La leche es un alimento que está muy presente en nuestra dieta, el cual aporta distintos nutrientes, además de agua y minerales. Más allá de las opiniones divergentes con respecto a la idoneidad de su consumo frecuente, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha decidido analizar las diferentes marcas que se pueden encontrar en el mercado español.
Tras analizar 38 opciones diferentes, la OCU ha desvelado cuál es la peor marca de leche de los supermercados en España.
El análisis se ha centrado en la leche semidesnatada, un tipo de leche popular en España, donde los resultados han dejado en evidencia la gran diferencia que existen entre las distintas marcas, no solo en lo que respecta a su calidad, sino sobre su valor nutricional y sabor. La OCU, como es habitual, ha presentado un ranking con las mejores y peores marcas.
Para analizar las diferentes marcas, la Organización de Consumidores y Usuarios examinó el perfil nutricional de cada leche, midiendo para ello la cantidad de proteínas, grasas, calcio y otros nutrientes fundamentales, además de revisar el tratamiento térmico de cada muestra para poder verificar que a través de los procesos de esterilización o pasteurización elimina posibles microorganismos.
También ha analizado la cata sensorial, llevada a cabo por un panel de expertos que se encargó de evaluar el olor, el sabor, la textura y la calidad en general.
La peor leche de supermercado en España
Una vez realizado su análisis, la OCU determinó cuál es la peor marca de leche semidesnatada de los supermercados en España, siendo esta la leche semidesnatada Auchan, la marca blanca de Alcampo, que tuvo que conformarse con alcanzar una puntuación de 44 sobre 100. Entre los motivos de su baja puntuación se encuentra su procesamiento deficiente y una posible adición de agua y permeados, lo que afecta tanto a su sabor como a su valor nutricional.
En segunda posición como peor leche de supermercado se sitúa la leche de Supersol, con una puntuación de 52 puntos sobre 100, una leche que cuenta con un procesado y resultados en la degustación poco favorables; y el podio lo completa la leche semidesnatada de Xoia, que obtuvo 53 puntos de valoración. Esta destaca en higiene y nutrición, con un sabor y calidad de procesado que no lograron convencer a la OCU.
Cómo elegir la mejor leche
Desde la propia Organización de Consumidores y Usuarios también han explicado los aspectos a valorar a la hora de hacer la compra y poder así elegir la mejor leche. Para empezar, recalca la existencia de diferentes tipos de leche:
- Leche: la leche "normal" es aquella en la que, en función de su cantidad de materia grasa, podemos diferenciar entre entera (3,5% de grasa), semidesnatada (entre 1,5 y 1,8%) o desnatada (menos de 0,5% de grasa). La más versátil y completa, además de la más consumida en España, es la semidesnatada.
- Leches enriquecidas: son aquellas a las que se añaden vitaminas y minerales, que son los únicos ingredientes que pueden ser agregados a la leche sin que esta deje de ser leche. Lo más habitual es que se trate de vitaminas A y D o calcio.
- Leches sin lactosa: en auge en los últimos años, es un tipo de leche que es comercializada bajo la premisa de que sienta mejor a quién la toma, si bien, realmente solo son necesarias para aquellas personas con intolerancia a la lactosa. Para su elaboración no se retira la lactosa, sino que se agregan enzimas que la transforman en dos azúcares (glucosa y galactosa), que pueden ser absorbidos por el organismo.
- Bebidas lácteas: dentro de esta categoría se encuentran aquellas bebidas que están elaboradas con base de leche, pero que no se pueden considerar leches propiamente dichas, pues a ellas se les suman otras sustancias no lácteas como fibras solubles, ácido fólico o aceites omega-3, entre otros.
- Bebidas vegetales: estas últimas son cada vez más populares y se pueden encontrar en el mercado de avena, de soja, de almendras, de arroz… Aunque su aspecto y formato es similar al de la leche, no se pueden comparar desde el punto de vista nutricional.
Asimismo, para que la leche sea apta para su consumo debe superar un proceso térmico, que puede ser:
- Leche pasteurizada o "fresca": es aquella que ha seguido una pasteurización, que es un tratamiento térmico suave con el que se destruyen las bacterias patógenas, pero permite mantener sus características nutritivas y sensoriales. Se debe mantener en frío y su fecha de caducidad es corta, de unos 7 días. La pasteurización alta tiene una fecha de caducidad más larga. Se vende, generalmente, en botella.
- Leche UHT (Ultra High Temperature): es la clásica leche comercializada en brik, que es la más consumida. En ella, la leche es sometida a temperaturas elevadas durante un periodo muy corto de tiempo. Cuanto más corto sea, mejor mantiene sus propiedades, y se puede conservar sin problemas a temperatura ambiente durante tres o cuatro meses.
- Leche esterilizada: comercializada en botellas de plástico y con una duración de consumo de 5-6 meses, se somete a un proceso de alta temperatura durante un largo periodo de tiempo, lo que provoca una mayor degradación de sus propiedades nutricionales y organolépticas que en el caso anterior.
Una vez conocido lo anterior, hay que valorar una serie de aspectos para poder determinar la calidad de la leche, como son la estación del año, la edad del animal y el momento del ciclo de lactación del mismo, así como el envejecimiento de la leche, la temperatura en la cisterna de transporte o su periodo de almacenamiento, entre otros.