Quitando sus modernas líneas estéticas, a simple vista podría pensarse que nos encontramos ante un mero modelo nuevo de Mercedes-Benz. Sin embargo,
las siglas que este SUV luce en sus embellecedores, en un color azul cian, adelantan uno de los avances más revolucionarios que la estrella de tres
puntas, al igual que otras marcas de coches, ha incorporado a su cadena de producción desde que comenzó la historia del automóvil en el año 1886: 'EQC' es el primer Mercedes 100 % eléctrico.
Bien es cierto que ya existen desde hace varios años los pequeños modelos de Smart, la marca asociada a Mercedes, los cuales se propulsan con energía eléctrica; o que la propia firma alemana comercializa desde hace tiempo varios de sus modelos en versión híbrida. Pero esto es algo muy distinto. Este coche puede recorrer 400 kilómetros de manera íntegra solamente propulsado con un motor eléctrico. Consciente de esta hazaña es Enrique Aguirre de Carcer, el director de comunicación de la marca en nuestro país.
"Estamos ante una nueva era que va a cambiar la forma de moverse y de conducir, y no vamos a ser ajenos a ello", declaraba Aguirre durante la presentación del EQC. En ella, ha avanzado que, para el año 2025, estiman que el 20 % de las ventas correspondan a modelos 100 % electrificados, y para el 2030, que supongan el 50 %. Este es el primer paso.
Viendo el resto de opciones por las que se han decantado el resto de fabricantes para lanzarse al mar de los no contaminantes, llama la atención que Mercedes se haya decantado por un SUV, ya que la mayoría lo han hecho con coches de pequeñas dimensiones, pensando en que su hábitat natural es la ciudad.
"Mercedes ha escogido el segmento SUV medio ya que es un segmento en auge con muy buena aceptación en el mercado. Además, su tamaño nos permite colocar las baterías en una zona muy baja, con la que situar el centro de gravedad más bajo y otorgarle mayor estabilidad", aclara Juan de la Rocha, jefe de prensa en España.
400 kilómetros, 400 caballos
Precisamente, la batería, o mejor dicho, la autonomía que le brindaría, es el detalle que a día de hoy mayor expectación podría generar (junto con el precio) al comprador. Más aun teniendo en cuenta su gran tamaño, de casi cinco metros de largo, y su elevado peso, rozando los 2.500 kilogramos.
Podría haberse esperado más de él, pero no ha defraudado. El EQC permite recorrer unos 400 kilómetros (entre 374 y 416 según indica su ficha técnica). Una cifra considerable si se compara con el resto de eléctricos a la venta, pero que quizás se quede algo corta viniendo de una marca de la talla de Mercedes. Eso sí, a sus pedales, casi ni se percibe la sensación de conducir un todoterreno pesado debido a su gran agilidad.
Dos motores eléctricos, cada uno de 150 kW, le permiten desarrollar una potencia de 300 kW (408 caballos). En este aspecto es donde destaca muy positivamente. Situaciones en las que se requiera un acelerón, como una incorporación a una carretera o a una rotonda rápida, son escenarios en los que el Mercedes se desenvuelve como pez en el agua. Y es que es capaz de acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en tan solo 5,1 segundos. Pocos coches, salvo deportivos, poseen una aceleración mejor o similar. Eso sí, a cambio de 77,425 euros.
Ciudad, carretera y campo
Aunque en EL ESPAÑOL solo hemos podido tener en nuestras manos el EQC durante un día, hemos podido comprobar de lo que es capaz. Una ruta de algo más de 100 kilómetros, desde el centro de Madrid hasta un pequeño pueblo de la sierra, contiene todos los elementos ideales para probar un coche de estas características. Callejeo por poblado, salida a autopista, curvas y desniveles en carreteras secundarias, e incluso caminos no asfaltados.
Al inicio de la ruta, el salpicadero, completamente digital y personalizable, marcaba una autonomía para realiza un viaje de 340 kilómetros. Pero tampoco estaba cargada al 100 %. Sin conocer previamente el recorrido, el GPS de su navegador táctil (también manipulable con los mandos al volante o con un mando a la altura de la palanca del freno de mano) indica a la perfección la ruta, al igual que la posición de puntos de carga próximos. Desde Mercedes adelantan que en un futuro muy cercano también podrá calcular trayectos largos indicando dónde parar a repostar y por cuánto tiempo. También, su coste y la posibilidad de emprender pagos desde el teléfono.
Emprendemos el recorrido sin escatimar ninguna de sus opciones. Lo primero que sorprende es la suavidad de su acelerador y la continua aceleración que ofrecen los dos motores eléctricos. Está activado el modo Confort. El modo más económico, el ECO, acelera de forma suave y su frenada regenertiva está presente. Con ella, al soltar el acelerador podemos acumular energía y frenar a la vez sin tener que recurrir al pedal izquierdo. Aunque es ajustable. La Sport transforma la conducción en todo lo opuesto: acelerones más agresivos y muy poco freno regenerativo.
Al finalizar, el vehículo estima que aún se pueden recorrer otros 200 kilómetros. En una primera lectura, se extrae que el coche gasta algo más de lo que pronostica. Sin embargo, al regresar a las oficinas de Mercedes, a un ritmo más pausado y recalculando los gastos medios, dejamos el EQC con capacidad para recorrer algo más de 220 kilómetros.
Reproches que podemos hacerle: los retrovisores podrían facilitar al conductor algo más de visibilidad, sobre todo el interior. Es algo que Mercedes ha suplido con un avisador lumínico y sonoro que advierte de la presencia de coches en ángulos muertos. Al desviar la mirada hacia el navegador, puede que por la altura concreta de este redactor, se cruza entre medias una parte del volante que dificulta su visión, algo también salvable ya que se puede configurar para que aparezca el itinerario y las indicaciones en el propio salpicadero. Y los asientos, de carácter deportivo, quizá sean algo duros para trayectos largos. Pero incluso aquí Mercedes tiene un as en la manga: masajes para las lumbares.