Un joven de 17 años tuvo que ser operado después de que le explotase en la boca un cigarrillo electrónico. El suceso, aunque ocurrió en 2017, ha sido publicado estos días en un artículo de la revista The New England Journal of Medicine.
El chico de 17 años tuvo que recorrer más de 400 kilómetros desde una pequeña localidad de Nevada (Estados Unidos) para ser atendido en el hospital pediátrico de Utah. Tras explotarle el cigarrillo en la boca, acudió al centro hospitalario con fuertes dolores e hinchazones en la boca. Tenía cortes, quemaduras y varios dientes partidos. Además, un escáner en tres dimensiones reveló que se había fracturado la mandíbula, perdiendo una cantidad considerable de masa ósea.
Los médicos le operaron de urgencia, le colocaron una placa y un dispositivo para aguantarle los dientes mientras le soldaban la mandíbula. Ahora, el joven se ha recuperado de los daños y está pendiente de hacerse unos implantes con los que recuperar los dientes que perdió.
"Antes de comprar estos dispositivos, las personas deben saber que existe la posibilidad de que estallen en su bolsillo o en la cara", dijo la directora médica de traumatología del hospital que primero trató al niño a la cadena de noticias CNN.
Junto con la reciente publicación, el medio especializado ha aclarado que el joven dejó de fumar.