Muchas son las historias que hay alrededor de un carro de la compra. Una, reciente, es la de ligar en Mercadona poniendo como ‘señuelo’ en el carro una piña. Otra, que puede decirse que es un clásico, es el de los robos de estos carros que aparecen desperdigados por los sitios más insospechados. Algo que afecta a todos ellos, desde Lidl a Mercadona, pasando por CarrefourAlcampo, Consum o Eroski, por poner algunos ejemplos.

Este último caso, el de los robos, acaba siendo un ‘agujero’ en las cuentas de los supermercados. Por ejemplo, y volviendo al caso de Mercadona, solían desaparecer 65 carros al año por tienda (un carro suele costar una media de unos 100 euros). De ahí que implantasen el sistema CartControl. Mediante el mismo, las ruedas se bloquean cuando se sobrepasa una determinada zona.

Sin embargo, hay una localidad en la que los carros de la compra de su supermercado no sólo salen del recinto comercial, sino en la que sus clientes los suelen llevar hasta la puerta de su casa. Y dicho supermercado no es ni Carrefour ni Mercadona.

¿Qué localidad ve ‘pasear’ los carros de la compra?

Esa localidad en la que los clientes de su supermercado pueden llevar los carros hasta la puerta de su casa es Port Saplaya. Se trata de una zona residencial perteneciente al municipio de Alboraya (Valencia).

En concreto, está situada a dos kilómetros del centro urbano de Alboraya, y a cuatro kilómetros de Valencia.

Diferentes carros 'aparcados' en una de las calles de Port Saplaya. V. Bustos

Su población la componen algo más de 2.000 habitantes, multiplicándose durante el periodo estival. Nacida a mediados de la década de los 70 del pasado siglo XX, su particular urbanismo hace que se la conozca como la ‘pequeña Venecia’.

Esto es así porque dispone de una serie de pequeños canales donde atracan diferentes tipos de embarcaciones y porque las fachadas de sus edificios están pintadas sobre todo con tonos pastel cálido.

¿De qué supermercado hablamos?

Como ya se ha dicho, por sus calles se pueden ver a los clientes de un supermercado caminar con los carros llenos de productos de un lado para otro. Dicho establecimiento es Alcampo. ¿Posteriormente los devuelven?

La respuesta es que no. Es habitual verlos a lo largo de sus calles, frente a las puertas de las viviendas, o junto al carril bici. En muchas ocasiones, unos carros junto a otros (porque, claro está, hay que recuperar la moneda introducida para poder utilizarlos).

Y son los empleados de Alcampo los que, en un momento determinado del día, se dedican a recorrer las diferentes calles de Port Saplaya para recuperarlos. De ahí que se puedan vera estas personas tirando de largas filas de 20 o 30 carros de la compra.

Lo curioso del tema es que, a la hora de entrar en el centro comercial donde se ubica el supermercado de Alcampo en Port Saplaya, hay un pequeño cartel (tamaño folio) que tiene el siguiente mensaje: “Prohibido sacar carros de Alcampo del centro comercial. Disculpen las molestias. Gracias por su colaboración”.

Cartel del centro comercial que prohíbe sacar los carros. V. Bustos

Y, junto al texto, un dibujo de un guarda jurado sonriente que sostiene en su mano una señal de Stop al lado de un carro de la compra con productos en su interior. ¿Hace la vista gorda dicho guarda jurado? Visto lo visto, y dado que se trata de una ‘tradición’ de años, quizás sería más oportuno quitar dicho cartel.