Hay un rincón en Andalucía en el que, desde hace más de un siglo, los maestros cerveceros de Cruzcampo juegan a mezclar con mucho acento su sabiduría, su firma, su experiencia, sus raíces y la materia prima de su entorno en cada una de sus creaciones. Es así como se amplían los sabores y la experiencia, con el único límite de la imaginación de los maestros y con un punto en común que une presente, pasado y futuro: el máximo cariño con el que se elaboran todas y cada una de las creaciones con acento de Cruzcampo.
Ejemplo de esta vocación es Lala Fernández, cuya historia discurre paralela a la de una Cruzcampo Especial. Esta sevillana procede de toda una familia de maestros cerveceros y lleva toda su pasión al proceso de elaboración con una única obsesión: la calidad. "Cruzcampo Especial es la mejor versión de nosotros mismos", asegura.
Su trabajo es un proceso delicado, exigente y en el que hay mimar el producto en cada uno de los pasos. Cada Cruzcampo Especial, la variedad más icónica y con más poderío de la marca, surge de una cuidada maceración de malta y la fermentación del mosto obtenido por una cepa de levadura cervecera exclusiva de Cruzcampo. Una cerveza que acaba de renovar su receta para obtener un color dorado más intenso y brillante, que se elabora con el sol de Andalucía (con energía eléctrica renovable procedente de energía solar). "Hemos incorporado malta caramelo para conseguir una cerveza más equilibrada, que combina suave amargor y sabor intenso, manteniendo todo el carácter de Cruzcampo", detalla Lala.
El entusiasmo con la que Lala aborda su labor es un ejemplo más de "la pasión, el saber hacer y el cariño que hay detrás de cada producto para que sea único", tal y como explica Fernández. En su opinión, esos son los ingredientes que han ayudado a que las variedades de Cruzcampo sean una compañera habitual "en los mejores momentos en la vida de muchas personas". Esta confianza del consumidor es fruto del trabajo de Lala y del resto de maestros cerveceros de Cruzcampo, que imprimen su sello a cada una de sus creaciones, como un acento distintivo de la marca que la hace reconocible en todo el mundo.
Junto a Lala, Juan Jiménez y Jorge Varela son los jóvenes maestros cerveceros de La Fábrica de Cruzcampo en Málaga que también parten de las raíces de Cruzcampo, pero beben de muchas otras influencias con potencial para ser incorporadas en nuevas creaciones. La experiencia es clave para estos profesionales cuyo único límite es la imaginación. Para ellos, el acento de la marca se conjuga con los verbos mezclar, probar, experimentar y combinar.
"El acento nos hace únicos"
"El acento es esa forma especial que tenemos cada uno de hacer las cosas, lo que nos hace únicos", afirma Juan Jiménez. Él es uno de los maestros cerveceros de la marca que, entre las paredes de La Fábrica de Cruzcampo en Málaga, experimentan con nuevas materias primas, desde cítricos a frutas tropicales, dentro de un cuidado proceso de creación.
Este cordobés aporta un acento especial que emerge de su sueño de viajar por todo el mundo, de tomar el pulso a diferentes culturas. Tras estudiar Ingeniería Química, hizo un máster en la Escuela de Cerveza, donde se impregnó de la mejor ciencia para convertirse en un artista capaz de incorporar a la cerveza la esencia del entorno, de hacer de la calle una musa para crear experiencias repletas de sabores y aromas.
Es así como se ha convertido en uno de los maestros cerveceros que ha trabajado en la elaboración de la receta original de Cruzcampo Andalusian IPA, la cerveza "con más descaro" de Cruzcampo. Sus toques de frutos cítricos y tropicales, como el mango, inspirados en la artesanía y los aires del sur, crean ese acento, "ese duende que tiene y que, cuando la probamos, sabíamos que estaba para hacerle un traje", explica Jiménez.
"La mezcla enriquece, la mezcla funciona"
"Yo vengo de Galicia, de una cultura totalmente vinícola. Allí es donde nació mi pasión por la cerveza. Hoy resido en Andalucía, una prueba de que la mezcla enriquece, la mezcla funciona", explica Jorge Varela, un joven maestro cervecero de cuya mente y manos han salido elaboraciones como Cruzcampo Session IPA, creada con mangos de Málaga; Cruzcampo Strong Ale, con la miel de Frigiliana, o Cruzcampo Grape Beer, una cerveza que parece vino gracias a una receta que explora la diversidad cultural de nuestro país, aunando en su elaboración dos bebidas muy presentes en nuestro territorio.
Jorge Varela estudió Química y ha hecho de su hobby un trabajo: su pasión por la cerveza lo ha llevado a conocer a la perfección este líquido y su infinita creatividad le ha inspirado para experimentar hasta conseguir más de 350 elaboraciones propias. Desde La Fábrica de Cruzcampo en Málaga, da forma a su arte para crear nuevas variedades inspirándose con ingredientes de su entorno más cercano.
'El arte de crear cervezas diferentes: “Cada cerveza también tiene su propio acento”' es un contenido elaborado con la colaboración de Cruzcampo.
*** Cruzcampo recomienda un consumo responsable