Los trucos para la limpieza del hogar proliferan sin descanso en Internet; ya sea para mantener la lavadora como el primer día, terminar con las manchas de sudor e, incluso, para limpiar los rieles de las ventanas. Sin embargo, el último en popularizarse ha venido a revolucionar el mundo de la limpieza. Sólo se necesita un corcho de vino.
Muchas veces, dejamos alimentos y bebidas en el frigorífico durante demasiado tiempo, lo que puede generar malos olores. Además, los derrames, las manchas y la humedad pueden crear un ambiente propicio para la proliferación de bacterias y moho. Por ello, para evitar estas situaciones, lo más importante es limpiar la nevera regularmente a fin de mantenerla fresca y libre de gérmenes.
Sin embargo, en muchas ocasiones eso puede no ser suficiente. En casi todas las casas suele haber algún corcho de vez en cuando disponible, ya que España es uno de los países del mundo donde más vino consumimos. Esos corchos se tiran normalmente a la basura, pero ahora descubrirás que tienen una segunda vida que, además, es muy útil: te van a ayudar a absorber la humedad y mejorar el estado de tu frigorífico en apenas unas horas.
Este truco consiste en colocar un corcho en cualquier estante del frigorífico o, incluso, partirlo por la mitad y colocar cada una de las partes en partes diferentes. La porosidad del corcho va a absorber tanto la humedad como los males olores de la nevera en un instante, de tal manera que, al día siguiente, tu electrodoméstico volverá a oler como si fuera nuevo… siempre que no haya alimentos estropeados en su interior, claro está.
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Asimismo, hay quienes además vierten una gota de aceite esencial al corcho para que, al tiempo que consigue acabar con los malos olores, dé un aire fresco y perfumado a la nevera. También se pueden añadir unas gotas de limón fresco, e incluso otros cítricos como la naranja, el pomelo, la bergamota y la mandarina.
Este truco infalible sirve también para mantener frescos los alimentos. Por ejemplo, si se tiene un trozo de queso, una cebolla, un limón u otros alimentos cortados de los que solo se ha usado una parte y se desea guardar el resto en la nevera, se coloca un tapón de corcho en el extremo cortado para evitar que se sequen o se pongan blandos.
Eso sí, es importante recordar que, con el tiempo, el corcho se saturará de agua, por lo que es recomendable cambiarlo o dejarlo secar fuera del frigorífico de vez en cuando.