspensión del impuesto y subrayó que el actual Gobierno "no tiene capacidad de maniobra en lo que queda de legislatura" para su prórroga.
El pasado mes de octubre, entre las medidas de choque ante la subida del precio de la luz experimentada después del verano pasado, el Gobierno aprobó un Real Decreto-Ley que incorporaba la suspensión durante seis meses del impuesto del 7% a la generación eléctrica, aprobado en 2012 por el Gobierno del PP, durante seis meses, así como la introducción de una exención en el Impuesto Especial de Hidrocarburos al gas para desactivar el mal llamado denominado 'céntimo verde'.
Entonces, el Gobierno estimó que la adopción de estas medidas para contener la subida en el precio de la luz tendrían un impacto en el recibo de alrededor del 4%.
La ministra ha considerado que esta medida forma parte de "esa cesta" de la actualización de la fiscalidad del sistema energético, que consideró que es una de las "dos o tres cuestiones críticas" que quedan como tareas por realizar para una posible siguiente legislatura.
Ribera ha indicado que el Gobierno está trabajando en esta reforma fiscal, aunque ha señalado que "es muy complejo, ya que hay una fiscalidad cruzada, que no manda señales claras y que requiere una revisión en profundidad de qué es lo que se pretende, qué es lo que se puede hacer y cómo se acompasa en el tiempo".
Junto a esta reforma fiscal, ha afirmado que será necesario abordar en el futuro una reforma del funcionamiento del mercado eléctrico y la integración de esa nueva perspectiva de un sistema energético mucho más digitalizado, "en el que el almacenamiento va a ser crítico".