A menos de un mes del inicio de las celebraciones navideñas, los consumidores españoles ya están comenzando a planificar qué productos adquirirán para disfrutar de las comidas y cenas festivas en compañía de familiares y amigos. No obstante, en el contexto actual, resulta imposible que no piensen en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos: los precios de la cesta de la compra.
El pescado es uno de los productos típicos de estas fechas. Conforme se van acercando las Navidades, el marisco se convierte en uno de los artículos con el precio más caro de los últimos años. Pero si hay un elemento que no falta cada año en las comidas y cenas navideñas es el jamón.
Su precio también ha experimentado un incremento este año. Sin embargo, hay algo que preocupa más aún a los consumidores. Y es el hecho de elegir un buen jamón sin ser engañados por los fabricantes y distribuidores.
Tal y como asegura la empresa de ibéricos de Enrique García, muchas entidades utilizan recursos por estas fechas para engañar a estafar a los ciudadanos a la hora de comprar el jamón.
Y ante esta situación, la entidad ha lanzado algunos consejos a los consumidores para que sepan cuáles son los pasos que deben seguir para elegir un buen jamón y no ser víctimas de las estafas habituales en estas fechas.
Según confirman desde la entidad, hay una serie de puntos en los que hay que fijarse para que no nos den "jamón por liebre".
El primero de ellos es tener en cuenta con las ofertas, ya que muchos de los jamones que se comercializan pueden ser robados o fraudulentos.
"La forma de darnos cuenta es que sí este precio está demasiado bajo con respecto al resto del precio de mercados, es porque es robado o es fraudulento. Al final todas las empresas nos movemos por un rango de precios similar así que este sería un primer detalle a tener en cuenta y para levantar sospechas", aseguran desde la empresa de ibéricos de Enrique García.
Y es que, tal y como apuntan, las estafas relacionadas con los jamones son algo muy habitual en Navidad. Los estafadores utilizan técnicas muy variadas. Recientemente, las entidades dedicadas al jamón han detectado que, en algunas ocasiones, se llega a utilizar para pintar la pezuña y hacer pasar el lote como producto ibérico.
"Para evitar que te estafen con esta técnica es importante revisar que lleven una brida oficial de ASICI", aseguran. En este sentido, es importante saber que los consumidores pueden descargarse la aplicación de ASICI y escanear el código de barras que aparece en la brida. Así, de una forma rápida y sencilla, pueden comprobar si el jamón es ibérico realmente o no.
Además, tal y como detallan, si el producto no tiene exactamente la palabra ibérico, y utilizan términos como "jamón de campo", hay que saber que no pueden venderlo como producto ibérico, ya que no está dentro de la norma y es la brida la que determina y confirma que se cumplen con las características para poder ser denominado de ese modo.
Dentro de los jamones, hay diferentes tipos de porcentajes en lo que se refiere a la raza ibérica. En este sentido, es importante saber que dentro de la norma del ibérico tiene que ir especificado su porcentaje. Si no aparece detallado, no se puede confirmar que lo sea al 100%.
En la actualidad, existe mucho jamón fuera de norma. De hecho, muchos productores se escudan en eso. Y es que, según afirman desde la empresa de ibéricos de Enrique García, es cierto que "cualquier jamón puede valer cómo fuera de norma, y eso es algo en lo que se amparan mucho".
"Esto puede suceder con jamones que no hayan llegado al peso mínimo que son menos de 7 kilos, tal y como dice la norma. Hay gente que vende jamones fuera de norma, en este caso tendrías que fiarte de esa persona y confiar en que no te esté engañando", concluyen desde la entidad.
Además de todos estos, existen otros trucos tradicionales para saber reconocer un buen jamón ibérico. Algunos de ellos son, por ejemplo, la pezuña negra, que contengan etiquetas de calidad como Denominación de Origen Protegida (DOP) en España, que la pieza sea estilizada y alargada o que su curación sea de entre 36 y 48 meses.