La inflación está haciendo mella en los bolsillos de los españoles. El dato del coste de los alimentos se ha disparado en los últimos meses. Productos como la pasta o las legumbres están en niveles de coste, para los consumidores, históricos. En este escenario, productos como el pan rústico o la carne de vacuno, productos tradicionalmente con un mayor precio, están dejando espacio y mercado para otros alimentos más económicos como el pollo o el pan común.

El pan rústico durante 2022 subió alrededor de un 5%, mientras que el pan común llegó a situar su incremento en el 28%. Por su parte, productos sustitutivos de la carne de vacuno, como el pollo, han sufrido un incremento del 22%, en cambio, el vacuno, tan solo se ha situado un 6% más caro que antes de la situación inflacionista.

Para algunos expertos en el sector, se está produciendo el denominado efecto ‘downtrading’, este fenómeno se produce cuando se modifica la conducta de los consumidores y estos empiezan a adoptar estrategias para bajar el precio final de la cesta de los consumidores. Estas estrategias se basan en la sustitución de productos por otros más económicos.

Rebanadas de pan.

El efecto ‘downtrading’ se empezó a detectar durante 2022 cuando los precios empezaron a sufrir un incremento exponencial y descontrolado. Los productos que más han incrementado su consumo son, principalmente, las marcas blancas, es decir, productos que cumplen su función alejados de las marcas que todos conocemos.

España, es el segundo país de Europa en consumo de marca blanca y es el segundo país con mayor crecimiento del consumo en los productos low cost. Es más, los españoles nos decantamos un 50% más por este tipo de productos que nuestros vecinos italianos o franceses.