El monje franciscano y profesor de ciencias Peter Tabichi, que da clases en un pueblo remoto del norte de Kenia, ha sido galardonado con el Global Teacher Prize que otorga la Fundación Varkey, un premio conocido como 'el Nobel de la educación' y dotado con un millón de dólares que distingue al mejor profesor del mundo.
Tabichi es el primer africano en lograr este galardón, que recibió ataviado con su hábito y de las manos del actor Hugh Jackman en una ceremonia celebrada este fin de semana en Dubai, resultando ganador entre otros 10.000 aspirantes de todo el mundo.
"Ver a mis alumnos crecer en conocimiento, habilidades y confianza es mi mayor alegría al enseñar", ha afirmado este maestro keniata que dona el 80% de su sueldo a proyectos comunitarios en la pequeña localidad de Pwani.
En su escuela, según informa la Fundación Varkey, el 95% de los alumnos provienen de familias pobres, casi un tercio son huérfanos o tienen un solo padre, y muchos se quedan sin comida en casa. El abuso de drogas, los embarazos de adolescentes, el abandono escolar temprano, los matrimonios jóvenes y el suicidio son comunes en esta zona semiárida que además sufre frecuentes sequías.
Entre los méritos de Tabichi para lograr el galardón está su labor de promoción de clubes de ciencia y la paz entre diferentes grupos étnicos y religiones. "También ha ayudado a abordar la inseguridad alimentaria entre la comunidad en general en el valle del Rift, propenso a la hambruna", añade la Fundación.
A través de la ciencia, este profesor ha logrado llevar a su alumnos a participar en la Feria de Ciencia e Ingeniería de Kenia 2018, donde los estudiantes mostraron un dispositivo que habían inventado para permitir que las personas ciegas y sordas midieran objetos. Otros estudiantes están preparándose para participar en un encuentro internacional en Estados Unidos sobre ciencia e ingeniería.
Además, sus alumnos también han ganado un premio de la Royal Society of Chemistry con un proyecto que aprovechaba las plantas de la aldea para generar electricidad. Todo en una escuela con un solo ordenador y una pobre conexión a internet.
Peter y cuatro colegas también dan clases individuales a alumnos de bajo rendimiento en matemáticas y ciencias de forma extraescolar y los fines de semana, cuando visita los hogares de los estudiantes y se encuentra con sus familias para identificar los desafíos que enfrentan, según la Fundación Varkey.