¿Quién no disfruta con una buena hamburguesa o con unas buenas patatas fritas? Esos pequeños vicios que solo podemos darnos de vez en cuando si no queremos descuidar nuestra alimentación en exceso. Y qué mejor que acompañar estos suculentos platos de un buen chorro de kétchup, ese compañero indispensable en estos festines tan calóricos como placenteros.
Sin embargo, el kétchup, y otros productos, atraviesan ahora por un momento complicado. Una etapa de cambios y de finales, y es que el amado kétchup se ha encontrado de frente con una gran prohibición que va a cambiar su consumo y su comercio tal y como lo se ha realizado hasta ahora. Para siempre.
Una decisión que procede además directamente desde el Parlamento Europeo. Este organismo ha aprobado una regulación que afecta a la forma de consumo de este producto tal y como lo conocemos, ya que está previsto que no se pueda comercializar en sobres pequeños monodosis, como habitualmente los podemos encontrar desde en establecimientos de comida rápida hasta en supermercados.
Adiós a los sobres de kétchup
El Parlamento Europeo ha introducido una importante prohibición que afecta al consumo de kétchup y de otros productos como el azúcar o incluso como los minibotes de aseo personal. El objetivo es terminar con su comercialización por una cuestión medioambiental para así reducir la enorme cantidad de envases de plástico que circulan cada día.
El reto es prohibir este tipo de envases en el año 2030, cuando entrará en vigor la nueva regulación que obligará a supermercados, restaurantes, hoteles y diferentes establecimientos a no utilizar envases de usar y tirar. Esta normativa incluye una segunda decisión cuanto menos curiosa.
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Los clientes podrán llevar sus propios recipientes para rellenarlos de los condimentos que quieran consumir. Una cuestión que podría ampliarse incluso al hecho de llevarnos la comida que nos sobra y que habitualmente se transporta en envases de plástico. Y también a los envases de café para llevar, ya que se podría permitir a los clientes utilizar sus propias tazas para tomarlos ahí directamente.
El objetivo es buscar la reutilización de recipientes y promover prácticas más sostenibles. Según datos del organismo Eurostat, entre el año 2009 y el 2020, el volumen de envases diarios creció en un 20%. Y en el 2021, estos generaron 84 millones de toneladas de basura, de las cuales el 20% era plástico.
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Las estimaciones tras estos cálculos son que cada persona desecha al año unos 180 kilogramos de envasases. La meta es que con la nueva reglamentación esta cantidad se reduzca en un 5% en 2030, en un 10% en 2035 y en un 15% en 2040. Una rebaja paulatina, pero que supondría un cambio significativo en las políticas de consumo.
La nueva regulación del Parlamento Europeo también prohibirá la venta de envases de frutas y verduras frescas sin procesar. Y se pretende dar fin a objetos como las bolsas de plástico ligeras. Aunque parezca un cambio rompedor, no es la primera vez que se aprueba una legislación similar. En julio de 2021 también se prohibió el uso de elementos plásticos desechables como los platos y cubiertos, los paquetes de comida y bebida de poliestireno, las pajitas o los bastoncillos.