María, Sara y Fran apuestan por un servicio de ‘dentistas’ incluido dentro de la Sanidad pública; Blanca, por un sistema mixto donde convivan lo privado y lo estatal; y Ana se queda con el modelo actual. Todos han tenido que ir, en el último año, al dentista. Sin embargo, si los sentáramos juntos en una mesa, no se pondrían de acuerdo. O quizás sí: cada adulto, de media, paga 305 euros de media al año por su salud bucodental –475 euros por familia–, según datos del Consejo General de dentistas.
Por eso, una gran parte del arco parlamentario (PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos y PP) incluyó alguna propuesta relativa a la salud bucodental dentro de sus programas para las últimas elecciones generales. Y desde la formación morada, en las últimas semanas, han dado un paso al frente para proponer su aplicación en los próximos años.
Alberto Montero, exdiputado de Podemos, ha elaborado un informe junto a Vitaldent en el que concluye que incluir determinadas coberturas de salud bucodental dentro del sistema público le costaría al Estado entre 1.000 y 5.400 millones de euros. “Eso resolvería el problema de raíz (en relación con los escándalos de Dentix e iDental)”, reconocía Alberto Garzón, ministro de Consumo, en un pleno del Senado. “Cuando un servicio está regido por criterios de salud pública, y no por la mera y simple rentabilidad, se evitan los problemas y se refuerza la importancia de la Sanidad pública”, proseguía.
Así se evitarían casos como el de Teresa. Ella es una de las muchas afectadas por la quiebra de Dentix. En febrero, acudió a las clínicas con sus dos hijos. Ambos necesitaban que les hicieran una ortodoncia. Pagó al contado los 2.800 euros del tratamiento. “Sólo les hicieron el molde y cerraron”, cuenta a EL ESPAÑOL. “Creo que no voy a recuperar ese dinero. Además, tendré que llevarlos a otra clínica”, prosigue.
Teresa es partidaria, cómo no, de que la salud bucodental pase a formar parte de la Sanidad pública. “Yo preferiría pagar esos 475 euros al año al Estado y evitarme lo que ha ocurrido con Dentix”, explica. Y ella, al menos, sólo ha perdido dinero. “Otros se han quedado sin dientes”, apostilla.
Pero, ¿es posible que el ‘dentista’ pase a ser público de un día para otro? ¿Cuánto le costaría eso al contribuyente? ¿Sería suficiente con esos 5.400 millones de euros que propone el exdiputado de Podemos? Las preguntas, en este caso, son más sencillas de formular que las posibles respuestas. En EL ESPAÑOL hemos consultado al Consejo General de Dentistas y hemos sondeado a la opinión pública sobre este posible plan. Y, sin duda, hay divergencias.
Radiografía del sistema
La Sanidad pública, ahora mismo, sólo cubre lo básico: radiografías, diagnósticos, extracciones, procesos de tumoración benigna… “Y luego depende de cada comunidad. Al estar transferidas las competencias de Sanidad, hay ocho regiones que también incluyen salud bucodental para niños”, explica Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas. “Dependiendo del lugar donde nazca uno, tiene más derechos”, lamenta.
Así, con el sistema actual, cada adulto mayor de 25 años se gasta una media de 305 euros al año en cuidar su salud bucodental –475 el grupo familiar–, según datos del Consejo General. ¿En qué? Principalmente, en empastes, limpiezas, extracción de muelas e implantes. “España es el país de Europa donde más implantes se hacen. Tenemos esa cultura. Es lo que hacían, por ejemplo, en iDental, donde extraían los dientes y ponían estos implantes que venían de Brasil”, cuenta Óscar Castro.
A partir de aquí, impulsar un sistema público de salud bucodental removería los cimientos de las más de 25.000 clínicas que hay en España y sus 40.000 profesionales –sin contar con los auxiliares, recepcionistas…–. “Lo que entendemos es que impulsar una mayor cobertura por parte del Estado no implicaría acabar con ninguno de estos puestos de trabajo”.
Hacia un sistema público
Desde el Consejo General de Dentistas creen que la única alternativa sería un sistema mixto. Es decir, que el Estado utilizara la infraestructura actual de clínicas dentales para ampliar las coberturas del sistema. O lo que es lo mismo, que el Estado le pagara a las clínicas privadas para que prestaran un servicio público. “Esto cuesta dinero. Illa hablaba el otro día de que la partida en salud bucodental se incrementaba en 49 millones de euros. Eso puede sonar a mucho, pero si lo piensas, tocaríamos a un euro por ciudadano. Así no vamos a ningún sitio”, crítica Óscar Castro.
La dotación, como calculaba Alberto Montero para Vitaldent, tendría que ser de, al menos, 5.400 millones de euros. Y, en cualquier caso, en un primer momento, no cubriría a todo el mundo. “Habría que empezar con los más vulnerables y luego seguir. Pero esto dependería de dónde se quiere llegar y qué carga tenga la parte privada frente a la pública”, prosigue el presidente del Consejo General de Dentistas.
¿Y qué efectos tendría para el contribuyente? “Hay algo que está claro: nada sale gratis. Habría que multiplicar por 50 las dotaciones para personal”. Si, actualmente, cada español paga de media 305 euros, con un sistema mixto en el que pagara una cuantía a cambio de salud bucodental, la cantidad abonada podría ser la mitad. De esta forma, se podría ahorrar, quizás, unos 150 euros. Pero es sólo una estimación. “Hay que estudiarlo”, insisten desde el Consejo.
Aun así, la Sanidad pública no podría asumirlo todo a la vez: iría incluyendo servicios paulatinamente. Con algo, sin duda, en lo que todos están de acuerdo: de esta forma no se producirían casos como el de Dentix o iDental, que cerraron sus clínicas y dejaron los tratamientos de miles de clientes a la mitad. “La idea sería ir a un sistema como el de Francia o Alemania, donde el ciudadano paga una determinada cantidad al mes y el resto se lo paga el estado”, finiquita Óscar.
Sistema madrileño
Antonio Montero, presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid, expone como camino el sistema utilizado por la capital con los niños de 6 a 17 años. “Estos tienen incluidos casi todos los tratamientos. Hemos llegado a un acuerdo con la Consejería de Sanidad y así estos son tratados en clínicas privadas con un coste inferior al del mercado y después la Comunidad les reembolsa el dinero”, explica.
Eso, ampliado, es lo que piden desde la organización. Con una línea roja al frente: “Que aplicar un sistema así no beneficie a un grupo concreto, como parece que está ocurriendo con el informe que se ha recomendado desde Vitaldent”, aclara Antonio Montero. “Ahora mismo, el único camino es ese. En Atención Primaria tienen 160 dentistas; en Madrid, en total, hay 9.000. Con la estructura montada… Lo lógico sería que se utilizara ese sector privado para financiar la sanidad bucodental de todos con dinero público”, expone.
¿Y los ciudadanos, qué dicen?
Juan y Paula abogan por un ‘dentista’ público. ¿La razón? “Hay personas que no se pueden pagar determinados tratamientos”, reconocen. Y no son los únicos que piensan así. Fran, sentado en un banco, al lado de la clínica Vitaldent, los apoya. Se hizo una limpieza y un empaste hace un año por 75 euros y entiende que lo mejor sería que el servicio pasara a ser estatal. “Estaría bien, aunque tengamos que pagar un poco”, reconoce.
María y Sara, sin embargo, quieren que sea pública, pero no quieren pagar más. “Ya tenemos suficientes impuestos”, reconocen. Y Cecilia, a su manera, las apoya: se puso un implante hace una semana por valor de 9.000 euros. “Aunque lo tuviera que pagar, preferiría abonárselo al Estado antes que a una clínica privada”, explica.
Blanca, en cambio, apuesta por un sistema mixto. “Que te hagan el diagnóstico en la pública y que luego pases por la privada pagando algo. No me importaría pagar esos 300 euros al mes”, opina. No como Ana, que abogaría por el sistema actual e, incluso, por la supresión de la Sanidad Pública: “Yo tengo seguro privado. Voy por privado. Y, sin embargo, pago impuestos para la pública y no me aprovecho de ella. Si me dieran ese dinero, lo podría invertir en más sanidad privada o en otra cosa”, finiquita.