Garde, el nuevo rector que ha arrasado en Castilla-La Mancha: "Nadie se va a quedar aquí sin estudiar"
Licenciado en veterinaria y nadador solidario en sus ratos libres, ha ganado los comicios por un 71%.
17 diciembre, 2020 02:19José Julián Garde López-Brea tiene por delante una labor magnánima. No por ser el nuevo rector de la Universidad de Castilla-La Mancha –que también–, sino por ocupar el puesto en la época posterior a la pandemia del coronavirus. Un reto, sin duda, difícil. Pero uno más, al fin y al cabo, para este madrileño (1966) de raíces manchegas (tres de sus cuatro abuelos eran conquenses) que se licenció en veterinaria en 1989 en la Complutense y que ahora, como catedrático de Producción Animal, tiene en su mano cambiar la institución que tanto le ha dado. Ganas no le faltan. En su voz, en sus palabras, en los retos que propone… desborda ilusión. Prudente –no habla de lo que no sabe, lo cual se podría tomar como su primera lección–, su discurso denota calma, tranquilidad y determinación.
Sabemos de sus logros académicos –accesibles para cualquiera a través de internet–, pero no de su vida. ¿Quién es José Julián Garde fuera de la universidad?
Soy un amante y un defensor de la universidad pública como un servicio esencial. Desde 1992, estoy trabajando para la Universidad de Castilla-La Mancha y, además, siempre he tenido un interés especial por el mundo del deporte. Fui jugador de waterpolo en la liga nacional cuando estaba en Madrid, y en Albacete, cuando me trasladé para trabajar en la universidad, fundé un club. En 2012, creamos una ONG llamada: ‘Una brazada, un céntimo’. Recaudamos dinero a través de retos que planteamos. Por ejemplo, cruzar el Estrecho de Gibraltar. Y después donamos el dinero que conseguimos a niños para que hagan deporte.
Me permitirá el símil deportivo, pero las elecciones a rector las ganó por goleada (71%).
Tuve un apoyo unánime, sí.
¿Cómo se encuentra la universidad al llegar? ¿Qué había hecho bien el anterior rector y qué quiere cambiar de forma inmediata?
Quiero construir sobre lo que se ha hecho bien, que son bastantes cosas en estos últimos nueve años. Lo primero que queremos hacer es situar a los estudiantes en el centro de la vida académica y universitaria. Pero también queremos darle mayor relevancia internacional a la universidad y ser más trascendentales para el entorno regional en el que nos movemos. La UCLM tiene que liderar esta región, tener más visibilidad y contribuir a solucionar los problemas de Castilla-La Mancha. Además, incrementar la labor investigadora…
Llega en plena pandemia, en una situación complicada...
No cabe duda de que nos hemos visto afectados por el coronavirus. Nuestra universidad, para acabar el curso anterior, hizo un esfuerzo terrible para adaptarse en una semana de una docencia presencial a una enseñanza online. El curso acabó bien y este año hemos empezado con un componente presencial importante. A partir de aquí, tenemos que ir resolviendo las situaciones que nos vayan surgiendo. Una de ellas es la evaluación de las asignaturas del primer cuatrimestre, para que sea la correcta y los estudiantes no se vean perjudicados. Esperamos que así sea.
¿Estaba preparada la universidad española para un reto así?
El sistema universitario español ha hecho sus esfuerzos para adaptarse. Yo puedo hablar de la universidad en la que estoy. Nosotros, el 11 de marzo, decidimos cerrar, y el 12 seguimos online el curso sin ningún problema. Eso fue gracias al personal y a los profesionales de la universidad, que han ido adaptando en los últimos tiempos los sistemas para lo que se veía venir. La investigación, en cambio, sí ha sufrido más: el desarrollo experimental estuvo parado durante meses.
¿Echaron en falta que se dieran más instrucciones desde el ministerio de Universidades o que se hubieran concretado más los pasos a seguir?
El ministerio hizo unas recomendaciones antes del verano y es verdad que hubiera sido deseable que hubiera concretado más. Pero esto no ha sido fácil para nadie. Y después del verano las recomendaciones se incrementaron y en torno a eso hicimos nuestros planes.
¿Lo ha llamado Manuel Castells para darle la enhorabuena por el resultado?
Recibí una felicitación del secretario general del ministerio de Universidades y lo agradezco mucho.
¿Es de los que opinan que no tiene sentido que el ministerio de Universidades esté desligado del de Educación o del de Investigación?
Sinceramente, creo que la cartera de Universidad y la de Investigación deberían ir juntas como en la legislatura anterior. El 66% de la investigación que se realiza en España se hace en la universidad. Por eso, no fue acertada la decisión de separar Investigación y Ciencia de Universidades. En cualquier caso, creo que es una opinión muy compartida y ahora están funcionando ambas por separado, pero en las competencias que tienen.
Manuel Castells, en un borrador hecho público esta semana, ha dicho que va a poner coto a las universidades que no desarrollen en un porcentaje por concretar actividades docentes, de investigación, de transferencia de conocimiento e innovación en varios ámbitos de conocimiento. ¿Está de acuerdo en que se le exija un mínimo a las universidades para que sean consideradas como tal?
Está en fase de borrador y el desarrollo normativo es muy importante. Las universidades, en cualquier caso, sean públicas o privadas, tienen, como una de sus misiones, investigar. Sí creo que las que no cumplan un porcentaje determinado no tienen que ser consideradas como tal. Me parece correcto el planteamiento que se hace.
En relación a su programa. Cuando habla de “situar a los estudiantes en el corazón de la actividad universitaria”, ¿a qué se refiere en concreto?
No queremos que nadie se quede sin estudiar por motivos económicos. Este es un objetivo importante y vamos a poner en marcha una serie de medidas para que los estudiantes sean el centro de la universidad. La otras dos grandes actuaciones que pondremos en marcha son: reforzar la oferta académica y actividades complementarias para que la actividad universitaria se desarrolle en el campus, más allá de lo meramente académico.
¿Cómo conseguirán que todos los que quieran estudiar puedan hacerlo?
Proponemos ayudas económicas para los que tengan problemas económicos puedan estudiar y también facilitar la movilidad de los estudiantes cuando, por ejemplo, hagan prácticas en un sitio y su actividad docente sea en otro.
Otro de los puntos de su programa es reconocer el compromiso y la profesionalidad del personal de la Universidad garantizando el desarrollo de su carrera profesional. ¿Cómo hará eso?
Hay que reconocerlo a través de varios instrumentos. En el caso del profesorado, con un plan de ordenación académica y garantizando el desarrollo de la carrera profesional. Que el profesorado pueda ascender en las distintas figuras que se lo permiten.
Habla también de aumentar la competitividad internacional. En ese sentido, la Ley Celaá incluye que se hagan pruebas de acceso a todos los extranjeros no comunitarios que quieran acceder a estudios universitarios en España. ¿Está de acuerdo con esto? ¿Hace esto a la universidad menos internacional?
No estoy de acuerdo. La hace menos internacional. Si empezamos a poner trabas administrativas y los países de nuestro entorno no hacen lo mismo… Entonces, seremos menos atractivos.
En su programa también habla de acrecentar la relevancia de la UCLM. ¿A qué universidad quiere que se parezca? ¿Tiene en mente alguna?
Yo lo que creo que es que la UCLM tiene que ganar relevancia en nuestra región. En primer lugar, para que nos conozcan mejor. Creo que en esta universidad se hacen cosas con mucha calidad y que no se conocen a nivel regional. Por un lado, creo que tenemos que tener más visibilidad. Y, ademas, tenemos que ayudar para resolver los problemas concretos que tenga nuestra comunidad autónoma. Y somos capaces de hacerlo.
Uno de sus grandes hándicaps será retener el talento. ¿Cómo se hace esto en una región donde el tejido productivo es cada vez menor?
Nosotros le damos mucha importancia a la empleabilidad y en el programa llevamos del orden de 15 medidas para mejorar la empleabilidad. En cuanto a la retención de talento… Lo que tenemos que mejorar es la tasa de personas que hacen la Selectividad y se quedan aquí a estudiar. Los estudiantes se van tras hacer el Bachillerato y ya no vuelven a la región. Eso es un problema.
Pero eso no depende solamente de lo que hagan ustedes, sino de diferentes medidas del gobierno regional.
Tenemos que trabajar con ellos, con las diputaciones, con los ayuntamientos… Las medidas no pueden ser sólo de la universidad, pero si podemos hacer que los alumnos se queden a trabajar aquí…
Otro de los grandes retos, supongo, es ese de acabar con la concepción de que de la universidad privada se sale colocado y de la pública, no.
No creo que sea así. Hay carreras en la pública, como ADE, o las ingenierías, donde la empleabilidad es altísima. Hay otras en las que es baja, pero no creo que sea porque la universidad sea pública o privada, sino por la titulación.
¿Hay demasiadas titulaciones y universidades?
La oferta académica ha incrementado mucho en los últimos años y eso disminuye la empleabilidad. Eso influye, obviamente, pero luego está la cuestión de cómo está el mercado laboral en cada momento. Desde las universidades tenemos que pensar en las necesidades del mercado laboral a futuro.
Aunque adivinar el mercado laboral después de la pandemia va a ser, supongo, igual de complicado. ¿Qué futuro le augura a los titulados estos años en la universidad?
La Universidad sigue siendo el nivel de formación por excelencia y no sé cómo va a evolucionar el empleo estos años porque el coronavirus lo ha trastocado todo. En la universidad, el número de estudiantes ha aumentando y no ha afectado la crisis sanitaria y económica. Los alumnos deben saber que, cuanta mejor formación, más posibilidades de empleo van a tener.
Aunque no haya ni empezado su mandato, ¿qué legado quiere dejar en la universidad?
Lo que me gustaría que dijeran de mí –y no va a ser fácil, porque estamos en una época complicada– es que conseguimos cambiar las cosas. Creo que la universidad española, para la financiación que tiene, hace cosas fantásticas. Pero hay mucho miedo a al cambio y se sigue por inercia. Ojalá dijeran que logramos cambiar algo.