Cada vez que la OCDE golpea a España con su popular Informe PISA, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos aprovecha para incidir siempre en la misma llaga española: el mal endémico de los repetidores en nuestro país. En datos. Somos el cuarto país de los 37 de la OCDE con la tasa más alta de alumnos repetidores, con un 28,7% frente al 11,4% de media. Esto es, (casi) uno de cada tres alumnos repite curso antes de terminar la educación obligatoria. Pues bien, el coronavirus -y las decisiones políticas en materia educativa- también va a cambiar esta realidad.
Los alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria, 1º de Bachillerato y Formación Profesional van a aprobar este curso de manera general. Esa será la norma salvo casos "muy excepcionales". Es decir, todos los estudiantes que han visto paralizadas sus clases presenciales por la crisis del COVID-19 pasarán de curso, aunque no todos lo harán con la misma nota. Así lo han acordado este miércoles la ministra de Educación, Isabel Celaá, con los consejeros autonómicos del rango en la Conferencia Sectorial.
La evaluación del curso -que terminará en junio, aunque habrá clases de refuerzo en julio- será "continua", pero los docentes se basarán en las notas que obtuvieron sus alumnos en los dos primeros trimestres cuando aún no se había decretado el estado de alarma y las clases eran presenciales. Es decir, la tercera evaluación no será tal, sino que será un mero diagnóstico.
"Este tercer trimestre no puede ser una desventaja para ningún alumno. Tiene que servir para beneficiarle. Será computado de forma positiva, no de manera negativa". En otras palabras, de aquí a que finalice el curso en junio, lo que hagan -o dejen de hacer- 8,2 millones de alumnos no les penalizará a la hora de promocionar. Y esto son dos meses y medio.
Los cursos que titulan
Pongamos un hipotético caso. Un alumno de 2º de la ESO suspendió 4 asignaturas en los dos primeros trimestres. Con el estado de alarma decretado por la pandemia el tercer trimestre no será evaluado de manera negativa para este joven aunque no abra un libro hasta que finalice el curso. Por tanto, pasaría de curso con las cuatro materias suspensas que ya arrastraba en los seis primeros meses del curso 2019-2020.
Esas cuatro asignaturas suspensas deberá recuperarlas en 3º de la ESO. Fuentes del Ministerio de Educación aseguran a EL ESPAÑOL que se llevarán a cabo -en coordinación con las autonomías- planes de refuerzo para el curso que arrancará en 2020. Lo que no precisan en estos momentos es si esas clases de refuerzo a alumnos con asignaturas no aprobadas las impartirán los profesores que ya forman el claustro o se reforzarán las plantillas de cara al próximo otoño.
Pero, ¿qué pasa en los cursos que sirven para obtener el título? He aquí el embrollo educativo que traerá de cabeza a alumnos, padres y docentes en las próximas semanas. Los cursos clave serán 4º de la ESO y 2º de Bachillerato, ambos en los que se obtiene el título correspondiente. Lo acordado es que la obtención del título también debe ser la práctica habitual sin tener en cuenta "limitaciones" que tengan que ver con las áreas pendientes.
Así, los alumnos de estos cursos podrán obtener el título de ESO y Bachillerato pese a tener asignaturas suspensas. La decisión final de esta titulación -o no- recaerá en el equipo docente que tendrá que optar por si el alumno merece -de manera global a pesar de los suspensos- la titulación. ¿Y como será esa decisión? Pues cada una de las 17 autonomías impondrá los criterios de sus estudiantes. Ahora está por ver los planes que desarrollen las comunidades autónomas -cada una de ellas con su color de Gobierno correspondiente- para repartir los títulos.