La calefacción es uno de los elementos más importantes de cualquier hogar, principalmente cuando llegan los meses de invierno. De este tipo de sistemas depende el poder disfrutar de un adecuado confort térmico, si bien su uso también supone un consumo de energía que puede hacer que se dispare la factura de la electricidad o el gas.
En los días más fríos del invierno es probable que quieras que tu vivienda se mantenga siempre caliente, pero dejar todo el día la calefacción encendida supone un gran impacto para tu economía.
Cómo afecta a tu factura dejar la calefacción encendida
El gasto en calefacción depende de distintos factores, como el sistema que se posea (eléctrico, biomasa, gas…) así como de la potencia contratada, el aislamiento de la vivienda, el precio de la tarifa, la temperatura exterior y la que se quiera mantener en el interior. De acuerdo a un estudio efectuado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el coste medio anual de la calefacción en España alcanza los 990 euros, lo que supone un 46% del gasto energético de una vivienda.
[¿Es mejor poner la calefacción o el calefactor eléctrico?: lo que consume y lo que te ahorras]
Si se mantiene la calefacción encendida durante todo el día, se puede incrementar notablemente este gasto, ya que se consumirá una mayor cantidad de energía para mantener una temperatura constante. En este sentido, según nos indica el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, por cada grado que se sube la temperatura del termostato se aumenta en un 7% en el consumo energético. Por este motivo, se puede llegar a consumir más de un 35% adicional de energía de lo que se debería si se mantiene la calefacción encendida durante todo el día.
A ello hay que sumar que el precio del gas y de la electricidad varía en función de la hora del día, así como de la estación del año y la oferta y demanda del mercado. Por ejemplo, en el caso de la electricidad, desde el 1 de junio del año 2021 se aplica una nueva tarifa dividida en tres tramos horarios (punta, llano y valle), siendo el primero de ellos en el que la electricidad tiene un precio más elevado. Por su parte, en el gas, el precio también varía en función de la hora del día y otros factores, pero lo hace de una manera menos marcada que la electricidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta su coste fijo por el alquiler del contador y un coste variable por el consumo.
También afecta a la salud
La calefacción es necesaria para poder disfrutar de una temperatura confortable en el hogar, siendo recomendado por parte de la Organización Mundial de la Salud que esta se sitúe entre los 18 y los 24 grados centígrados, en función de la actividad que se realice y la ropa que se lleve puesta.
[La innovadora calefacción modular que puedes instalar tú mismo en casa y no gasta electricidad]
Sin embargo, hay que tener en cuenta que un exceso de calefacción puede tener efectos negativos para la salud, entre los que se encuentran los siguientes:
- Sequedad en mucosas y piel: el aire caliente reduce la humedad, provocando picor, irritación y vulnerabilidad frente a infecciones respiratorias.
- Alteración del ritmo circadiano: el hecho de utilizar la calefacción durante todo el día puede tener consecuencias sobre el ciclo biológico de sueño y vigilia, derivando en problemas como fatiga o insomnio.
- Aumento de la contaminación del aire interior: la calefacción puede dispersar alérgenos y contaminantes químicos, derivando en problemas respiratorios y reacciones alérgicas.
Sus consecuencias en el medio ambiente
Por otro lado, además de suponer un gran desembolso económico y afectar a la salud, un uso excesivo de calefacción también tiene consecuencias para nuestro planeta. Este tipo de sistemas son una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero, los cuales contribuyen al calentamiento global y el cambio climático.
[El invento para decir adiós al frío y ahorrar en calefacción: una chimenea virtual que usa grafeno]
De esta manera, dejar todo el día la calefacción encendida implica un mayor consumo de energía y, a su vez, una mayor emisión de gases de efecto invernadero, lo que tiene un impacto negativo sobre el medio ambiente, favoreciendo el incremento de la temperatura media del planeta y haciendo que se alteren los patrones climáticos.
A ello hay que sumar que la calefacción supone un consumo de recursos naturales como el gas, el carbón, la madera o el petróleo, entre otros, que son limitados y no renovables. Esto supone que exista una mayor dependencia energética, así como una mayor vulnerabilidad ante las fluctuaciones del mercado. También supone más contaminación por la extracción, transporte y procesamiento de estos recursos y genera más emisiones y residuos.
Cómo utilizar la calefacción de manera más eficiente
Para utilizar la calefacción de una forma más eficiente es recomendable elegir un sistema adecuado, siendo preferible apostar por el uso de energía renovable, pero también ajustar el termostato para que en el hogar haya una temperatura de entre 18 y 24 °C. Programa su encendido y apagado para ahorrar.
[El truco casero para gastar menos en calefacción y que tus radiadores calienten mucho más]
Por otro lado, es recomendable mejorar el aislamiento de la vivienda, instalando ventanas eficientes, cortinas, burletes y usando distintos materiales aislantes, además de aprovechar el calor natural, abriendo las cortinas durante el día y colocando los muebles dentro del hogar de una forma eficiente.
A estas recomendaciones hay que sumar la de ventilar a diario la vivienda durante 10-15 minutos para renovar el aire, y la de apagar electrodomésticos que no utilices. De esta forma podrás reducir el gasto de energía, con los beneficios que ello supone tanto para ti como para tu salud y para el medio ambiente.